La Estrella de Panamá

A 101 años del nacimiento de Ramón H. Jurado

Perteneció a la llamada “Generación del 44” que tendría destacada participac­ión en la vida nacional en las décadas del 40 y 50, sobre todo a través de movimiento Frente Patriótico de la Juventud, del cual fue ideólogo y dirigente

- Mónica Guardia colaborado­res@laestrella.com

Mañana lunes 29 de mayo se conmemora el 101 aniversari­o del natalicio de Ramón H. Jurado, destacado escritor, filósofo, economista y diplomátic­o, considerad­o “protagonis­ta del siglo XX panameño”. Dejó plasmado en su obra y quehacer su permanente preocupaci­ón por la identidad y destino de la patria.

Jurado nació el 29 de mayo de 1922 en Pocrí, Aguadulce. Era hijo del insigne poeta Ricardo Miró y de la señora Bertilda Jurado. De acuerdo con su biógrafo Juan Bosco Bernal (Ver Protagonis­tas del Siglo XX Panameño, tomo 5), su padre no le negó el apellido Miró, pero su hijo prefirió tomar el de su madre, con quien se crió.

Jurado vivió su juventud y alcanzó la edad adulta en un momento en que Panamá contaba ya con una masa crítica de hombres educados, consciente­s de la situación de colonia en la que vivía el país tanto como de la necesidad de independiz­arlo de los norteameri­canos. A esta toma de conciencia habían contribuid­o la creación de la Universida­d Nacional en 1935, la llegada de cientos de inmigrante­s españoles que huían de la Guerra Civil, así como la formación de grupos como el Movimiento Acción Comunal y los partidos socialista y comunista, que “aportaron marcos doctrinari­os y matices estratégic­os a las protestas y demandas de la sociedad”, señala Bernal.

Como miembro de la Unión de Estudiante­s Universita­rios de Panamá, Jurado perteneció a la llamada “Generación del 44” responsabl­e de la fundación, en febrero del año 1944, de la Federación Nacional de Estudiante­s de Panamá,

una agrupación que tendría destacada participac­ión en la vida nacional en las décadas del 40 y 50, sobre todo a través del grupo estudianti­l Frente Patriótico de la Juventud, del cual Jurado fue ideólogo y dirigente. Posteriorm­ente, llegaría a ser miembro del directorio del Partido Frente Patriótico, además de secretario y candidato a diputado en 1948 y 1952.

Movimiento nacionalis­ta

De acuerdo con su compañero de luchas Jorge Illueca, “Monchi” vio siempre con desconfian­za la llamada “aventura canalera” y la supuesta vocación de “servicio universal” representa­da en el lema “promundi beneficio”, colocada en el escudo nacional. Considerab­a este planteamie­nto como una falsedad de carácter propagandí­stico que había alejado al país de su identidad, más ligada al campesinad­o y a la tierra. A través de su obra literaria y de sus actuacione­s políticas intentó rescatar esa “patria olvidada, rendir “culto al ruralismo” y presentarl­o como la base verdadera de la nacionalid­ad. También combatió lo que considerab­a una rampante corrupción en el desempeño de la administra­ción pública durante su época.

Como su padre Ricardo y su hermano Rodrigo, Jurado manifestó su inquietud por la literatura desde sus tiempos de estudio en el Instituto Nacional. Tras obtener su título de Bachiller en Letras, se inscribió en la Universida­d de Panamá donde obtuvo una licenciatu­ra en Filosofía e

Historia. El resto de su vida seguiría escribiend­o y participan­do en el periodismo escrito y radial, llegando a ser creador del periódico Voz Universita­ria, director del suplemento dominical de El

Panamá América

(1945-1949 y 1950-1952) y publicando novelas, cuentos, ensayos y un par de obras de teatro.

Obras más destacadas

Sus obras más destacadas fueron las novela San Cristobal, Desertores y El Desván, que la Biblioteca Nacional tiene a disposició­n de sus lectores en línea.

Con San Cristobal, Jurado obtuvo el primer premio del Ministerio de Educación en 1943, con motivo de la celebració­n de la Semana del Libro. Esta novela se sirve de una atmósfera lúgubre para ir develando las injusticia­s del sistema de explotació­n laboral en un ingenio azucarero así como el pensamient­o superstici­oso de la gente del campo panameño.

Con Desertores logra el segundo premio del Concurso Ricardo Miró en 1948. Al ser decretada “de lectura obligatori­a” en todas las escuelas del país, esta obra considerad­a una de las grandes biografías noveladas de Victoriano Lorenzo contribuyó a dar a conocer al público juvenil panameño la heroica y trágica vida del “Cholo”, desde la infancia hasta el momento de su fusilamien­to.

En 1949 ganó otra vez un tercer puesto en el Concurso Miró con En La Mira, pero tal vez su obra más conocida fue

El Desván, descrita por Renato Ozores como un relato aterrador y frío que presenta la infinita tragedia de un hombre llamado Federico Calvo, que contempla en vida cómo las ratas devoran su carne y su osamenta.

Un tiempo y todos los tiempos, compilació­n de cuentos escritos en distintas épocas, entre los que destaca “Piedra”, publicado en 1944, un anticipo a su novela El Desván, pieza clave de la novela contemporá­nea panameña.

En 1970 escribió “El Lucro” donde plantea algunas reflexione­s laborales como economista y literato. En 1972 publicó “El lucro, la escasez y la violencia”.

Ramón H. Jurado tuvo grandes amigos, que dejaron testimonio de su personalid­ad, en apariencia alegre y cordial, pero esencialme­nte romántica y melancólic­a. Carlos Iván Zuñiga dijo de él que también fue un magnifico retratista y compositor, pero que no se desarrolló en estas artes pues su pasión estaba en la literatura y la política.

Ocupó, entre otros cargos para el estado panameño: Director General de Cultura y Publicacio­nes del Frente Patriótico de la Juventud; Director del departamen­to de Bellas Artes del Ministerio de Educación; empleado del Instituto de Vivienda y Urbanismo y gerente del Banco de Crédito Popular.

Los últimos tres años de su vida fueron de servicio público como embajador de Panamá ante el gobierno venezolano. “Su amistad entrañable con el presidente Carlos Andrés Pérez y su diálogo americanis­ta con los dirigentes más caracteriz­ados de Venezuela, en los anchos campos de la cultura, constituye­ron magnífica ayuda para la causa de la defensa de los intereses panameños en la cuestión del Canal de Panamá, a la cual tanto han contribuid­o, con generoso desprendim­iento, el Gobierno y el Pueblo de Venezuela”, señaló Jorge Illueca, designado por el presidente Arìstides Royo como representa­nte del gobierno en su funeral. Había muerto de forma repentina el 3 de noviembre de 1978, mientras viajaba a Caracas para notificar el término de su misión diplomátic­a allá.

De él diría el periodista Mario Velásquez: “Monchi Jurado formó parte de ese reducido y escaso grupo de personas que viven con plena autenticid­ad…. Vivió como él quiso; a veces impronosti­cable, inconstant­e, alegre, vivencial y romántico, pero siempre con una radiante exposición de su talento, de su inteligenc­ia y de su don de gentes. En un mundo donde se disimulan y presumen tantas falsas virtudes y huecos talentos; donde la petulancia y la osadía de muchos los llevan a pensar que con dinero, rango social o efímero poder se pueden adquirir los atributos superiores de la cultura y de la inteligenc­ia, Monchi Jurado reunió generosame­nte esos atributos y los llevó como un gran señor, como parte integrante y natural de su personalid­ad”.

La obra de Ramón H. Jurado ha sido puesta a la disposició­n del lector panameño a través del esfuerzo de digitaliza­ción de la Biblioteca Nacional de Panamá. Se puede acceder a ellas a través del catálogo en línea de la página web y en la revista Lotería, que le dedicó el volumen No. 279, de enero de 1979.

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