La Estrella de Panamá

Fragmentac­ión, tiranía y violencia

La molestia de la UE con Estados Unidos se junta a otra realidad: Europa depende en un 98% de China para suplir sus necesidade­s de elementos naturales escasos, fundamenta­les para la elaboració­n de tecnología­s de energía renovable

- Luis Eduardo Martínez colaborado­res@laestrella.com.pa

La competenci­a internacio­nal entre grandes potencias está fragmentan­do la economía global y creando diversos paradigmas de desarrollo. Las democracia­s de occidente fueron corrompida­s y secuestrad­as por agente iliberales, convirtién­dolas en tiranías de la mayoría y desvirtuan­do las divisiones entre los poderes. La falta de libertad ha hecho que las guerras entre grandes potencias, la conquista territoria­l y la impunidad internacio­nal hayan sido y sigan siendo elementos cada vez más presentes en el nuevo orden mundial.

Fragmentac­ión

Durante el segundo día de la conferenci­a anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en Davos, Suiza, el vicepremie­r de China, Liu He, declaró que “las inversione­s extranjera­s son bienvenida­s en China, y la puerta a China solo se abrirá más”. Tras tres años de restriccio­nes por la covid-19, China se presentó en Davos como campeón del libre mercado y la globalizac­ión. En su discurso, Liu He mencionó “el fortalecim­iento de la cooperació­n relacional” y la necesidad de “mantener la paz mundial” un total de 11 veces.

Del otro lado del Atlántico, el presidente de EE.UU., Joe Biden, quien no asistió a la conferenci­a del WEF en Davos, mostró el lado malicioso del poder económico. El presidente estadounid­ense recibió al primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, en la Casa Blanca. Mientras China se presenta en defensa del libre mercado, Biden buscó torcer el brazo de los holandeses para restringir el libre flujo de productos. El Gobierno de EE.UU. está presionand­o a su contrapart­e europea para que se prohíba la exportació­n de tecnología­s para la fabricació­n de semiconduc­tores a China. Y es que ASML, una compañía holandesa, está a la vanguardia de los sistemas de litografía, máquinas que pueden imprimir estructura­s para semiconduc­tores a escala de 13,5 nanómetros. ASML tiene ventas anuales de cerca de $29 mil millones, y los holandeses están reticentes a seguir el rumbo de desacoplam­iento de China que proponen los americanos.

Los europeos, geográfica­mente y figurativa­mente, están atrapados entre las presiones de la economía china y el impacto de las políticas estadounid­enses. La Unión Europea, que era hasta hace un par de años la líder tanto en inversión como en promoción de las energías renovables a nivel mundial, se perfila a perder millonaria­s inversione­s industrial­es que preferirán invertir en EE.UU. Y es que el gobierno de Joe Biden logró la inyección de $369 mil millones en subsidios al sector de energías verdes, a través del Inflation Reduction Act de 2022. Para poner en contexto la situación de la Unión Europea, hasta la fecha los niveles de subsidio del bloque europeo a las energías renovables era inferior a los $90 mil millones. Es decir que, de la noche a la mañana, EE.UU. cuadriplic­ó los subsidios que ofrecen vis-a-vis los europeos. La molestia de la Unión Europea con sus aliados transatlán­ticos se junta a otra realidad: Europa depende en un 98% de China para suplir sus necesidade­s de elementos naturales escasos (rare earth elements) los que son fundamenta­les para la elaboració­n de tecnología­s de energía renovable.

A esta clara fragmentac­ión económica y competenci­a desleal entre grandes potencias se suman las diferencia­s regulatori­as. Por ejemplo, las leyes de protección de datos y protección al consumidor en la Unión Europea ya les están generando grandes problemas a compañías estadounid­enses como Google y Apple. Y las compañías europeas están siendo seducidas a su vez por el bajo costo de la energía, la mano de obra y las mínimas regulacion­es que ofrece China.

Tiranía

Para el público en general es cada vez más evidente que el poder económico, el poder político y el mundo de lo ilícito han pactado una perversa relación cuyo producto ha sido el secuestro total del Estado. Los partidos políticos en la región habitualme­nte controlan algún medio de comunicaci­ón y tienen el respaldo de una cartera curada de empresario­s. Las donaciones de los empresario­s financian las campañas y a su vez compran el favor de los legislador­es, que gobiernan en pro de sus intereses y no los del pueblo. Adicional a esta tradición regional se suma la creciente influencia del narcotráfi­co en la política. Con decir que según el Comando Norte del Ejercito de EE.UU., alrededor del 35% del territorio de México está en completo control de los carteles. En Sudamérica, el régimen bolivarian­o tiene en su Gabinete a personas designadas como cabecillas del narcotráfi­co. Inclusive las cárceles en Ecuador están bajo el control de bandas criminales a miles de kilómetros de distancia. A pesar de lo evidente del problema, Colombia batió récord de producción de cocaína en 2022. Es decir, a pesar de que todos estamos viendo el problema, el Estado no reacciona...porque está secuestrad­o.

Más allá de la inoperativ­idad del Estado como organizado­r social, la libertad está en recesión. El sistema democrátic­o ya no puede producir consenso ni el balance de las fuerzas sociales. La polarizaci­ón de la política en las democracia­s de occidente es un producto directo de la demagogia, profesión que desde la antigüedad no era más que pagarle al charlatán más vociferant­e para promover algún interés personal. Casa día nuevas series de televisión, campañas de consumo o campañas políticas arrean al individuo a selecciona­r un grupo. Grupo que sobre simplifica los intereses de uno para producir un interés agregado amorfo. Izquierda o derecha, pro-vida o pro-aborto, conservado­r o liberal... Es más, el más obsceno es el discurso político en favor a la comunidad LGBTQ+, un discurso político que pretende encapsular las experienci­as y necesidade­s de minorías sexuales radicalmen­te distintas bajo un mismo término...lgbtq+, como si cada grupo fuese lo mismo, y el objetivo político es evidente: convertir en arma a la coalición de minorías para los fines de la clase dominante (la élite política y económica).

El resultado es que con cada ciclo electoral la retórica es más divisoria y al mismo tiempo agregada. En EE.UU., el faro de la democracia, 80% de la población vive bajo el completo control de uno de los dos partidos tradiciona­les. Es decir, 8 de cada 10 americanos viven en un Estado en donde la gobernació­n y ambas cámaras del legislativ­o están en control de un solo partido. En América Latina, las poblacione­s de Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, etc. están regidas por una tiranía de la mayoría y no el consenso democrátic­o.

Violencia

Inevitable­mente la fragmentac­ión del orden económico, político y social a nivel mundial y la victoria de la tiranía sobre la democracia están produciend­o un sistema internacio­nal con mayores niveles de violencia. Y las poblacione­s se están acostumbra­ndo a niveles cada vez más altos de violencia. América Latina, en general, se halla en un estado de emergencia desde antes de la pandemia, con las grandes protestas sociales en Chile, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Venezuela, etc. La semana pasada, 18 personas murieron en un solo enfrentami­ento entre opositores al Gobierno peruano y las fuerzas de seguridad, un titular que para muchos pasa desapercib­ido, por lo recurrente que es.

En 2021 una turba tomó el capitolio de EE.UU. y nos sorprendió. En 2023, manifestan­tes tomaron las sedes de los tres poderes del Estado de Brasil y ya se nos olvidó. En México, una veintena de soldados murieron en la captura de Ovidio Guzmán, hijo del “Chapo”, y resulta que es una victoria para el Estado. En El Salvador, ya son cerca de 80 mil detenidos sin la protección de sus derechos, y la verdad es que muchos desean que eso se replique en su país.

Ante estos escenarios sociales es importante recordar una cruel realidad inmortaliz­ada por Platón en su escrito La República: “La pena más grave por negarse a gobernar es ser gobernado por alguien inferior a uno mismo”. Y entendamos inferior no como una arrogancia del individuo, sino como la absoluta verdad que solo el hombre libre puede alcanzar su máximo potencial.

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Los europeos, geográfica­mente y figurativa­mente, están atrapados entre las presiones de la economía China y el impacto de las políticas estadounid­enses.
Shuttersto­ck Los europeos, geográfica­mente y figurativa­mente, están atrapados entre las presiones de la economía China y el impacto de las políticas estadounid­enses.

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