El arte de sonreír
La sonrisa rejuvenece, oxigena, limpia, elimina el estrés. Eliminamos endorfinas, nos hace ser personas agradables, hacemos ejercicio, aumenta la confianza, es bueno para la piel, equilibra el humor, mejora la digestión y hace vivir más
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Sonreír no cuesta nada! Así que no entiendo por qué tenemos que recibir una mala cara y actitud a primeras horas del día por parte de un colaborador mal capacitado y desmotivado… por no decir grosero, no creo que debamos “pagar el pato” por cosas que no provocamos.
Entre las razones que están matando el servicio al cliente en el mundo, es la cara de puñete con la que el consumidor se enfrenta a diario y, claro, un cliente potencial buscará a la competencia que lo reciba como se debe.
Sonreír rinde frutos, no solo abre las puertas a nuevas experiencias, amigos y contactos profesionales, sino que, además, sonreír, rejuvenece, oxigena, limpia, elimina el estrés. Eliminamos endorfinas, nos hace ser personas agradables, hacemos ejercicio, aumenta la confianza, es bueno para la piel, equilibra el humor, mejora la digestión y hace vivir más.
Y por si fuera poco, relaja los músculos y alivia el dolor. Las endorfinas que se liberan al sonreír actúan como analgésicos naturales, pudiendo aliviar el dolor crónico. Aumenta la creatividad, la memoria y la resolución de problemas.
Sonreír es clave y, aunque existen 18 tipos de sonrisas, la de felicidad es la que debería imperar en la vida de las personas. Lo invito a que en estos precisos instantes haga un alto y realice un análisis de su vida, puede que tenga mil razones para sonreír: Tiene vida, salud, casa, trabajo, familia, esposa, hijos, ahorros, nietos, carro, celular, dinero para recargar data, plata para el café que debe estar tomando, internet, cable, aire acondicionado, puesto para el parking y... Con solo alguna de estas razones o todas las anteriores, tiene más motivos que otros que no tienen nada porqué sonreír y aun así lo hacen.
Sin embargo, la sonrisa, pese a ser una de las expresiones más visuales del rostro, es la menos entendida por la humanidad y la más falsificada. Como cualquier expresión emocional puede ser alterada y utilizada para ocultar otra emoción. La máscara de la sonrisa, que es la más frecuente de las máscaras emocionales, sirve como expresión opuesta a las emociones negativas: miedo, ira, angustia, disgusto, asco, sorpresa o tristeza.
La máscara de la sonrisa a menudo se usa porque muchas mentiras requieren alguna variación o señal de felicidad para poder llevar a cabo con éxito el engaño.
Otra razón por la que la sonrisa se usa como máscara es porque es parte de muchos saludos y requiere que se muestre con frecuencia para indicar cortesía en la mayoría de los intercambios. Solo cuando se enfrenta a una situación sombría, en la que la otra persona se siente terrible, se considera inapropiado mostrar una sonrisa en un intercambio de saludos.
Las máscaras emocionales funcionan porque la ignorancia muchas veces es conveniente. Parece que, a pesar de conocer las diferencias entre una sonrisa real y una sonrisa falsificada, es probable que los verdaderos sentimientos de una persona aún no se detecten o no queramos chocar con la verdad.
La sonrisa se ha transformado en una máscara tan buena, porque en los intercambios de cortesía rara vez nos importa cómo se siente realmente la otra persona; y con los medios digitales portátiles es la menos observada.
Rara vez se analiza una sonrisa con cuidado, porque estamos acostumbrados a pasar por alto las mentiras en el contexto de los saludos corteses. Se podría argumentar que es incorrecto llamar a estas máscaras emocionales “mentiras” debido a la regla implícita de que la mayoría de los saludos corteses no permiten la expresión de emociones negativas verdaderas.
Otra razón, quizá más simple, detrás de la popularidad de usar la sonrisa como máscara es que es la expresión facial emocional más fácil de hacer voluntariamente. Mucho antes de la edad de un año, los bebés pueden sonreír deliberadamente. Es una de las primeras expresiones usadas por el bebé únicamente para complacer a otros.
Entre los tipos de sonrisa podemos encontrar: La de felicidad legítima, la triste y suele presentarse en actos de resignación. El desaparecido actor Robin William la tenía. La sonrisa de temor, que tiene un componente nervioso; la sonrisa cruel o sádica, la conquistadora, la sorpresiva, la falsa, la turbadora, y la sonrisa melancólica.
La sonrisa legítima de felicidad se puede percibir a través de tres elementos clave que tienen que accionarse al mismo tiempo, y en ella, la mirada juega un papel fundamental, así que si quiere ir percibiendo la sonrisa de los demás, primero hágase consciente de la suya y ¡ria!
Sonreír no solo tiene muchos beneficios, como dije al principio, sino que además juega un papel fundamental en la comunicación no verbal y hasta es capaz de engañar a nuestro propio cerebro. Y si busca la felicidad, primero busque cómo sonreír más.
Como cualquier expresión emocional, la sonrisa puede ser alterada y utilizada para ocultar otra emoción. La máscara de la sonrisa, que es la más frecuente de las máscaras emocionales, sirve como expresión opuesta a las emociones negativas: miedo, ira, angustia, disgusto, asco, sorpresa o tristeza”