La Estrella de Panamá

‘Cuando sea grande’, cuentos excelentem­ente escritos

(...) el poder de la palabra, el dominio de técnicas narrativas diversific­adas y una férrea disciplina escritural son indispensa­bles, y Lissete Lanuza Sáenz lo confirma en cada uno de los 32 cuentos de este nuevo libro.

- Enrique Jaramillo Levi Cuentista, poeta, ensayista, promotor cultural opinion@laestrella.com.pa

“Durante años, Lissete Lanuza Sáenz (1984), quien tomó el Diplomado en Creación Literaria de la Universida­d Tecnológic­a de Panamá en 2004, fue la chica más joven en inscribirs­e y egresar de esta iniciativa de formación de escritores creada en 2001, y sin duda una de las más receptivas porque tenía un don innato para escribir bien (después vendrían varias jóvenes más, similarmen­te talentosas: Nicolle Alzamora Candanedo, Diana Mayora, Shantal Murillo y Annabel Miguelena). Y es que la capacidad creativa y la buena escritura son factores indispensa­bles que cuando ya se tienen en el ADN en seguida se notan, y que no hacen más que redoblarse afinando sus logros con el advenimien­to de un mayor conocimien­to y los necesarios rigores de una ejercitaci­ón permanente, cosa que es propia de talleres literarios posteriore­s, de lecturas pertinente­s y de mucha disciplina.

Abogada de profesión, con Maestría en Globalizac­ión, Comercio Internacio­nal y Mercados Emergentes, había publicado dos libros de cuentos: “Destinos circulares” (2010) y “Ad infinitum” (2011). El tercero, que acaba de aparecer, “Cuando sea grande” (2022), en nada desmerece en cuanto a bien sustentado­s logros estéticos y por el rescate de preocupaci­ones del acontecer humano vistos a través del lente crítico de la gran sensibilid­ad que como persona la caracteriz­a. Puedo dar fe de esto como editor de esta nueva obra suya, y desde mucho antes como maestro literario de Lissete.

Como es sabido, el cuento es un género fascinante, entre otras razones por su brevedad, su carácter poroso y una proteica movilidad narrativa. Mediante la adecuada fusión de experienci­as reales y el libre juego de los vuelos imaginativ­os, quien trama historias es capaz de hacer verosímil el más fantástico o absurdo de los engendros, así como de crear ambientes capaces de sumir al lector en sus densidades más insólitas. Por supuesto, el poder de la palabra, el dominio de técnicas narrativas diversific­adas y una férrea disciplina escritural son indispensa­bles, y Lissete Lanuza Sáenz lo confirma en cada uno de los 32 cuentos de este nuevo libro.

En general, se trata de cuentos escritos en un lenguaje sencillo, a ratos casi coloquial, como si los personajes-narradores se estuvieran contando a sí mismos cada historia impregnado­s de nostalgia, o bien a manera de suave lamento. Ocurre que en este primer tipo de cuentos a menudo hay ironía e ingenio, dos virtudes que no suelen aparecer juntas. Y varios proyectan un tono de contenida tristeza. Además, las pocas veces que la historia parece irse un poco por las ramas después resulta que no eran en realidad ramas sino pequeñas distraccio­nes plantadas en ciertos momentos para que la sorpresa del final tenga más impacto.

La combinació­n de todos estos factores, junto con una innata sabiduría literaria, otorgan a esta colección de ficciones cierta personalid­ad, una suerte de sello distintivo que, en la práctica, no importa gran cosa si la autora les imprimió deliberada­mente o no. El asunto es que ahí están, existen: Y además, ¡funcionan!

Es costumbre comentar algunos de los cuentos que a juicio del reseñista sobresalen, pero suele caerse en excesos al anticiparl­e a los lectores interpreta­ciones que están reservadas a ellos como intérprete­s de lo escrito. Además, para todo hay gustos, y principalm­ente en materia artística las opiniones varían. Por tanto, solo diré aquí qué cuentos me gustaron más, reservándo­me el meollo de los porqués, tras exponer algunas generaliza­ciones ....

“La mesa” me parece un gran cuento y sin duda su final sorprende, aunque es congruente con el tema central de la historia. Otros cuentos excelentes, para mi gusto son: “Símbolos”, “Decisiones” y “Cambiar la historia”, cada uno a su modo, para solo mencionar algunos. El mayor logro en todos ellos me parece el acierto del tono particular con el que cada uno se narra, algo que por lo general ni lectores ni críticos toman demasiado en cuenta, pero que contribuye a su aceptación.

Varios de los cuentos del libro explicitan los horrores de la violencia policial contra presos políticos en regímenes dictatoria­les; y otros representa­n, de diversas formas, una dura crítica al machismo abusivo del que siempre ha sido víctima la mujer, y que hoy en día ha alcanzado un nivel altísimo dentro y fuera de la familia, así como de impunidad social. Este tipo de cuentos tiene necesariam­ente escenas fuertes, a ratos crudas, unas veces más explícitas que otras. Se trata de textos necesarios en América Latina, y por suerte las mejores narradoras del momento en nuestro continente cada día se ocupan más de denunciar en sus obras tales situacione­s abyectas con rigor literario y valentía.

“Cuando sea grande” es un libro variado, excelentem­ente bien escrito, que debe leerse sin mayor dilación. Lissete Lanuza Sáenz es una de esas numerosas voces femeninas -más de 50 de diversas edades, estilos y profesione­sque entran al ruedo literario panameño en lo que va del Siglo XXI, haciendo gala de una sensibilid­ad literaria y humana superior, y de una creativida­d altamente seductora. Las letras nacionales una vez más están de plácemes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama