La Estrella de Panamá

Senderismo sobre 500 años de historia en el Parque Nacional Camino de Cruces

A pocos minutos de la ciudad de Panamá, se encuentra un pulmón natural donde los visitantes pueden disfrutar de diferentes actividade­s de manera gratuita

- Sandry Crespo sandry.crespo@laestrella.com.pa

Más de cuatro mil hectáreas de bosque húmedo, muy húmedo y parte de selva conforman el Parque Nacional Camino de Cruces. Un espacio con más de 500 años de historia que ofrece a los visitantes, entre muchas cosas, momentos de conexión con la naturaleza.

Es un corredor biológico que conecta su vegetación con el Parque Soberanía y con el Parque Metropolit­ano. Colinda con comunidade­s como Kuna Nega, Mocambo y parte de la Vía La Amistad. Es una de las seis áreas protegidas de la Cuenca del Canal, creada mediante la Ley 30 de diciembre de 1992.

Para llegar en carro se toma la Vía Centenario y a pocos metros de Merca Panamá, se encuentra la entrada del parque, en aplicacion­es como Waze o Google Maps se puede colocar la dirección. Sin embargo, debe estar atento a la entrada, pues el tamaño del cartel que tiene el nombre del parque no es muy llamativo.

Para llegar en transporte público se puede tomar el bus de la ruta C970 (Albrook – Merca Panamá), en la Bahía D de la terminal de Albrook, bajarse en la parada de Merca Panamá y caminar hasta la entrada del parque. Aunque debe tener cuidado al cruzar por la autopista. También puede movilizars­e en transporte privado. Una aplicación móvil cobra unos $5 dólares desde la sede de La Estrella de Panamá, el monto puede variar dependiend­o de la distancia, pero deja al cliente dentro del parque.

Al pasar la entrada, un camino de tierra conduce a la recepción. Un guía y un guardaparq­ues reciben a los visitantes. Hay estacionam­ientos, sillas y baños disponible­s. Tiene tres senderos: El Pescador, El Camarón y Camino de Cruces. También hay un circuito llamado Circuito Camino de Cruces.

El camino está claramente formado, por lo que no hay riesgo de perderse aunque las rutas tengan una señalizaci­ón visible. Además, hay buena señal telefónica, a pesar de que en dos o tres sectores del camino dicha señal se torna intermiten­te.

Según relata Jackeline González, guía turística del parque, han marcado algunas de las orillas de los senderos con materiales que reciclan de grandes construcci­ones.

Hace 500 años el lugar era conocido como Camino Real de Cruces. Fue una vía de tránsito muy importante para los españoles. De acuerdo con la investigac­ión de Azael Barrera ‘ El Camino de Cruces: La Primera Ruta Multimodal de las Américas’ publicada en el 2011, este fue el “primer ejemplo de ruta de transporte marítima, fluvial y terrestre de las Américas, que constituyó el eje que construyó al país”.

Luis Alfonso Puleio en su libro Caminos Coloniales de Panamá relata que el Camino de Cruces adquirió ese nombre porque servía para cruzar de un mar a otro. Fue forjado con fondos de los españoles y era la ruta administra­tiva que “movía mercancía de España a Panamá o hacia Sudamérica y viceversa”.

Actualment­e cumple una función estratégic­a para la superviven­cia de especies silvestres y fomentar la educación ambiental, la interpreta­ción de la naturaleza y el conocimien­to de los recursos históricos-culturales de la región.

La extensión total del parque es de 4,691 hectáreas. En él nacen varios ríos, como el Pedro Miguel y el Caimitillo que son muy importante­s para los reservorio­s del Canal de Panamá.

A medida que se recorren los senderos, se encuentran restos de caimito, “una fruta que le encanta a los monos aulladores”, dice la guía. También se observan vestigios de las familias afroantill­anas que llegaron a Panamá en la época de la construcci­ón del Canal y dejaron algunas vasijas, regaderas para las plantas, platones y hasta una bacinilla.

González muestra un cartel que fue parte de un proyecto que realizó un estudiante. Está desprendid­o del piso y recostado de un árbol, la impresión, desteñida y raspada no permite ver la informació­n dispuesta. “El joven enfermó y no pudo continuarl­o, consistía en colocar un código de QR y mediante un app los visitantes podían conocer informació­n de los árboles”. El que la guía muestra era de un árbol Espavé.

Uno de los visitantes se percata de un olor peculiar al pasar por parte del sendero. González detiene al grupo y expresa: “Cuando uno ingresa a un sendero, debe vivir toda la experienci­a, hasta los olores son importante­s, cuando empezamos no estaba este olor, lo sentimos desde ese pedacito hasta aquí (señala el espacio)”.

Añade que “normalment­e vamos caminando pendientes de cuánto falta para terminar el camino y a veces puede ser el olor de una serpiente o un saíno, hay muchos olores. Hay que ir pendientes de lo que estamos viviendo para llevarnos una buena experienci­a. Algunos tenemos la práctica otros no, pero sí hay mucha diferencia, en el camino va a oler a flores, a hojas secas, plantas…”.

Espacio para acampar

En el parque hay un área habilitada para acampar. Cuenta con mesas, espacios para ubicar las tiendas de campaña y área para fogatas. Realizar la actividad no tiene costo, queda a disposició­n del visitante si hace algún donativo.

“Es para quien le guste la experienci­a de acampar dentro de un bosque o de un área protegida. Se deben tener los conocimien­tos básicos de cómo acampar, tener cuidado de no provocar incendios, no dejar basura, no utilizar materiales que contaminen el entorno. Como lo encuentran lo deben dejar. Siempre se le da al visitante las reglas de cómo debe usar el espacio”, aclara González.

La guía detalla que esa zona de acampar “es para un tipo de visitante que todavía no tiene la experienci­a de acampar; es decir, para principian­tes. Ahí ya se van conectando con la naturaleza, aprenden qué deben traer y que no, qué deben hacer y que no. Nos ha funcionado durante los más de tres años que tiene el espacio habilitado,. Siempre vienen familias, grupos de amigos, universida­des y realizan su camping de un día para otro”.

Las actividade­s son gratuitas, excepto si se trata de alguna filmación profesiona­l. “No hay costo para ingresar ni para acampar. Los grupos que acampan a veces realizan donaciones, en especial productos de higiene que pueden aprovechar los otros visitantes”.

“Cuando las personas llegan lo primero que hacemos es explicar las medidas de seguridad que deben tener. Traer las vestimenta adecuada, buenas zapatillas, no traer colonia, traer linterna, un kit de primeros auxilios. En la noche nosotros venimos, revisamos, damos el apoyo si van a encender fogatas, hay un área delimitada y exclusiva para eso, nosotros controlamo­s que se haga cómo se debe”.

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Carlos Camarena La extensión total del Parque es de 4,691 hectáreas.
 ?? Carlos Camarena ?? El Parque Nacional Camino de Cruces forma parte del Sistema Nacional de áreas protegidas administra­das por el Ministerio de Ambiente.
Carlos Camarena El Parque Nacional Camino de Cruces forma parte del Sistema Nacional de áreas protegidas administra­das por el Ministerio de Ambiente.
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Carlos Camarena En el parque hay un área habilitada para acampar.
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Sandry Crespo | La Estrella de Panamá Jackeline González, guía turística del Parque Nacional Camino de Cruces.

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