La justicia y la imagen del país
El abogado y exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) conversa con ‘La Estrella de Panamá’ sobre la crisis de la justicia, cambios constitucionales y la elección de los nuevos magistrados
Los casos de corrupción, la falta de castigo al que delinque, la existencia de leyes especiales para diputados y altos cargos, la deficiente selección de jueces y magistrados, así como la ausencia de moral, honradez e idoneidad de esos funcionarios en el ejercicio de sus cargos, y la negativa de hacer las correcciones que se necesita han causado un efecto pernicioso en la justicia panameña, opina Edgardo Molina Mola, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia.
En entrevista con La Estrella de Panamá, el jurista y constitucionalista expone los problemas y ofrece soluciones para la deteriorada imagen de la administración de justicia panameña.
¿Defina la administración de la justicia en Panamá?
La administración de justicia es un servicio y una función pública, quizá la más importante de cualquier Estado, porque busca la paz y convivencia social al proteger los derechos de los ciudadanos, resolver sus litigios, y hacer cumplir las obligaciones y responsabilidades de los miembros de la sociedad y de las autoridades para que en el desempeño de sus funciones se apeguen al estricto cumplimiento de la Constitución y la ley. Por eso, la justicia debe ser imparcial, íntegra, independiente,
Vemos una justicia lenta, ineficaz al aumentar los casos de impunidad, se cuestiona la probidad de algunos jueces, la carrera judicial no funciona por falta de recursos y el número de jueces es insuficiente para tener una justicia rápida.
rápida y eficaz, y contar con los recursos suficientes para su ágil desempeño.
¿Se cumple con ese objetivo?
Creo que en los actuales momentos esos requisitos no se cumplen a satisfacción. Vemos una justicia lenta, ineficaz al aumentar los casos de impunidad, se cuestiona la probidad de algunos jueces, la carrera judicial no funciona por falta de recursos y el número de jueces es insuficiente para tener una justicia rápida. La independencia judicial está seriamente comprometida por la falta de funcionamiento de la carrera judicial, y la forma de escoger a los magistrados y procuradores no se hace por mérito, sino por amiguismo o afinidad política, o por conveniencia, y la ausencia de tribunales constitucionales y administrativos regionales y un presupuesto insuficiente para cubrir las necesidades del sistema.
¿Cómo afecta esto al país?
La imagen negativa que lamentablemente viene arrastrando el Órgano Judicial, y esa percepción de corrupción, de falta de independencia, transparencia y de probidad de jueces y magistrados, a quienes se señala de ser nombrados a cambio de favores, ha socavado la credibilidad y mermado la confianza ciudadana en la justicia, causando un grave perjuicio al país.
Diariamente se cuestiona la incapacidad, o se tilda de “dudosa” la legalidad de las decisiones judiciales. Los derechos que son desconocidos en los fallos restan legitimidad al actuar de los jueces, causando no solo un daño social, sino reputacional y económico incalculable al país, pues al afectarse la seguridad jurídica se ahuyenta la inversión nacional y extranjera, y como sabemos, sin inversión muy difícilmente puede haber desarrollo.
¿En qué momento empezó a deteriorarse la imagen de la Corte Suprema de Justicia?
Principalmente en el periodo dictatorial en que la justicia se manipulaba abiertamente. Creo, igualmente, que después de la dictadura, en el momento en que la Asamblea Nacional condenó a prisión a un magistrado expresidente de la Corte. Y para esa misma época renunció un magistrado para no ser juzgado por la Asamblea, pienso que ese fue uno de los momentos en que el deterioro de la Corte Suprema se iba acentuando. Y no han faltado magistrados de la Corte, que en su momento criticaron muy fuertemente la administración de justicia, al compararla, uno, como un potrero lleno de garrapatas, y otros, al sostener que en la Corte se venden fallos y se archivan expedientes, corroborando con estas declaraciones la percepción que se tiene del sistema de justicia panameño. Todos estos antecedentes han contribuido a deteriorar la imagen de la administración de justicia.
¿Qué significa para un abogado llegar a ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia?
Es el puesto más alto de la administración de justicia, y por ello es natural que los profesionales de la ley aspiren a llegar a la cumbre, así como el militar quiere llegar a general o el educador a rector. Esa aspiración debe ir acompañada con el firme compromiso de corregir los defectos del sistema, que desde la abogacía ha sufrido en el ejercicio de la profesión y que la propia sociedad reclama una justicia rápida, que se logra con personas conocedoras de la materia, honestas, que despejen toda duda sobre su integridad, imparcial, que sus fallos se basen únicamente en la Constitución y la ley, y ser valiente para darle la razón al que, de acuerdo con tu crite