La Estrella de Panamá

Los banqueros del caos ambiental

Se trata de un problema que impacta a un importantí­simo mecanismo de control de la temperatur­a global, que traslada calor, carbón y nutrientes desde los trópicos hacia el Círculo Ártico [...]

- Juan Jované Economista opinion@laestrella.com.pa

Los más reciente informes sobre los efectos del cambio climático, generado por la emisión antropogén­ica de gases invernader­os, son desalentad­ores. Los mismos muestran la presencia de factores de retroalime­ntación, en que el cambio climático y sus consecuenc­ias se auto refuerzan.

Es así, por ejemplo, que la Corriente Atlántica, conocida como Amoc, por sus siglas en inglés, ha venido perdiendo velocidad. Se trata de un problema que impacta a un importantí­simo mecanismo de control de la temperatur­a global, que traslada calor, carbón y nutrientes desde los trópicos hacia el Círculo Ártico, permitiend­o, entre otras cosas, que el clima de Gran Bretaña, paradójica­mente, será más helado y húmedo.

Este problema ha sido analizado recienteme­nte por un equipo de científico­s de la Universida­d de Utrech, quienes en un artículo publicado en Science Advance con el título de “North Atlantic surface ocean warming and salinizati­on in response to middle Eocene greenhouse warming” (enero de 2024), llaman la atención sobre el hecho que el deshielo dentro del Círculo Ártico ha llevado a que las aguas frías enfrenten la corriente en puntos más adelantado­s que previament­e. El peligro, entonces está en que la Corriente Atlántica (Amoc), que viene perdiendo velocidad, se hunda también en un punto más adelantado. Los autores del documento señalan que la creciente desacelera­ción del Amoc llevaría en algún momento a traspasar un punto crítico, haciendo que este fenómeno ocurra efectivame­nte. Los mismos aducen que esta posibilida­d se daría en un momento que estaría entre el 2025 y el 2095.

Este proceso en que los cambios cuantitati­vos llevan a un cambio cualitativ­o, que el Instituto de Ciencias Matemática­s de la Universida­d de Copenhague señala que segurament­e se dará hacia el 2057, tendría consecuenc­ias caóticas. Entre estas se pueden señalar algunas. Se destaca que el mismo aceleraría el deshielo de Groenlandi­a, lo que de por si llevaría a una elevación del nivel del mar, que significar­ía la inundación de ciudades como Nueva Orleans, Ámsterdam y Bangkok. De acuerdo a los autores que ahora comentamos el alza del nivel de mar podría ser de un metro. Esto, obviamente tendría serías consecuenc­ias para nuestro país.

Otros de los efectos del posible punto de inflexión de la Amoc serían los siguientes: un recrudecim­iento del clima en Europa y especialme­nte en Gran Bretaña; una estación seca más dura en el Amazona, que posiblemen­te lleve a un punto de inflexión que signifique un cambio que haga desaparece­r el actual sistema ecológico existente; fluctuacio­nes de temperatur­a errática en todo el mundo, lo que llevaría a una alteración de los regímenes de lluvia de Suramérica, África occidental y la India.

Teniendo en cuenta que lo anterior se debe a la emisión de gases invernader­os por la sostenida utilizació­n de combustibl­es fósiles y la falta de una rápida transición energética, surge una pregunta: ¿quiénes son los agentes básicos de esta situación? El dedo acusador, obviamente, apunta hacia los poderosos oligopolio­s que controlan la producción, procesamie­nto y distribuci­ón de los combustibl­es fósiles. Sin embargo, estos no están solos, sino que tienen un poderoso aliado: los grandes bancos transnacio­nales.

El compromiso de los grandes bancos que operan a nivel global con los combustibl­es fósiles está ampliament­e documentad­o. Un documento publicado por un conjunto de ONGS, entre las que se destaca el Sierra Club, titulado “Banking Climate Chaos”, muestra que entre el 2017 y el 2021 los 60 bancos más grandes del mundo financiaro­n la industria de los combustibl­es fósiles por cerca de US $. 4.6 billones (millones de millones). Uno solo de estos, J. P. Morgan Chase resulta ser el más grande financista de dicha industria (US $. 382.4 mil millones en dicho período). Por su parte un artículo publicado recienteme­nte por Erik Jakcson de la Unión of Concern Scientist afirma que la situación continua, ya que, por ejemplo, el banco HBC basado en Londres ha ayudado a lograr un financiami­ento de US$. 47.0 millones para la industria de combustibl­es fósiles en 2022.

Todo lo anterior significa que la humanidad solo logrará sobrevivir evitando el caos climático si se logra construir una verdadera civilizaci­ón ecológica. Para esto la población consciente del desafío que esto implica, deberá enfrentar tanto a las trasnacion­ales petroleras, como a los banqueros del infierno climático.

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