Neuroeducación, la disciplina de la ciencia al servicio de la educación y el desarrollo infantil
Analizamos qué es la neuroeducación y su próxima implementación en un colegio local. Además, una consultora en educación y liderazgo analiza los desafíos y beneficios en esta materia
La neuroeducación es una disciplina que promueve la integración entre las ciencias de la educación y la neurología. El objetivo de esta disciplina es producir una mejora en los métodos de enseñanza y en los diferentes programas educativos.
United School of Panamá (USP) abrirá sus puertas en agosto de este año, y su base principal de enseñanza se centrará en la neuroeducación.
La directora de admisión de USP, Amanda Oliveira, señala que el pénsum académico se orienta a la neurociencia y a dinamizar el aprendizaje. “No dejamos que el alumno haga la misma actividad todo el día por mucho tiempo; mientras más movimientos y cambios le podamos dar a los niños, podremos incrementar su potencial de retención de información”, explica.
Por su parte, la directora académica del USP, Nicole Lee, señala que la neurociencia es la guía del cerebro, de cómo funciona, se activa y cómo llega a los niños en etapas de educación mucho más eficientes. “Los niños necesitan mucha actividad porque el cerebro funciona igual como el ratón en la computadora que, cuando no se mueve se apaga, y eso pasa si están sentados todo el día; es por eso que la actividad física en niños es fundamental para el crecimiento del cerebro e influye en la manera en cómo van a entender los conceptos durante su etapa de aprendizaje”.
Arguye que desde el USP ofrecen cinco días de educación física. “Si hacemos una comparación con otros colegios, la actividad física se da uno o dos días a la semana. La realidad es que si no nos ejercitamos lo suficiente, no podemos alcanzar el máximo potencial de nuestro cerebro, porque cuando sudamos segregamos hormonas y neurotransmisores: dopamina, oxitocina, serotonina y endorfina, que ayudan al crecimiento del cerebro”.
Antes de que los estudiantes reciban clases en materias donde deben permanecer sentados, como español, matemáticas, ciencia e historia, entre otras, en la institución empezarán a trabajar con seis minutos de actividad física con el objetivo de activar sus hormonas y obtener mayor energía, aumentando el nivel de concentración.
“Sabemos que el aprendizaje para los niños no es únicamente de naturaleza evolutiva. Hay cualidades transformadoras involucradas en el proceso de maduración que pueden fomentarse y mejorarse para hacer transiciones de vida exitosas”, comenta.
El método de USP consiste en motivar al niño con los siguientes pilares:
Cabeza: se refiere a involucrar el dominio cognitivo a través del estudio académico, la investigación y la comprensión de los conceptos ecológicos y de sostenibilidad.
Corazón: es la habilitación del dominio afectivo en la formación.
Manos: comprende la representación del dominio psicomotor para aprender el desarrollo de habilidades prácticas y el trabajo físico como construir, plantar, pintar, etc.
“Los niños también necesitan una chispa de autenticidad para que este compromiso tenga una mayor profundidad y significado. Los mismos factores que motivan la participación del alumno adulto, también motivará a los alumnos más jóvenes”, asegura.
Inédito en el país
Con respecto a la implementación de este plan de formación académica en Panamá, Oliveira sostiene que por el momento es la única escuela en el país en aplicarlo; sin embargo, en Estados Unidos y Canadá se lleva a cabo.
“Existen estudios que indican que entre más la escuela ofrezca actividades físicas, donde se liberan las hormonas antes de dar clases en materias principales, es cuando hay mayor rendimiento académico de esos estudiantes”, dice Oliveira.
Para los alumnos de prekínder y kínder anexarán diferentes estaciones, es decir diversas áreas de trabajo durante el día, con 20 minutos de cada materia, como arte, matemática, música, meditación y más, pero siempre cambiando el ambiente para cada actividad.
“Tenemos un salón para cada materia; ellos se trasladarán al aula, esto les permitirá entender que hay un ambiente para cada materia. Este es un esquema universitario, solo que lo estamos dando mucho más temprano”.
En esa línea, subraya que “empezaremos clases a partir de agosto de este año. Con la pandemia nos hemos dado cuenta de que el aprendizaje tiene que ir más allá de los libros. Buscamos preparar a los estudiantes con herramientas fundamentales para 2035”.
Otra perspectiva
Con relación a la implementación de esta disciplina educativa, la profesora y consultora en educación y liderazgo, Maureen Warner, manifiesta que hay que tomar en cuenta ciertos aspectos, como la preparación académica de los docentes para la neuroeducación, la cultura del país y el estatus del estudiante en casa.
“La escuela privada tiene una ventaja enorme en comparación con las escuelas públicas, ya que el estudiante no tiene que transportarse tan temprano y no tiene que enfrentarse a desafíos como la falta de alimentación”, asegura.
En cuanto a los beneficios de la neuroeducación, remarca que en situaciones como olvidar dónde se estacionó el carro, esta disciplina educativa evita que la persona entre en un ataque de ansiedad, en cambio provoca que reaccione recolectando la información y preste atención a su alrededor, y así recuerde claramente lo último que hizo. “Estamos hablando de hacer conexión, la construcción de significados, hay que construir soluciones, no repetir temas, de esto trata la neuroeducación, de poner al cerebro a buscar soluciones creativas. Esto también incluye las emociones, porque los niños con ellas aprenden mejor”.
Asimismo, señala que la neuroeducación ayuda a los estudiantes a ser más pacientes. “La respuesta que buscamos siempre está en nuestro cerebro y si se hace de forma paciente a través de la educación, le facilita al alumno obtener la respuesta sin presiones y evita que caiga en un colapso mental. Pero hoy en la educación que se brinda en los colegios, se apresura al alumno, no se le da tiempo de analizar y esto lo pone nervioso. La impaciencia por parte del docente influye en este aspecto”.
De igual manera, señala que para medir qué tan funcional es la neuroeducación en el estudiante panameño, es necesario hacer métricas y estudios desde las aulas en el istmo, aunque haya estudios en otros países.