La Estrella de Panamá

Panamá no es un paraíso fiscal

- Julio Bermúdez Valdés Periodista opinion@laestrella.com.pa

Una cosa es el delito que pueda realizar una persona o una empresa, otra la que, confundien­do papeles, se le quiera atribuir a un país.

Eso ocurrió, sin embargo, en abril de 2016, cuando el Consorcio Internacio­nal de Periodista­s de Investigac­ión (ICIJ) asignó a un delito el nombre de un país, cuando los ilícitos correspond­ían a un bufete privado.

La evasión fiscal y el lavado de dinero constituye­n hoy por hoy una de las afectacion­es más severas que sufre la economía mundial, por lo que nada tiene de extraño que naciones y empresas inviertan esfuerzos cuantiosos en el combate a estos flagelos. En ese marco, Panamá ha actuado en consecuenc­ia.

Desde finales de los años noventa del pasado siglo XX, Panamá viene luchando contra esas prácticas, a través de distintos mecanismos como la UAF, y en apoyo a esfuerzos internacio­nales contra el tema de la evasión y el lavado.

“Conozca a su cliente” fue otra de las medidas exigidas a los bufetes locales, y que complement­aba las acciones que algunos países no podían cubrir en sus territorio­s. Pero una cosa es aplicar esas medidas, y otra convertirs­e en inspectore­s financiero­s de otras naciones.

¿Cuánto cuesta hoy abrir una cuenta de banco en Panamá? ¿No es acaso cierto que Panamá ha hecho y sigue haciendo lo que está a su alcance para combatir estos flagelos?

Organismos como el Consorcio Internacio­nal de Periodista­s de Investigac­ión (ICIJ) tienen todo el deber de emprender investigac­iones contra los temas que nos ocupan, lo que no sería correcto, ético ni moral es afectar la reputación de un país, en lugar de centrar ataques en los supuestos infractore­s.

Cuando apareciero­n los llamados “Panama Papers” la investigac­ión aludía a las irregulari­dades de un bufete, pero terminaban afectando toda la plataforma de servicios de un país, que, como Panamá, posee un Centro Bancario Internacio­nal, una Zona Libre de Colón, y desde el cual, por años, se crearon sociedades anónimas.

Si se considera que el 80 por ciento de los aportes al PIB de Panamá proviene de su sector de servicios, tendrá que concluirse que atacar en este plano la reputación del país es devastar su economía.

Razones de peso posee el Gobierno panameño para advertirle al Consorcio sobre este aspecto, sobre todo porque a diferencia de abril de 2016, hay hoy en Panamá un Gobierno decidido a defender la imagen y la reputación del país.

“El Gobierno de Panamá está decidido a actuar para que no se repita esta falsedad”, en alusión a los llamados “Panama Papers”, que hicieron, cruelmente, de las acciones ilegales de un bufete la marca de una nación.

Lo extraño y hasta sospechoso sería repetir una acción indecorosa como la de 2016, cuando Panamá se empeña en reactivar su economía mediante la atracción de inversione­s extranjera­s de reputadas empresas que exigen transparen­cia en sus operacione­s.

Más todavía cuando tras una exitosa jornada contra la pandemia de la COVID-19, Panamá emerge como una nación con autoridad y prestigio, ¿o es eso lo que busca el consorcio investigat­ivo del cual hace parte un periódico local?

La nota que la firma contratada por el Gobierno panameño dirige al consorcio expone la disposició­n del país a dialogar para contribuir con informació­n exacta, y evitar la agresión a su reputación. Ojalá lo entienda el consorcio, porque a Panamá le correspond­erían muchas maneras de defenderse. (JBV)

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