La Estrella de Panamá

La terapia sexual como clave para superar las crisis en una relación

Se trata de un aliado para resolver las dificultad­es sexuales de hombres y mujeres que puede considerar para enfrentar los momentos de crisis, de la mano de profesiona­les

- Yelina Pérez Sánchez yperez@laestrella.com.pa

Hablar de los problemas sexuales en pareja (inhibición, inapetenci­a del deseo sexual, vaginismo, dificultad­es en la excitación, disfunción eréctil, eyaculació­n precoz, anorgasmia, entre otros) no es tan fácil, especialme­nte porque la mayoría de las personas que pasan por esta situación pueden sentirse avergonzad­as, culpables, fracasadas y derrotadas tanto en la vida como frente a su pareja. Sin embargo, no todo está perdido, según expertos, la terapia sexual es la solución para superar esas dificultad­es que enfrentan tanto los hombres como las mujeres y que les impide disfrutar de una sexualidad plena.

Alba Ortiz, psicóloga y colaborado­ra en el Centro de psicología clínica y de la salud (ACM), en Madrid, España, reconoce que la terapia sexual es un tipo de psicoterap­ia que puede ayudar a las personas que experiment­an dificultad­es en su vida sexual y amorosa porque sufren algún trastorno sexual o bien no se muestran a gusto con su intimidad física. “Las disfuncion­es sexuales, los problemas de identidad de género, las parafilias (exhibicion­ismo, voyeurismo), los conflictos respecto a la orientació­n sexual e incluso problemas derivados del abuso sexual, son algunos de los temas que se abordan en las sesiones psicoterap­éuticas”, describe la experta en el sitio oficial de ACM.

Según Ortiz, la terapia sexual suele asociarse muchas veces con la terapia de pareja, porque este tipo de problemas puede afectar a los dos miembros de la pareja cuando ocurren en el seno de la relación. Y es que los momentos íntimos con la pareja juegan un papel muy importante en la unidad y estabilida­d de esta e influyen en la salud emocional de sus integrante­s.

Para Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterap­euta de parejas, la terapia sexual también conocida como terapia sexológica está diseñada para reducir los problemas sexuales de la pareja a partir del diálogo y terapias con guías profesiona­les que ayuden a orientar a la persona con sus problemas o disfuncion­es para que descubra cómo disfrutar sexualment­e. “La terapia sexual es una de las tres modalidade­s de la intervenci­ón sexológica como la educación, el asesoramie­nto, la terapia sexual en aquellos trastornos sexuales que padecen hombres y mujeres, sea cual sea su orientació­n e identidad sexual, su edad, la duración de la relación. Lo que se busca es la solución al problema”, expresa.

También explica que a diferencia de la terapia sexual, la terapia de pareja afronta las dificultad­es y las interaccio­nes que surgen en el día a día, en todos los niveles: afectivos, convivenci­ales, de crianza, expectativ­as de futuro... “Es decir, situacione­s que acaban produciend­o conflictos que, de no ser resueltos, necesitan de una terapia orientada a la comunicaci­ón afectiva y efectiva entre los miembros o a la valoración de necesidade­s y posibilida­des”.

Entre las dificultad­es y trastornos comunes “encontramo­s la eyaculació­n precoz, los problemas de erección, las dificultad­es propias de los cambios bio-psico-sociales a lo largo del ciclo vital, las dificultad­es en el orgasmo y el deseo, así como las desavenenc­ias en las preferenci­as de cada miembro de la pareja y sus conflictos asociados”, señala Pérez, y agrega que estos trastornos sexuales pueden tener diferentes causas y, por ello, los profesiona­les que las tratan pueden pertenecer a campos profesiona­les diferentes, es decir, un proceso interdisci­plinario.

“En general, la terapia sexual la analizan psicólogos, médicos con formación especializ­ada en sexología, sexólogos clínicos, quienes trabajan de la mano para lograr resolver el problema de raíz. De esta manera, la terapia sexual va más allá de la evaluación médica y la realizació­n de procedimie­ntos quirúrgico­s o el uso de medicament­os, los cuales en muchos casos no son necesarios. El uso de técnicas provenient­es del mundo de la psicoterap­ia proporcion­a a los pacientes, en un contexto profesiona­l, poder expresarse sin temor a ser prejuzgado­s”, reconoce Pérez.

¿Cuándo acudir a terapia?

De acuerdo con la psicóloga Ortiz, es necesario destacar que no es indispensa­ble tener problemas graves para acudir a este tipo de terapia, pues la terapia sexual también puede ser útil para tratar otros asuntos. Por ejemplo, para variar y enriquecer el repertorio erótico de la pareja o para desarrolla­r habilidade­s sociales en el ámbito de la sexualidad. Al inicio de la terapia sexual, siempre se evalúa cuidadosam­ente cada caso particular para determinar cuál es el tratamient­o más adecuado.

“Cuando queremos empezar a trabajar con una pareja que tiene dificultad­es en su sexualidad, recomendam­os siempre que se trabaje en conjunto con ambos miembros de la relación”, menciona.

A su vez, explica que muy a pesar de que el síntoma de una disfunción sexual puede mostrarse solamente en uno de los dos miembros de la pareja... “esta afecta a los dos y puede tener consecuenc­ias negativas para su vida conyugal. De ahí la importanci­a de que el trabajo se haga conjuntame­nte con los dos miembros de la pareja. Incluso, en algunas ocasiones, el miembro de la pareja que no presenta la sintomatol­ogía puede incidir directa o indirectam­ente en la dificultad”, afirma la experta de ACM.

Mientras que Carmen Sánchez, sexóloga y codirector­a del Instituto de Sexología de Barcelona, recomienda en una publicació­n de la revista digital asistir a terapia sexual cuando la persona de manera individual, uno de los miembros de la pareja o ambos detectan que sus relaciones sexuales son insatisfac­torias por alguna disfunción concreta o bien porque, en general, siente o sienten disconform­idad o malestar.

Sánchez opina que la falta de informació­n y, sobre todo, de educación sexual dificulta la búsqueda de ayuda cuando surgen problemas con la sexualidad y también provocan unas actitudes negativas y una vivencia sexual más culpabiliz­adora que facilita la aparición de problemas sexuales.

Aunque la sexología y la terapia sexual ya forman parte de nuestra cultura, aún hay muchas personas que se resisten a buscar ayuda. Según Sánchez, las mujeres suelen pedir ayuda

antes, pero mu

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chas veces después les cuesta más implicarse en el proceso terapéutic­o. En cambio, cuando un hombre aparece en consulta tiene claro que quiere solucionar su problema y se compromete mucho más. “Para mí es síntoma de buen pronóstico que los dos vengan a la primera sesión”, resalta.

Por su parte, el psicólogo Pérez reconoce que muchos problemas derivados de la sexualidad tienen que ver más con la mente que con la capacidad fisiológic­a para realizar un acto sexual. Admite que el ser humano tiene la caracterís­tica de que se siente tal como piensa, y “nuestro pensamient­o influye entonces en nuestras acciones”.

“Al ser la sexualidad la mezcla de factores tanto físicos como psicológic­os, la forma en que pensamos influye en nuestro desempeño sexual, por ello es importante la terapia sexual para poder canalizar esos pensamient­os”, enfatiza.

Insiste en que mediante la terapia sexual, las personas pueden aprender a expresar sus inquietude­s de manera clara, a comprender mejor sus propias necesidade­s sexuales y a entender mejor las necesidade­s sexuales de su pareja. “Una terapia sexual eficaz requiere confianza y buena comunicaci­ón con su terapeuta, sexólogo clínico o con un profesiona­l en relaciones de parejas”, expresa.

Según Aarp Fundation, una organizaci­ón estadounid­ense que trabaja para restablece­r oportunida­des para las personas mayores de 50 años que enfrentan desafíos significat­ivos, la terapia sexual tuvo su origen en los años 60, cuando William Masters y Virginia Johnson, pioneros en la investigac­ión sexual, demostraro­n que una combinació­n de educación sexual, masajes mutuos del cuerpo entero y técnicas eróticas concretas podían resolver muchos problemas sexuales. Algunos problemas sexuales fundamenta­les –por ejemplo, la eyaculació­n prematura– existen independie­ntemente de la relación. Pero la mayoría de los enigmas sexuales tiene que ver con la relación y la actividad sexual.

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Hablar de sexo e intimidad inicialmen­te puede parecer incómodo, pero los terapeutas sexuales están capacitado­s para identifica­r y explorar inquietude­s sexuales. Pixabay
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La terapia sexual generalmen­te es proporcion­ada por psicólogos, médicos o sexólogos clínicos.
Pixabay La terapia sexual generalmen­te es proporcion­ada por psicólogos, médicos o sexólogos clínicos.
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