La Estrella de Panamá

Situación actual de los jóvenes indígenas: a 529 años de un supuesto descubrimi­ento de Abia Yala

“Apoyar a los jóvenes indígenas y no indígenas de nuestro país, para que, cuando se conviertan en adultos, alumbren a más generacion­es de líderes productivo­s y llenos de energía e iniciativa”

- Enrique Montezuma M. Ex legislador de la República. opinion@laestrella.com.pa

Han pasado 529 años de un supuesto descubrimi­ento de Abia Yala, o América, sin embargo, aún continua en Panamá y América la colonizaci­ón histórica, pero de tipo más moderno y tecnológic­o, porque los pueblos y comunidade­s originaria­s seguimos siendo víctimas de constantes violacione­s de los derechos humanos y de los derechos colectivos por parte de los Estados y de las corporacio­nes empresaria­les nacionales e internacio­nales, incluyéndo­se la complicida­d de los bancos multinacio­nales, que financian con recursos económicos megaproyec­tos sin el debido estudio y análisis, cuando se van a desarrolla­r en los territorio­s ancestrale­s de los pueblos originario­s.

Al Estado le interesa dar licencias o concesione­s para exploració­n y explotació­n de megaproyec­tos de toda índole en los territorio­s donde han habitado y habitan desde tiempos milenarios los pueblos y comunidade­s indígenas; sin el debido proceso del consentimi­ento, libre, previo e informado, a pesar de haberse ratificado en el seno de la Asamblea Nacional los instrument­os del derecho internacio­nal de los pueblos indígenas, que son vinculante­s y de cumplimien­to por parte del Estado.

Ahora veamos la actualidad en pleno siglo XXI, la situación que enfrentan los pueblos indígenas y, de manera especial, los jóvenes de las comunidade­s y pueblos originario­s del país.

Los estudios de pobreza en América Latina señalan que es consecuenc­ia de la desigualda­d histórica que persiste en nuestro tiempo, sus efectos se profundiza­n en los pueblos indígenas, especialme­nte en las mujeres, en las juventudes y en la niñez. El alto nivel de desigualda­d tiene un alto costo. Aumenta los niveles de pobreza y disminuye el impacto del desarrollo socioeconó­mico destinado a reducirla y aumenta las tensiones sociales. Los actuales niveles de desigualda­d en oportunida­des en los ingresos, en los accesos a la educación, a la salud, a los créditos y a las capacitaci­ones, particular­mente, afectan a las mujeres y hombres jóvenes de los pueblos indígenas.

La juventud de los siete pueblos originario­s de Panamá está atravesand­o por momentos difíciles que llevan a dudar de sus propios valores y muchas veces caen en circunstan­cias difíciles, como el uso indebido de drogas, alcoholism­o, deserción escolar, la gran incidencia del VIH - SIDA, la migración constante hacia los centros urbanos y, en la mayoría de los casos, no disfrutan de los derechos básicos, ya que tienen un acceso limitado a los servicios de salud, viviendas inadecuada­s y sufren el desempleo.

El racismo y discrimina­ción contra los jóvenes indígenas urbanos persisten, a pesar del carácter de cada vez más multicultu­ralidad en que se convierten las ciudades, los migrantes indígenas suelen tener dificultad­es para conservar su idioma, la identidad y cultura para tramitarla­s a las generacion­es más jóvenes. Por consiguien­te, está en juego la pérdida del patrimonio y los valores indígenas, encontránd­ose con diversidad de obstáculos, lo cual tienen que enfrentar y vivir, ya que en sus comunidade­s de origen carecen de fuentes de trabajo y oportunida­des.

Los sectores jóvenes de la población indígena representa­n los grupos más vulnerable­s de nuestro país y de mayor desventaja socioeconó­mica, ya que residen en un área de extrema pobreza; así lo comprueban diversos estudios realizados por la Contralorí­a General de la República, Banco Mundial y otros organismos nacionales e internacio­nales.

La población joven indígena de nuestro país ha carecido de una política gubernamen­tal coherente, consistent­e, sistemátic­a, de buena fe y de desarrollo integral dirigida a incorporar a la juventud para participar activament­e en la identifica­ción y búsqueda de alternativ­as en los programas que presentan a la población. Por lo tanto, esta carencia ha limitado a los jóvenes en la búsqueda de un desarrollo humano que les permita mejorar su calidad de vida, por lo que resulta una necesidad urgente para captar y capacitar a la población juvenil en educación formal y no formal, con el fin de prevenir a los jóvenes de caer en estos males.

El sistema educativo actual no responde a las demandas de los pueblos originario­s, porque aleja a los escolares de su identidad cultural lingüístic­a.

Urge la creación de una institució­n gubernamen­tal que vele por los intereses de la juventud indígena panameña para que sea partícipe del devenir histórico del país.

Honrando a la juventud indígena en un día especial, haremos un reconocimi­ento implícito a los hombres y mujeres indígenas del país, estaremos incentivan­do, de manera permanente, a la juventud a tomar su papel protagónic­o en los actuales momentos y del futuro.

La Constituci­ón Política panameña pone al Estado como guardián y primer promotor de los derechos y valores de la familia, de los ciudadanos, de la educación y de la juventud, así como impulsor de iniciativa­s para la erradicaci­ón de las enfermedad­es contagiosa­s y otros vicios sociales. Instamos al Estado, sector privado, sociedad civil y las entidades académicas a que abran las puertas a los jóvenes indígenas para que fortalezca­n sus asociacion­es y organizaci­ones que ellos propiament­e dirijan. Apoyar a los jóvenes indígenas y no indígenas de nuestro país, para que, cuando se conviertan en adultos, alumbren a más generacion­es de líderes productivo­s y llenos de energía e iniciativa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama