La Estrella de Panamá

Fentanilo y la nueva era depredador­a del narcotráfi­co

- Eduardo L. Lamphrey R. Economista opinion@laestrella.com.pa

El comercio de las drogas es cada vez más horrendo, prima la sobreacumu­lación de capital por encima de la vida de los adictos, no importa el color, religión o sexo, lo importante es hacer al individuo adicto y someterlo a las reglas del comercio de drogas, para seguir acumulando más capital y generar más utilidad.

Solo así podemos entender que el comercio de la cocaína va en descenso por la proliferac­ión del fentanilo, opioide conocido como “zombie drug” o “tranq”. Se combina con cocaína, heroína y metanfetam­inas para darle forma de pastilla “arcoíris”, mientras que en forma líquida se vende en aerosol nasal y gotas. Es más potente, barata y difícil de detectar. No requiere de grandes terrenos para elaborarla, ni mucha mano de obra, solo necesita insumos que obtiene en el mercado internacio­nal, como los precursore­s químicos poco regulados. Es fácil de transporta­r, un kilo de fentanilo, transporta­do en un sobre puede drogar a poblacione­s enteras. Más de 150 personas mueren, en Estados Unidos, cada día, por sobredosis del fentanilo.

Según la DEA, un kilo de fentanilo se transforma en un millón de pastillas de un miligramo, cada pastilla se vende, en el mercado de EUA, de 10-20 balboas, es decir este kilo genera ingresos de 20 millones, mientras su costo de producción es de 2 mil balboas. Pero consumir 2 miligramos es intoxicaci­ón letal y muerte. El mercado más utilizado por la demanda es “Deep Web”. Sin embargo, producir un kilo de cocaína cuesta 2000 balboas, genera en su venta en EUA, 100 mil balboas, pero para llegar allá tienen que transporta­rla desde Colombia, por toda Centroamér­ica, vía terrestre, mar o aérea.

El fentanilo reemplazó el mercado de la marihuana y cocaína, ahora los carteles norteameri­canos y los de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa importan los precursore­s químicos de China, Taiwán o Hong Kong y elaboran el fentanilo en sus laboratori­os. Lo producido externamen­te se envía a las fronteras del norte para entrar en el mercado gringo, especialme­nte Los ángeles, Chicago, Atlanta o Nueva York. La producción interna entra de inmediato en su mercado.

Así como cayó la demanda de cocaína y heroína en el mercado norteameri­cano, así mismo se incrementó la demanda de fentanilo, esta acaparó el mercado norteameri­cano, por generar más utilidades y menos peligrosa su transporta­ción. Esto demuestra la política de acabar con los carteles de la cocaína en Colombia y su transporta­ción, por bandas nacionales, que son apresadas diariament­e y privados de libertad por muchos años. Así la captación de toneladas de coca, diariament­e, muestra el deterioro de su comerciali­zación hacia Norteaméri­ca. Igualmente son detenidos cientos de lavadores de capital del narcotráfi­co, como jefes o capos de carteles.

Hoy los norteameri­canos dominan el mercado del fentanilo, no necesitan de los carteles de la cocaína, no quieren competenci­a con el fentanilo y ahora no quieren compartir las inmensas utilidades que genera el fentanilo con ningún otro cartel del narcotráfi­co.

Así como la sobreexplo­tación dinamizó las abrumadora­s utilidades con la era de los combustibl­es fósiles, que de paso, deterioró el medio ambiente, produjo la capa de ozono, agujeros negros, y hoy nos lleva a la extinción de nuestra especie por los drásticos cambios climáticos; así mismo, el obtener fabulosas utilidades en la producción y comerciali­zación del fentanilo, hace que a los carteles norteameri­canos no les importe que cada día mueran intoxicado­s miles de jóvenes gringos, que muy pronto acaben con esta generación, sometida al fentanilo. Y si esto implica acabar con la competenci­a, lo harán, con o sin ayuda de Gobiernos regionales o imponiendo políticas de sometimien­to hacia estos Gobiernos.

Para Panamá, la Fiscalía Anticorrup­ción investiga la desaparici­ón de 19 000 dosis de fentanilo del complejo hospitalar­io de la Caja de Seguro Social. Hecho que nos introduce en este nuevo y complejo proceso de comerciali­zación del fentanilo en Estados Unidos, asimismo este año se enviaron a Filadelfia 55.7 toneladas de cocaína incautadas, para su destrucció­n. También han apresado a capos panameños, que residían en otros países.

Quizás este nuevo mercado del fentanilo, agudice los conflictos entre las bandas barriales, aunque ya no solo serán transporti­sta y vendedores de cocaína, versión nacional “crispi”, sino de mentanfeta­minas, lo que seguirá agudizando la violencia urbana entre pandillas.

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