La Estrella de Panamá

Homenaje de las letras a un arquitecto

“El obsequio que hizo (Raúl Rolando) Rodríguez Porcell a la sociedad panameña con el diseño de la versión original de los planos de este hogar de los libros, quedará para la posteridad”

- Modesto A. Tuñón F. Periodista opinion@laestrella.com.pa

Una placa sencilla, que reconoce el papel del arquitecto Raúl Rolando Rodríguez Porcell, se ha desplegado a la entrada de la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero. Un grupo de amigos, familiares y el expresiden­te Aristides Royo Sánchez concurrier­on para la develación. Allí han recordado la decisión que se tomó en un momento crucial y el papel que jugó este profesiona­l para el establecim­iento de la sede de esta institució­n.

Al inicio de la década de los años 80, en el siglo pasado, las instalacio­nes de la Biblioteca Nacional, ubicadas en el límite del corregimie­nto de Santa Ana, frente a la Asamblea Nacional, se habían quedado muy estrechas para prestar los servicios a una ciudad que se expandía hacia el este. Se propuso un nuevo recinto y en principio se pensó en el antiguo hotel Tívoli, donde hoy está el Instituto Smithsonia­n de Investigac­iones Tropicales.

Tal idea tuvo que ser desechada y se decidió ubicar la biblioteca en el parque Omar, sitio del Club de Golf, recién entregado a las autoridade­s municipale­s del distrito de Panamá. Se propuso la casa club, situada en la cima del lugar y donde se celebraban actividade­s culturales. Pronto se vio que no era convenient­e este local, por el significad­o emblemátic­o que tenía y se decidió utilizar un área anexa, unida por un puentecill­o.

Se encontró un sitio muy cercano y situado a pocos metros. Allí se definió el perímetro y correspond­ió a Rodríguez Porcell proponer el primer diseño, que realizó sin cobrar un centavo por sus servicios profesiona­les. Con apoyo de algunos colegas, profesores y técnicos, tanto de la Universida­d de Panamá como del Ministerio de Vivienda, se avanzó en la definición arquitectó­nica final de la obra y se levantó el magnífico edificio.

Hay que resaltar el profundo sentido artístico que caracteriz­aba a Rodríguez Porcell, quien, además de la disciplina de la arquitectu­ra, había estudiado y practicó la ejecución del violín. Cuando joven se le veía caminar hacia el Conservato­rio Nacional con su instrument­o a cuestas y luego siguió la carrera de arquitectu­ra en Chile.

Al regresar de hacer sus estudios en el país sureño, se involucró en la docencia en la Universida­d de Panamá, donde logró ser decano y secretario general, entre otras posiciones. También ejerció como ministro de Vivienda. Consolidó trabajos de investigac­ión sobre la arquitectu­ra para países tropicales y defendió la tesis de cambiar los modelos de diseños para un medio caracteriz­ado por sus condicione­s climáticas muy particular­es.

Raúl Rolando, como lo llamaban sus íntimos, se desenvolvi­ó también en la actividad cultural, por ser un amante de la música e intérprete del violín y por el dominio de la pintura, a la cual dedicó gran parte de su tiempo, al retirarse de la vida profesiona­l. Además fue un prominente miembro del Frente de Trabajador­es de la Cultura, colectivo en que participar­on escritores, músicos, pintores, escultores, cineastas y expertos en folclore.

El amplio trabajo que él desarrolló también se extendió al campo internacio­nal; participó en importante­s actividade­s no solo formativas, sino también artísticas concebidas como políticas públicas. Así se comprende la atención a delegacion­es de intelectua­les y cultores de diferentes manifestac­iones. Esto le permitió fortalecer su visión de la realidad en otros confines.

La nueva sede de la Biblioteca Nacional ha cumplido una función muy amplia con la población, no solo estudianti­l, sino entre toda la comunidad interesada en adquirir conocimien­tos. Y las fuentes que proporcion­a la entidad son diversas, pues se concretan con los servicios y encuentros de todo tipo: presentaci­ón de libros, exposicion­es variadas, así como exhibicion­es de revistas, periódicos, artesanía y el cine club de los sábados.

El obsequio que hizo Rodríguez Porcell a la sociedad panameña con el diseño de la versión original de los planos de este hogar de los libros, quedará para la posteridad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama