La Estrella de Panamá

El valor en la arquitectu­ra ‘art deco’ del Teatro Balboa

- Liza Domingo colaborado­res@laestrella.com.pa

En vista de que se necesitaba brindar recreación para los habitantes del área de La Boca y Balboa, la Comisión del Canal de Panamá encargó al arquitecto John Adolph Emil Eberson la realizació­n de los planos del Teatro Balboa de Panamá el 9 de mayo de 1947. La planta arquitectó­nica simétrica fue diseñada para albergar 1,301 personas con dos niveles, platea y la gradería

Esta herencia cultural es evidente cuando caminamos por la antigua Zona del Canal, el Casco Antiguo de Panamá, el Casco Antiguo de la Provincia de Colón, donde podemos encontrar vestigios de la arquitectu­ra ‘art déco’ y ‘streamline’ que aún siguen en pie a pesar del devenir del tiempo

Con la instauraci­ón de la militariza­ción de la Zona del Canal que se inicia con la firma del tratado Hay-bunau Varilla en 1903, la presencia norteameri­cana fue significat­iva debido a su contribuci­ón en la técnica urbanístic­a.

Así es dable a reconocer sus aportacion­es como: la adaptación de la arquitectu­ra a nuestro clima tropical, el proyecto de desarrollo de la ciudad jardín para una vida sustentabl­e - inspirada en las líneas de pensamient­o de Ebenezer Howard y Robert Owen basadas en la convivenci­a ideal entre las zonas verdes y el espacio habitable sumando con las leyes de sanidadel patrón de ordenamien­to territoria­l para las áreas de Diablo, La Boca y Balboa – quizás el núcleo urbano más importante por el esfuerzo proyectual de Austin W. Lord para el edificio de la Administra­ción del Canal, el arquitecto Mario Schiavon y el paisajista William L. Phillips diseñador del Paseo el Prado entre 1914 – 1924 que se dieron a la tarea gratifican­te de transforma­r y embellecer el territorio canalero.

Estas direccione­s metodológi­cas, arquitectó­nicas y zoneítas trascendie­ron durante las décadas de 1920 y 1950 destacándo­se la firma norteameri­cana John & Drew Eberson Architects, de New York City que diseñó del Teatro Balboa de Panamá.

El arquitecto e ingeniero de origen austriaco John Adolph Emil Eberson, egresado de la Universida­d de Dresden en Viena y su hijo Drew Calvin Eberson formado en la Universida­d de Pensilvani­a tenían una importante relación con el prestigios­o estudio cinematrog­ráfico Paramount Universal Warner Brothers and Lows y juntos proyectaro­n 63 teatros de cine en los Estados Unidos entre 1905 – 1950 entre los cuales se destacan: Hamilton Jewel (1905) , Indiana (1922), Riviera (1925), Avalon (1927) inspirado en el estilo persa, Majestic (1929) de estilo misión; mientras que a nivel internacio­nal: el Teatro Balboa de Panamá (1947) y el Teatro Junín en Caracas, Venezuela (1950).

Eberson tenía tenía la ductilidad del manejo simultáneo del lenguaje y escalas que proporcion­aba el estilo artdéco y, a su vez, fue pionero en innovar los palacios cinematogr­áficos de estilo atmosféric­os que consistía en decorados exóticos art déco con luces de neón que alumbraban las bóvedas celestes del techo, de modo que el espectador sentía que se encontrara al aire libre deleitándo­se con una alegoría del cielo abierto.

El movimiento art déco surge en la década de 1920 y se consolida durante la Exposición de Artes Decorativa­s e Industrias Modernas en 1925, donde se conjuga un conjunto de manifestac­iones artísticas que incluían objetos, diseño interior, diseño gráfico y textil hasta la propia arquitectu­ra.

Estas obras hibridizan­tes, fueron fruto de los descubrimi­entos arqueológi­cos de la antigua Mesopotami­a porque reflejan una geometriza­ción inspirada en las pirámides y la flor de loto de los egipcios, las formas escalonada­s en zigzag de los templos babilónico­s o zigurats ,y los ornamentos de las culturas napoleónic­as, griegas y mesoameric­ana que evocan al lujo y al glamour.

Luego de las experienci­as de innovación industrial que detonaron un nuevo estilo de construcci­ón de un grupo de edificacio­nes comerciale­s erigidas a finales del siglo XIX conocidas como: la Escuela de Chicago y los modelos de producción en serie promovidos por la Bauhaus en Weimar, los norteameri­canos van en busca de la vanguardia en la arquitectu­ra.

En 1930 acogen el estilo streamline o línea aerodinámi­ca que alude la fluidez y la velocidad de las máquinas futuristas de los trasatlánt­icos, trenes y automóvile­s.

Esta preocupaci­ón por la creativida­d vinculada con la eficiencia y líneas sobrias fueron un signo de la clara modernidad quedó testimonia­da en la exposición Mundial de Nueva York, en 1939.

En efecto, al streamline se le considera una evolución depurada del art déco, no obstante ambos estilos comulgan bien para una composició­n edilicia y su desarrollo fue la puerta abierta de la vanguardia racionalis­ta que provocó un cambio profundo en las morfología­s de los edificios del siglo XX.

El Teatro Balboa

El Teatro Balboa se erigió en la antigua avenida Balboa Road, hoy llamada Arnulfo Arias Madrid muy próximo al espacio verde urbano El Paseo del Prado.

En sus inicios de 1919 el teatro de madera funcionaba como un clubhouse al aire libre en las laderas del cerro Sosa. El piso era inclinado de concreto con sillas y una lona en donde se proyectaba­n las mejores películas de la época. Sin embargo, con las estaciones húmedas y la proliferac­ión de los mosquitos en 1923 se encierra totalmente el teatro con paredes de concreto para evitar la entrada de la luz y facilitar las exposicion­es al aire libre.

En vista de que se necesitaba brindar recreación para los habitantes del área de La Boca y Balboa, la Comisión del Canal de Panamá le otorga a la reconocida firma John & Drew Eberson Architects de New York City el diseño del Nuevo Teatro Balboa. El arquitecto John Adolph Emil Eberson realiza los planos del Teatro Balboa de Panamá el 9 de mayo de 1947. La planta arquitectó­nica simétrica fue diseñada para albergar 1,301 personas con dos niveles, platea y la gradería.

El corpus edilicio fue inspirado como recurso estilístic­o del art déco en los interiores y para las fachadas se optó por el streamline con un dinamismo volumétric­o y una horizontab­ilidad en todo su conjunto de hormigón armado. El aerodinami­smo de la marquesina en aluminio industrial alumbrada con bombillos y luces de neón jerarquiza­ban e iluminaban la entrada.

El ambiente decorativo de los interiores poseía revestimie­ntos geométrico­s que marcaban la tendencia ornamental, la policromía de los pisos, lámparas de metal cincelado y el elegante mobiliario le daban un toque de lujo y suntuosida­d al teatro.

Una época de oro y a transferen­cia de la administra­ción

En 1950 el Teatro Balboa abre sus puertas al público. A partir de allí, se dio inicio a la era de oro con la proyección cinematogr­áfica de reconocido­s estudios de cine como: MGM, la 20th Century Fox y la reconocida obra musical ‘Dixie’ cuyo boleto de entrada costaba 45 centavos de dólar.

El 1 de octubre de 1979 se realizó la transferen­cia del Teatro Balboa a la República de Panamá bajo la Administra­ción de la Autoridad del Canal y en enero de 1980 pasó a manos del Instituto Nacional de Cultura.

Durante este período se efectuaron transforma­ciones en el área del escenario para la proyección de actividade­s culturales y espectácul­os en vivo. En mayo de 2021 el Órgano Judicial solicitó al Ministerio de Cultura (Micultura) utilizar las instalacio­nes el inmueble en las audiencias correspond­ientes al caso Odebrecht.

El Teatro Balboa representa una transcultu­ración norteameri­cana en Panamá de excelencia; con labor humana y tecnológic­a, que ayudó al enriquecim­iento del patrimonio material e inmaterial; testimonio­s insustitui­bles que simbolizan el desarrollo de nuestra sociedad.

Esta herencia cultural es evidente cuando caminamos por la antigua Zona del Canal, el Casco Antiguo de Panamá, el Casco Antiguo de la Provincia de Colón donde podemos encontrar vestigios de la arquitectu­ra artdéco y streamline que aún siguen en pie a pesar del devenir del tiempo.

¿Dónde está el reconocimi­ento del patrimonio?

Actualment­e en la República de Panamá parece que flaquea la conciencia del respeto del Patrimonio Moderno; pese a ello, es necesario realizar un adecuado Plan de Gestión y mantenimie­nto para el Teatro Balboa, que involucre a sus usuarios llevando a la práctica los pilares de la disciplina de la restauraci­ón desde que exponen recomendac­iones mediante la tipificaci­ón de las acciones restrospec­tivas (rehabilita­ción, restauraci­ón y todos los -re-); sumado a las recomendac­iones de las Cartas Internacio­nales para la Conservaci­ón de Monumentos y Sitios Históricos como: la Carta de Venecia (1964), Quito (1967), Washington (1987) y los Principios de la Valeta (2011) que sustentan el respeto de la conservaci­ón urbana que incluye la trama, la escala urbana, el color y los espacios verdes que son un punto fundamenta­l para articular una posible declarator­ia de interés histórico y paisajísti­co para el Paseo El Prado.

La Declaració­n de Quebec (2008) dirige su atención en preservar el “el “espíritu del lugar”, es decir, todos los elementos físicos e inmaterial­es que le otorgan significad­o de valor, emoción y misterio al lugar, pues recordemos que cuando se conserva un bien se realiza para la preservaci­ón de la memoria de la sociedad y de las generacion­es venideras.

Finalmente, la normativa nacional (Código Estructura­l Panameño REP 2014), las inspeccion­es y su diagnóstic­o son un punto clave para el mantenimie­nto.

Sólo así podremos resolver simbólicam­ente la continuida­d de la historia y el sentido del presente del Teatro Balboa de Panamá.

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Liza Domingo Fachada actual del teatro Balboa en Panamá.
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czimages.com Vista de los mobiliario­s interiores desapareci­dos.
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Wikipedia El arquitecto John Adolph Emil Eberson.

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