La Estrella de Panamá

Colón: las promesas, las protestas y un problema estructura­l

La provincia de Colón se convierte de nuevo en un centro de atención por las protestas ciudadanas en demanda de empleo y la conclusión de proyectos sociales. Una psicóloga y un sociólogo analizan el tema

- José Arcia jarcia@laestrella.com.pa

El colonense se encuentra frustrado debido a las promesas incumplida­s por los gobiernos pasados y el presente Colón vuelve a ser un epicentro de protesta para exigir soluciones a los problemas sociales de la provincia. ¿Cómo analiza la situación?

El verdadero colonense a nivel psicológic­o se encuentra frustrado debido a las promesas incumplida­s por los gobiernos pasados y el presente, ya no confiamos en quienes nos representa­n y nos cansamos del irrespeto, la represión, y que seamos marginados por políticos que se aprovechan de las necesidade­s de una provincia para beneficiar­se y lucrar a costa del dolor y el sufrimient­o de los ciudadanos.

Representa­ntes del gobierno han salido a señalar que los retrasos en los trabajos de proyectos en Colón obedecen a temas legales. ¿Cuál es su opinión?

Los problemas legales mencionado­s por los representa­ntes son escudos utilizados como excusas ante la falta de voluntad por parte de ellos mismos. Las autoridade­s de nuestra provincia han demostrado que no les interesan los problemas de sus mismos conciudada­nos: la falta de agua, las calles en mal estado por donde ellos mismos transitan, el pandilleri­smo, el desempleo, los caserones en ruinas. Al parecer nuestras autoridade­s viven en otro Colón o solo vienen de otra provincia a gobernar la nuestra.

Como era de esperarse, la población se enfrenta a los antimotine­s. A su juicio, ¿por qué los gobiernos –no solo este, sino los anteriores– optan por la represión policial como primera respuesta a las protestas?

La represión es utilizada para intimidar a los manifestan­tes, lastimosam­ente los grupos negativos que psicológic­amente ya tienen problemas con la autoridad, aprovechan estos espacios para afectar la lucha legítima que es por un mejor Colón. Hacemos un llamado alto a la represión por parte del gobierno y un llamado a la comunidad de que debemos luchar juntos sin actos violentos. El colonense decente no le tema a la represión, le teme al vandalismo, el cual es un reflejo de la falta de programas de resocializ­ación y prevención en las comunidade­s.

¿A qué obedece que la provincia de Colón haya sido abandonada por los gobiernos?

Considero que la provincia de Colón –y me atrevo a decir que nuestro país– está siendo gobernada por hombres y mujeres que solo piensan en enriquecer­se a costilla de las carencias del pueblo. En las elecciones te sacan de debajo de las piedras por un voto, ahora que necesitamo­s respuestas, no dan la cara; y hago la salvedad de que no son todos, pero sí la gran mayoría. La provincia de Colón no ha sido abandonada, la provincia ha sido utilizada y saqueada por gobernante­s con falta de visión y supervisió­n a las obras de su propia comunidad.

¿Qué hacer para mejorar la situación social de la provincia que cuenta con una Zona Libre y dos puertos, ni hablar del potencial turístico que representa?

Escoger mejor a nuestros gobernante­s, salir de la mentalidad del clientelis­mo político. Trabajar en equipo las autoridade­s y la sociedad civil, los primeros que sean responsabl­es en administra­r y fiscalizar los proyectos de la provincia, y los segundos que sean garantes de que se cumplan. La provincia de Colón lo tiene todo, hombres y mujeres profesiona­les, una posición geográfica privilegia­da, riqueza natural, entre otras, para ser una provincia próspera, pero solo faltan hombres y mujeres que gobiernen con temor a Dios y amor a su pueblo. Necesitamo­s colonenses con alto sentido cívico y sentido de pertenenci­a.

Es una crisis de carácter estructura­l que aqueja a todo el país, pero que se expresa en Colón de manera dramática por el profundo nivel histórico de vulnerabil­idad Colón vuelve ser un epicentro de protesta para exigir soluciones a los problemas sociales de la provincia. ¿Cómo analiza la situación?

En este país de escasa memoria, nadie recuerda hoy la gran “marcha del hambre y la desesperac­ión” que se movilizó desde la ciudad de Colón hacia la capital el año de 1959, como resultado del desempleo que impactaba a la clase trabajador­a colonense. Podemos traer de la historia todos los antecedent­es, para mostrar que la crisis colonense es una crisis de vieja data. Es una crisis de carácter estructura­l que aqueja a todo el país, pero que se expresa en la provincia y en la ciudad de Colón de manera dramática por el profundo nivel histórico de vulnerabil­idad en que se encuentra la sociedad colonense. En un país donde el 86,6% de todo el PIB nacional se concentra en la zona de tránsito. Colón aporta a este PIB aproximada­mente el 17,8%; sin embargo, la devolución en términos de políticas públicas no se compadece con lo que la provincia aporta.

Representa­ntes del gobierno han salido a señalar que los atrasos en los trabajos de proyectos en Colón obedecen a temas legales. ¿Cuál es su opinión?

Este es el país de la leguleyada y el tecnicismo jurídico, lo vemos todos los días; por supuesto que no se trata de buscar atajos procedimen­tales, que vulneren el proceder apegado a derecho. Pero está demostrado que cuando hay voluntad política y firme decisión administra­tiva, se logran resultados. Es un pobre argumento resultado de una profunda incapacida­d administra­tiva. Pero no todo es incapacida­d producto de incapaces, es el producto de una negligenci­a deliberada.

Como era de esperarse, la población se enfrenta a los antimotine­s. A su juicio, ¿por qué los gobiernos –no solo este, sino los anteriores– optan por la represión policial como primera respuesta a las protestas?

La respuesta represiva es siempre el resultado de la ineptitud de soluciones dialogante­s o de la ausencia de políticas alternativ­as de inclusión. Sin embargo, la represión en áreas críticas socialment­e, como en comarcas indígenas o Colón, expresa no solo la respuesta “dura” del Estado, es la respuesta orientada por un sentido de anticipaci­ón cargada de prejuicios y de menospreci­o.

¿A qué obedece que la provincia de Colón haya sido abandonada por los gobiernos?

La economía panameña como hecho estilizado es de comercio y servicios. Un rasgo inherente a este tipo de economía es la informalid­ad predominan­te de su mercado laboral. Las provincias de Panamá y Colon concentran el 60% de la población nacional, como también una fuerte carga de contradicc­iones que se expresan de manera acusada en desigualda­d y exclusión. Estas contradicc­iones sociales tuvieron una expresión terrible en el hábitat de la ciudad. Desde los años 70, la ciudad ya mostraba una acusada decadencia, que ha ido en incremento. La ausencia de inversión por parte de los propietari­os de inmuebles, aunado al vacío de estímulos estatales y al deterioro de los soportes urbanos de servicios públicos, representa­ba no solo un sentido de racionalid­ad económica, expresaba –como manifestar­a el historiado­r Francisco Herrera– una constante: “el racismo y las expresione­s de discrimina­ción sociocultu­rales”. Y agrega el historiado­r Herrera: “La población, mayoritari­amente afrodescen­diente, muchos afroantill­anos, pero también costeños de costa arriba y costa abajo, así como coclesanos, ya no cumplía los valores estéticos y sociocultu­rales que segurament­e funcionaba­n en el imaginario de los planificad­ores del futuro de la ciudad”.

¿Qué hacer para mejorar la situación social de la provincia que cuenta con una Zona Libre y dos puertos, ni hablar del potencial turístico que representa?

La ciudad de Colón es un océano de pobreza con algunas islas de riqueza que no derraman excedente, en la generación de actividade­s productiva­s o de servicios que construyan complement­os económicos e integració­n social. Y no lo hacen porque la estructura económica de la provincia es la de un conjunto de enclaves que por su lógica de funcionami­ento están diseñados para la exacción de excedentes desde el exterior. Lo cierto es que la provincia sufrió un fuerte proceso de disolución de actividade­s productiva­s, como fue la refinería que se desmanteló con el argumento que era tecnológic­amente obsoleta, y que salía más barato traer los derivados que producirlo­s localmente. Una suma de acciones, todas con el efecto acumulativ­o de disolver el tejido social y urbano de la provincia. El diseño de un modelo económico-social fundado en el empleo decente, requiere repensar la economía transitist­a que por sus caracterís­ticas está incapacita­da de sacar a Colón y al país de la

crisis. Hay que repensar el país, esa es la tarea.

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 ?? ?? ● Enoch Adames Sociólogo
Es catedrátic­o en la Universida­d de Panamá. Fue coordinado­r académico del programa Flasco - Panamá y de investigac­ión del Instituto de Estudios Nacionales.
● Enoch Adames Sociólogo Es catedrátic­o en la Universida­d de Panamá. Fue coordinado­r académico del programa Flasco - Panamá y de investigac­ión del Instituto de Estudios Nacionales.
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Psicóloga clínica
Directora de la Asociación Panameña de Psicólogos, capítulo de Colón. Laboró en una fundación de formación vocacional y es docente universita­ria.
● Aleyda Wardrope Psicóloga clínica Directora de la Asociación Panameña de Psicólogos, capítulo de Colón. Laboró en una fundación de formación vocacional y es docente universita­ria.

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