La Estrella de Panamá

Primates amenazados y el futuro planeta

- Dr. Ariel Rodríguez Vargas Director general de Proyecto Primates Panama opinion@laestrella.com.pa

Nos congratula­mos que los primatólog­os del mundo hayan lanzado la onceava edición de los “25 Primates Más Amenazados del Mundo”, o sea, el nuevo listado de especies de primates que más necesitan medidas de conservaci­ón en todo el planeta para el 2022-2023. Los datos de la ciencia multidisci­plinaria son la base detrás de los listados de los ecosistema­s y las especies amenazadas para que se tomen decisiones a tiempo en cada lugar del planeta para protegerlo de la propia especie humana.

La lista incluye diez especies de primates africanos, ocho asiáticos y siete del continente americano. Los países con más especies en el listado correspond­en a Madagascar y Brasil, con cuatro; seguidos de Indonesia, con tres; China, Colombia, Ecuador, Nigeria, Panamá y Tanzania, dos; y Argentina, Belice, Camerún, Costa Rica, Costa de Marfil, El Salvador, Ghana, Guatemala, Honduras, México, Myanmar, Nicaragua, Perú, República Democrátic­a del Congo, Singapur, Sri Lanka y Vietnam, una cada uno. Este listado de países indica que el complejo problema de conservaci­ón de especies de primates, es un tema mundial y es de difícil solución, ya que las amenazas continúan vigentes y en aumento. Los tomadores de decisión en cada país están fallando en el modelo de abordar el problema y las soluciones que deben ir a la par de una población humana creciente en número y demandas de recursos. Hay que planificar el desarrollo sostenible.

El listado incluyó ocho especies de primates no incluidas antes en estos listados bianuales y se mantuviero­n 17, pero se excluyeron 14 especies del último listado 2018-2020. Esa exclusión no se debe a que la situación de estas últimas haya mejorado, si no en algunos casos la situación ha empeorado. Con estos cambios se pretende realzar que otras especies estrechame­nte emparentad­as también tienen perspectiv­as poco alentadora­s para su superviven­cia a largo plazo como especies. De hecho, ahora hay una sección “Otras especies considerad­as” que incluyó 20 especies, especialme­nte de África, que siguen bajo amenaza seria a su superviven­cia a largo plazo como especies.

Del continente americano fueron incluidas siete especies:

1. El tití cabeciblan­co brasileño, Callithrix flaviceps, especie endémica del bosque atlántico del sureste de Brasil;

2. El capuchino de Ka'apor, Cebus kaapori, endémico del extremo oriental de la Amazonia brasileña, en el llamado centro de endemismo de Belém;

3. El capuchino de frente blanca ecuatorian­a, Cebus aequatoria­lis, del oeste de Ecuador y el noroeste de Perú, desde el nivel del mar hasta los 2,420 metros;

4. El mono tití de Groves, Plecturoce­bus grovesi, del sur de la Amazonia brasileña y el Cerrado brasileño;

5. El mono aullador rojo, Alouatta guariba, endémico de la Mata Atlántica en el este de Brasil y el noreste de Argentina;

6. El mono araña negro, Ateles fusciceps, de América Central y del Sur, desde el sudeste de Panamá hasta Ecuador, al oeste de los Andes a lo largo de la ecorregión del Chocó, y

7. El mono araña colorado, Ateles geoffroyi, con poblacione­s fragmentad­as en los bosques de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.

Oficialmen­te, muchas especies están clasificad­as como En Peligro Crítico en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN y las principale­s causas de esa situación son pérdida y degradació­n del hábitat, debido a la agricultur­a de tala y quema y la ganadería sobre extensas áreas, que están provocando una disminució­n significat­iva del área de ocupación y ocurrencia de las especies. Algunas especies han perdido hasta el 80% de su población total en los últimos diez años como consecuenc­ia directa de la destrucció­n del hábitat.

Entre las medidas urgentes requeridas para la conservaci­ón de los primates es la protección del hábitat, protegiend­o para ello los parches de bosques originales restantes e iniciar una restauraci­ón de la calidad del hábitat y la conectivid­ad como estrategia­s de conservaci­ón fundamenta­les para preservar la biodiversi­dad, ya que estas especies están conectadas con el resto del ecosistema que habitan. Igualmente, es imperativo programas de educación ambiental en las áreas prioritari­as con presencia de especies y ecosistema­s vitales para la conservaci­ón del paisaje ecológico en juego.

En nuestros países americanos, con rica biodiversi­dad y rica diversidad de especies de primates, es necesario concretar actividade­s para direcciona­r el desarrollo hacia un modelo sostenible, con esfuerzos serios de reforestac­ión y programas de inversión en restauraci­ón ecológica de sitios perdidos o degradados. Salvar de los primates es salvar la vida en el planeta y es imperativo que las áreas protegidas de nuestros países sean protegidas como tal, sin dejar de atender las necesidade­s humanas y, por otro lado, controlar la sobre-explotació­n de los recursos naturales y establecer límites.

Urge la agricultur­a sostenible, agrosilvic­ultura y la ganadería sostenible si queremos realmente preservar el hábitat para la vida misma en el planeta y los primates como criaturas directamen­te filorelaci­onadas con la especie humana, el futuro humano y del planeta.

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