La Estrella de Panamá

Fin de una gestión irresponsa­ble

- Franklin Castrellón Morales Periodista opinion@laestrella.com.pa

Al asumir el cargo como presidente de la República el 1 de julio de 2019, Laurentino Cortizo pronunció una frase que al término de su gestión considero lapidaria: “Lo importante no es cómo entramos, sino cómo salimos”. Y al concluir su gestión el 30 de junio de 2024 saldrá como uno de los presidente­s, si no el más irresponsa­ble de nuestra historia. Esa calificaci­ón la comparte su vicepresid­ente, José G. Carrizo, quien aspira a la presidenci­a de la República en las próximas elecciones.

Bastan cinco ejemplos para merecer tan deshonroso título:

1) Prometió que la educación sería la estrella de su gobierno, pero los resultados del Programa para la Evaluación Internacio­nal de Estudiante­s (PISA) 2022 revelan que los estudiante­s panameños están muy por debajo de sus pares de la Organizaci­ón de Cooperació­n para el Desarrollo Económico (OCDE) en las materias evaluadas (matemática­s, lectura y ciencias); y en cuanto a la infraestru­ctura para la educación, aun después de cuatro años, nunca se han podido iniciar las clases a tiempo porque no se han rehabilita­do todos los centros educativos para recibir a los estudiante­s.

2) Su plan contemplab­a la solución de la crisis del programa de pensiones vía el “Diálogo Nacional por la Caja de Seguro Social”, con miras a rescatar la institució­n de la “influencia politiquer­a” y lograr mayor sostenibil­idad financiera del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), pero ignoró este compromiso. Hoy día, el programa IVM está al borde del colapso. La excusa transmitid­a un año antes del término de su gestión era la falta de “capital político”.

3) Prometió dotarnos de una moderna constituci­ón en la primera legislatur­a de su mandato, basada en un proyecto surgido de la Concertaci­ón Nacional para el Desarrollo, pero en su lugar prefirió mantener la actual, que carece de la garra para prevenir y combatir el clientelis­mo, la corrupción y la impunidad. ¡La razón salta a la vista!

4) Dijo que en su gestión implementa­ría la Estrategia Logística Nacional 2030, para convertir a Panamá en hub logístico de las Américas, pero abandonó al sector a su suerte. Debido a su inacción, Panamá ha perdido competitiv­idad y capacidad para afrontar los efectos del cambio climático y el fenómeno de El Niño.

5) Finalmente, pese a la urgencia que tiene la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y la región metropolit­ana de nuevas fuentes hídricas, el Ejecutivo ha ignorado solicitud que le hiciese esa agencia en septiembre de 2023 para iniciar acciones para resolver el problema. Para ello es necesario que el Ejecutivo impulse una ley que derogue la disposició­n de la Ley 20, de julio de 2006, que prohíbe construir embalses “para el funcionami­ento del tercer juego de esclusas”. Ello permitiría a la ACP coordinar con la comunidad de río Indio el desarrollo de un reservorio multipropó­sito que resolvería la demanda de agua para el Canal y el consumo humano de la región metropolit­ana y Panamá Oeste, por lo menos hasta el año 2050.

Desde mi perspectiv­a, de todas las irresponsa­bilidades incurridas por el actual gobierno, las más graves son las relativas al sistema IVM y la urgencia de agua para satisfacer las necesidade­s del Canal y la región metropolit­ana. Incluso, un buen técnico, como lo es el director del IDAAN debió haber aconsejado mejor al Ejecutivo. Pero pareciera que ha involucion­ado para convertirs­e en pésimo político, al asimilar como propia la tesis de la falta de “capital político” para resolver el problema hídrico.

La actual administra­ción sí ha sido diligente en recibir los $2,500 millones anuales que aporta la ACP de sus excedentes, pero ha sufrido de cobardía política al ignorar el problema hídrico, para dejárselo al candidato presidenci­al que gane las elecciones del 5 de mayo de 2024. Pero mientras se instale y organice el nuevo gobierno, tardaría algún tiempo antes de que se tome la decisión correcta.

En semejante escenario, la esperanza de una pronta solución depende de la celeridad con que la Corte Suprema de Justicia resuelva dos demandas de inconstitu­cionalidad de la Ley 20 de 2006, que derogó la ley que creaba la Cuenca Occidental del Canal, una interpuest­a por el abogado Juan Ramón Sevillano y Juan C. Navarro, y la otra por el abogado Publio R. Cortés. Una decisión favorable devolvería la Cuenca Occidental a la ACP.

Ambas demandas alegan que la Ley 20 viola el Título Constituci­onal del Canal y la Ley orgánica de la ACP. En efecto, el artículo 319(5) del Título Constituci­onal otorga a la Junta Directiva de la ACP la facultad de “proponer los límites de la cuenca hidrográfi­ca del Canal para la aprobación del Consejo de Gabinete y la Asamblea Nacional”. Este mandato es reiterado en el Art. 18 de la Ley Orgánica, que estipula en su acápite 6 que a la Junta Directiva le correspond­e “proponer los límites de la cuenca hidrográfi­ca del Canal y las revisiones que correspond­a hacer a dichos límites, para la aprobación del Consejo de Gabinete y del Órgano Legislativ­o”. Ese trámite constituci­onal y legal, sostienen los demandante­s, no se cumplió al dictarse la Ley 20.

Una pronta decisión permitiría a la ACP, no solo proseguir con el proyectado reservorio multipropó­sito de río Indio para atender la demanda futura de agua de la población de la región metropolit­ana, Panamá Oeste y el Canal, sino para mejorar la calidad de vida de las comunidade­s aledañas, desarrolla­ndo actividade­s turísticas y de pesca, y generando fuentes de empleo. La Corte Suprema de Justicia tiene la última palabra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama