Estancados en el ODS sobre salud
“Hay un reconocimiento casi absoluto de la necesidad de crear un sistema nacional público de salud. Tenemos las metodologías y herramientas, [...]”
Faltando solo siete años para la fecha límite que acordamos para cumplir con las metas de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, la OMS _basada en su informe anual “Estadísticas Mundiales de Salud 2023”_, señala que estamos estancados en el ODS sobre salud y se necesitan medidas urgentes para desencallar la falta de avances en el este ODS, que propone “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”.
El informe, que contiene datos hasta 2022, insiste en el estancamiento registrado en los últimos años en los avances en materia de salud relacionados con distintos indicadores sanitarios clave, lo que contrasta con las tendencias observadas en el periodo comprendido entre 2000 y 2015. Subraya el impacto negativo de la pandemia de COVID-19; alerta sobre la creciente amenaza que suponen las enfermedades no transmisibles (ENT) y el cambio climático, y pide una respuesta coordinada y decidida.
De acuerdo con el informe de la OMS, Panamá ha mejorado en el cumplimiento de los indicadores 3.1.1 Razón de mortalidad materna y 3.6.1 Tasa de mortalidad por lesiones debidas a accidentes de tránsito. No obstante, para los demás indicadores del ODS sobre salud mostramos el mismo estancamiento señalado para el continente y el planeta.
El informe hace especial énfasis en el porcentaje de muertes que, cada año, causan las enfermedades no transmisibles, subrayando que ha aumentado de manera constante, y hoy estas enfermedades son las responsables de casi tres cuartas partes de todas las vidas que se pierden cada año. De continuar esta tendencia, se prevé que, a mediados de siglo, las ENT representen alrededor del 86 % de los 90 millones de defunciones anuales; es decir, serán las causantes de 77 millones de muertes, un aumento de casi el 90 % en términos absolutos desde 2019.
En nuestro país las ENT constituyen el principal problema de salud pública, causando en los últimos cinco años 70 840 defunciones en Panamá, equivalente al 63 % del total de las 112 746 defunciones en el país. De ellas, las enfermedades del sistema circulatorio , los tumores y la diabetes ocasionaron 57 290 muertes. El abordaje de este, que es nuestro principal problema de salud pública, debe ser una prioridad del Gobierno, empresarios, sociedad y aspirantes a cargos de elección popular. Es hora de ponernos todos a trabajar en serio para promover y proteger la salud y la vida, evitando los factores de riesgo asociados a estas enfermedades y, prevenirlas, detectarlas y tratarlas oportunamente.
En este contexto, los panameños tenemos que redoblar nuestro compromiso con el ODS sobre salud y sus metas, y se me ocurren, por lo menos cuatro condiciones indispensables, veamos:
Comencemos por el reforzamiento _en estos 14 meses que le restan a la actual administración_ del compromiso y apoyo político efectivo por parte del Gobierno panameño para avanzar en la Cobertura Universal de Salud, lo cual implica que todos los panameños puedan acceder a toda la gama de servicios de salud de calidad, cuando y donde los necesiten, sin sufrir dificultades económicas. Abarca toda la gama de servicios de salud esenciales, desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos a lo largo del curso de la vida.
Sobre este punto estamos a medio camino. Hay un reconocimiento casi absoluto de la necesidad de crear un sistema nacional público de salud. Tenemos las metodologías y herramientas, y, espero que la necesidad de superar la fragmentación del sistema de salud sea nuestra principal lección aprendida durante esta epidemia.
Condición indispensable para lograr esa efectiva integración o coordinación del sector salud, es el fortalecimiento de la capacidad rectora de la autoridad sanitaria para el ejercicio efectivo de las llamadas funciones esenciales de salud pública, en especial las que tienen que ver con la regulación y fiscalización del sector, la garantía de la calidad de la atención, la vigilancia epidemiológica.
No menos importante es la obligación de desarrollar y fortalecer nuestros sistemas de información que ayuden a la toma de decisiones basadas en información científica y objetivamente verificable. Nuestros sistemas de información sanitaria, cuya finalidad es generar, analizar y difundir tales datos, en la práctica rara vez funcionan sistemáticamente. Producto de fuerzas históricas, sociales y económicas, son sistemas complejos, fragmentados e insensibles a las necesidades.
Finalmente subrayo la obligación de superar dos elementos de contexto que impiden nuestro desarrollo pleno y limitan los avances en el logro del ODS sobre salud: la profunda desigualdad que nos caracteriza, generada por un modelo económico que beneficia principalmente a una pequeña parte de la población, en perjuicio reconocido de nuestras comarcas, provincias más pobres y parte de la población que vive hacinada en los distritos y corregimientos más pobres de las principales provincias y; acabar con el clientelismo político y la corrupción impune, mediante la aplicación efectiva de la Justicia y la recuperación de nuestros valores éticos y morales.