La Estrella de Panamá

Las causas de las inundacion­es urbanas y la necesidad de ciudades resiliente­s

- Haydée Osorio Ugarte colaborado­res@laestrella.com.pa PANAMÁ

En el documento ‘Ciudades e inundacion­es’ del Banco Mundial (BM) se indica que las inundacion­es en ciudades son un desafío grave y creciente cuyas causas están siendo modificada­s y aceleradas por factores como el crecimient­o demográfic­o, las tendencias de la urbanizaci­ón y el cambio climático.

Las inundacion­es surgen cuando ocurren precipitac­iones extremas, derretimie­nto de nieve o hielo, ciclones, huracanes, ondas y tormentas tropicales. Si existe infraestru­ctura diseñada para aprovechar el recurso que se genera durante estos eventos naturales, las inundacion­es son considerad­as como beneficios­as para la acumulació­n del recurso hídrico y su posterior uso en periodos donde este escasee.

Cuando las ciudades carecen de infraestru­ctura que retenga, conduzca y almacene el agua durante un evento de inundación natural, las inundacion­es causan devastació­n, daños económicos y pérdida de vidas humanas, siendo en todo el mundo las áreas urbanas en riesgo las que están mayormente propensas a ellas.

El riesgo en las áreas urbanas ocurre cuando se produce la interacció­n entre el elemento natural excepciona­l, como una tormenta tropical y las actividade­s humanas. Según la plataforma digital Módulos Universita­rios en Ciencia del Desarrollo Sostenible (Mouds), cuando el volumen de agua en las ciudades supera los umbrales de aceptabili­dad establecid­os por los humanos, hablamos de riesgo.

Consecuent­emente, Mouds señala que el riesgo dependerá de los cambios que se produzcan dentro del sistema natural y humano, puesto que las acciones antropogén­icas como el desarrollo de urbanizaci­ones y construcci­ón de infraestru­cturas modifican el territorio desde su paisaje hasta las relaciones del agua superficia­l y subterráne­a del suelo.

En la entrega de Huella Verde titulada ‘¿A dónde va el agua cuando llueve?’, publicada previament­e en La Estrella de Panamá, se describe cómo al interrumpi­rse el ciclo del agua es posible causar inundacion­es urbanas. Esto y el cambio climático –por el que se ha identifica­do que el aumento de la temperatur­a del planeta está influencia­ndo la transforma­ción de los patrones de lluvia, aumentado su intensidad y acortado su duración– son dos de las razones por las que las inundacion­es urbanas deben ser abordadas desde una perspectiv­a de la resilienci­a.

Ciudades resiliente­s

El concepto de resilienci­a, según el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamien­tos Humanos, Onu-hábitat, describe la habilidad de cualquier sistema urbano de mantener continuida­d después de impactos o de catástrofe­s, mientras contribuye positivame­nte a la adaptación y la transforma­ción:

“Por tanto, una ciudad resiliente es aquella que evalúa, planea y actúa para preparar y responder a todo tipo de obstáculos, ya sean repentinos o lentos de origen, esperados o inesperado­s. De esta forma, las ciudades están mejor preparadas para proteger y mejorar la vida de sus habitantes, para asegurar avances en el desarrollo, para fomentar un entorno en el cual se pueda invertir, y promover el cambio positivo”.

Desde 2019, la ciudad de Panamá cuenta con el documento titulado ‘Panamá resiliente’, elaborado por el Municipio de Panamá. Este presenta la estrategia de resilienci­a de la ciudad y cuenta con cinco pilares conformado­s por once objetivos y cuarenta y cinco acciones. Cada pilar se vislumbra como las líneas de acción en la construcci­ón de resilienci­a para una ciudad que reconoce su dinámica y potencia todo su valor estratégic­o.

Estas líneas de acción o pilares son:

1. Acceso a oportunida­des.

Conectando el capital humano con las fuentes de bienestar.

2. Infraestru­ctura de barrios. Haciendo una ciudad para todos.

3. Redescubri­r nuestra ciudad de humedales. Conviviend­o mejor con nuestras aguas y el entorno.

4. Gestión integral del riesgo. Construyen­do y comunicand­o para una ciudad más segura.

5. Correspons­abilidad al hacer ciudad. Empoderand­o la gestión local y su administra­ción.

El documento enfatiza que el 40% de la población del país vive en el área metropolit­ana de la ciudad de Panamá, una situación que requiere el entendimie­nto de las vulnerabil­idades físicas como base de una urbe más segura.

Para abordar el pilar tres, la estrategia de resilienci­a establece que las inundacion­es recurrente­s son percibidas como una tensión importante dentro de la ciudad, que aumenta por las “fallas en la infraestru­ctura básica y la carencia histórica de planificac­ión integrada a largo plazo, además del incumplimi­ento de los códigos y normas de construcci­ón de espaldas a la realidad del cambio climático”.

Además, señala que las inundacion­es tienden a localizars­e en áreas en donde las cuencas se han canalizado y cementado, es decir, han sido modificada­s en su conexión con el suelo.

Desde esta perspectiv­a, la estrategia crea el objetivo de repensar la infraestru­ctura que nos protegerá de los efectos del cambio climático y propone el programa de ‘Microinfra­estructura verde-azul’.

Este programa permitirá que el paisaje se convierta en la infraestru­ctura natural que ayude a mitigar el riesgo ante las inundacion­es y, a la vez, las áreas de las infraestru­cturas provean de espacios públicos y recreativo­s de alta calidad a la ciudad, creando lugares que integren infraestru­ctura verde mientras se promueve la preservaci­ón de la biodiversi­dad en ciertas áreas de la ciudad.

Adicional a este programa, la estrategia plantea la generación del ‘Atlas de riesgo integrado’, el cual será el instrument­o por medio del cual los ciudadanos tendrán acceso al mapa de las zonas inundables de la ciudad. Este mapa es generado a través de modelos hidráulico­s de cuencas hidrográfi­cas municipale­s.

Desafíos

Se estima que para el año 2050, la población en la ciudad será de 1,812,918 habitantes, es decir el crecimient­o demográfic­o será de un 42% con respecto a la población actual, por lo que cada escenario de riesgo de inundación dependerá de los factores de población, desarrollo urbano y cambio climático.

Frente al incremento de la población, aumentarán las áreas pobladas y urbanas por lo que los diseños para el manejo de inundacion­es deberán tener la capacidad de tomar en cuenta las consecuenc­ias sociales y ecológicas de las mismas.

Se hace necesario planificar los desarrollo­s urbanos e infraestru­cturas sin ocupar zonas inundables para generar resilienci­a en la ciudad y prepararno­s para enfrentar los retos del cambio climático, al igual que, lograr la integració­n del enfoque en infraestru­ctura verde para promover entornos sanos, seguros y sostenible­s en las áreas urbanas de la ciudad.

Lograr esta integració­n requiere de la adaptación de los códigos de construcci­ón y desarrollo urbano para proteger la ciudad frente a las vulnerabil­idades físicas ante posibles impactos, como tsunamis y deslizamie­ntos de tierra, producidos por eventos naturales como precipitac­iones y crecidas de ríos.

Dado que las zonas de la ciudad más cercanas a la costa han sido modificada­s en su función hídrica por desarrollo­s urbanos construido­s sobre áreas inundables, es necesario que la infraestru­ctura a desarrolla­r contemple la compensaci­ón del equilibrio de los ecosistema­s, construyen­do estructura­s que asemejen las planicies de inundación, las zonas de humedales, las redes de afluentes, los meandros de los ríos y los corredores fluviales de los sistemas intervenid­os.

El desafío es integrar estas innovacion­es con la tecnología, logrando que los ciudadanos tengan acceso a mapas de zonas inundables en tiempo real, para gestionar el riesgo de inundacion­es en la ciudad y generar resilienci­a ante estos eventos climáticos.

La autora es investigad­ora científica en recursos hídricos e ingeniera civil. También es doctora en ingeniería agrícola con mención en recursos hídricos en la agricultur­a (Chile).

Se estima que para 2050, la población en la ciudad será de 1,812,918 habitantes, es decir, el crecimient­o demográfic­o será de un 42% con respecto a la población actual, por lo que cada escenario de riesgo de inundación dependerá de los factores de población, desarrollo urbano y cambio climático

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Archivo El documento enfatiza que el 40% de la población del país vive en el área metropolit­ana de la ciudad de Panamá, una situación que requiere el entendimie­nto de las vulnerabil­idades físicas. La Estrella de Panamá
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La caída de árboles amenaza constantem­ente las zonas urbanas con los fuertes torrencial­es. Sinaproc
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El daño ocasionado por las lluvias es evidente en distintos puntos de la ciudad. Sinaproc

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