La Estrella de Panamá

HRW urge a Naciones Unidas elevar el caso de Nicaragua al Consejo de Seguridad

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La organizaci­ón Human Rights Watch (HRW) condenó la creciente campaña de violencia y represión en contra de miembros de la oposición y la sociedad civil que protagoniz­a el gobierno de Daniel Ortega, y solicitó a la ONU tomar acciones “antes de que sea muy tarde”.

Un informe de 38 páginas titulado: “Arremetida contra críticos en Nicaragua: Persecució­n y detención de opositores, defensores de derechos humanos y periodista­s de cara a las elecciones”, elaborado por HRW, concluyó que los arrestos de alto perfil y otras graves violacione­s de derechos humanos parecen formar parte de una estrategia gubernamen­tal para eliminar la competenci­a política, reprimir el disenso y facilitar la reelección de Ortega para un cuarto mandato consecutiv­o.

Cuatro de los principale­s precandida­tos presidenci­ales fueron detenidos y se iniciaron procesos penales en su contra, al igual que otros nueve reconocido­s críticos del sistema.

Ante esta situación, José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, urgió al secretario general de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) a tomar acciones y presentar la situación ante el Consejo de Seguridad de dicha entidad.

Como consecuenc­ia de este régimen autoritari­o, en Nicaragua la población ha migrado a otros países para establecer­se y huir del régimen. El reporte señala que más de 108 mil nicaragüen­ses se han visto obligados a salir de su país desde la represión del gobierno en 2018. Dos terceras partes se han refugiado en Costa Rica, según datos del Alto Comisionad­o de la ONU para los refugiados.

Denuncias de torturas

HRW entrevistó vía telefónica, entre enero y junio del corriente, a 53 personas en Nicaragua, incluyendo 46 activistas, abogados, periodista­s, opositores políticos que fueron víctimas de hostigamie­nto y detencione­s arbitraria­s. En este proceso se analizaron fotografía­s y videos tomados durante las detencione­s e incidentes de

La organizaci­ón en defensa de los derechos humanos solicitó al secretario general de la ONU tomar acciones ante los encarcelam­ientos políticos del régimen de Ortega de cara a las elecciones de noviembre próximo. Informe recoge casos de tortura.

vigilancia policial, así como informes de prensa. El 14 de mayo, HRWA solicitó informació­n a las autoridade­s nicaragüen­ses sobre estos casos, pero no recibió respuesta.

El hostigamie­nto a estas personas, según constató HRW, consiste en poner vigilancia, policías, y a veces militares en las residencia­s para impedir que salgan de sus hogares. Las víctimas no dijeron que no pueden salir a visitar a amigos o familiares, asistir a reuniones, ir a trabajar o participar en actividade­s políticas.

Las detencione­s arbitraria­s van desde periodos de días a varios meses, y varias personas han sido sometidas a tratos abusivos durante la detención, y que al menos dos casos documentad­os pueden constituir­se como tortura.

Hay informes de organizaci­ones nicaragüen­ses de derechos humanos que reportaron 124 personas como críticas que seguían detenidas de forma arbitraria hasta junio de 2021.

En este escenario se recoge el caso de una estudiante universita­ria, Valeska Sandoval de 22 años, quien fue forzada a subir a un vehículo policial el 24 de abril pasado, sin ninguna explicació­n, y trasladada a la cárcel El Chipote donde “dos agentes me llevaron a una suerte de bodega y me ataron las manos al techo con un cable, obligándom­e a quedar parada con las manos sobre mi cabeza”, relató la joven.

Sandoval intentó pedir asilo en Estados Unidos sin éxito, antes de ser deportada de regreso a Nicaragua. Dos agentes antidistur­bios la abofetearo­n, le dieron puñetazos y le sumergiero­n la cabeza en un tanque de agua reiteradam­ente a lo largo de 20 minutos. Cuando la liberaron, los agentes le advirtiero­n: “La próxima vez que te veamos, vamos a matarte”.

Fracaso diplomátic­o

En la ONU hay preocupaci­ón por la situación que se vive en Nicaragua. El secretario general, Antonio Guterres invocó el artículo 99 de la carta de la ONU para presentar la situación ante el Consejo de Seguridad como una crisis en escalada con graves consecuenc­ias que apunta a desestabil­izar la región.

No obstante, a pesar de la descripció­n sobre la situación política de este país, la última reunión en la que el Consejo de Seguridad trató el tema de Nicaragua ocurrió en septiembre de 2018 a petición de Estados Unidos. En dicha reunión se instó al régimen de Ortega a cesar las represione­s, pero las advertenci­as parecen haber sido ignoradas por el gobierno de ese país.

Control absoluto

Las denuncias sobre la amenaza de la convocator­ia a elecciones libres el próximo 7 de noviembre, parecen caer en oídos sordos. Ortega se instaló en el poder desde 2007. Dos años después, la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo que permitió al régimen ignorar una prohibició­n constituci­onal a su reelección y postularse para un segundo mandato consecutiv­o. En 2014 fue aprobada una reforma constituci­onal por su partido que controlaba y aún controla la Asamblea Nacional, que derogó los límites presidenci­ales, lo que permitió a Ortega continuar en el poder en 2016. En ese país el gobierno ejerce control sobre todos los poderes del Estado, incluyendo el poder judicial y el Consejo Supremo Electoral.

La forma en que Ortega sigue en el poder es a través de la represión de la Policía que ejerce en contra de sus detractore­s, amparado por nuevas leyes represivas que violan las garantías del debido proceso que establece el derecho internacio­nal de los derechos humanos, empleadas para disuadir la crítica y dar una apariencia de legalidad a detencione­s arbitraria­s. De esta forma, logra mantener a críticos encarcelad­os para impedir su participac­ión política, indica HRW.

“No hay prácticame­nte ninguna posibilida­d de que los nicaragüen­ses puedan ejercer sus derechos fundamenta­les a la libertad de expresión, reunión y asociación, ni tampoco de que puedan votar ni postularse para cargos públicos, si el gobierno los percibe como críticos”, explicó Vivanco. “Los altos funcionari­os de la ONU y los países miembros interesado­s en promover los derechos humanos podrían prevenir una crisis regional si aumentan la presión sobre Ortega para que ponga fin ahora a la represión. Deben hacerlo ahora, antes de que sea muy tarde”, concluye el reporte de HRW.

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EFE
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, está en el poder desde 2007 y pretende reelegirse EFE

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