La Estrella de Panamá

La vinculació­n de Puerto Rico con EE.UU. continúa 125 años después de su cesión por España

- Marina Villén / EFE

Puerto Rico sigue vinculado a Estados Unidos como un Estado Libre Asociado cuando se cumplen este jueves 125 años de su cesión por parte de España, una situación colonial que está en el centro del debate político en la isla y más en un 2024 de elecciones.

El 11 de abril de 1899 entró en vigor el Tratado de París, cuya firma el 10 de diciembre del año anterior puso fin a la guerra hispano-estadounid­ense por la que España perdió Puerto Rico, Cuba, Filipinas y Guam.

Para Manuel Minero, historiado­r español establecid­o en Puerto Rico, durante el siglo XIX esta isla “emergió como una valiosa excepción en medio del Caribe por su capacidad de autosusten­tación”, fundamenta­da en la proliferac­ión de minifundio­s con gran variedad de cultivos y en la riqueza de las grandes haciendas azucareras.

Desde el punto de vista estratégic­o-militar, el historiado­r, que realiza un doctorado en historia de Puerto Rico y el Caribe, destacó que “la culminació­n de la expansión hacia la costa oeste afianzó el interés de EE.UU. por controlar el istmo de Panamá y extenderse por el mar Caribe”.

Tras la entrada en vigor del Tratado de París, cada una de las antiguas colonias españolas tomó un rumbo distinto. Mientras Cuba y Filipinas lograron su independen­cia de EE.UU. en 1902 y 1946, respectiva­mente, Puerto Rico y Guam se mantienen hoy como territorio­s no incorporad­os.

Según Minero, que ejerce su labor al frente del Museo del Mar, en esto influyó aquella posición estratégic­a entre el Atlántico y el Caribe, que “se revalorizó de nuevo bajo la soberanía estadounid­ense en el contexto de las dos guerras mundiales y la Guerra Fría”.

“Puerto Rico adquirió cierto protagonis­mo como base aérea y naval de EE.UU. y se convirtió, durante las décadas posteriore­s, en un ejemplo del desarrollo capitalist­a ante sus vecinos del Caribe”, agregó.

Pese a todo, el historiado­r considera que Puerto Rico, Cuba, Guam y Filipinas han compartido “un destino marcado por la defensa, con diferentes grados de éxito, de su herencia cultural y su relación con EE.UU.”.

En Puerto Rico, todo comenzó el 25 de julio de 1898, cuando las tropas estadounid­enses entraron por Guánica, en el sur de la isla, iniciando una ofensiva terrestre tras meses de bombardeos y bloqueos a San Juan.

“En un principio, el gobierno militar estadounid­ense se vio obligado a improvisar en la política social y económica que obedecía a la dureza de los huracanes y la devaluació­n de la moneda provincial frente al dólar”, explicó Minero.

En 1917, EE.UU. otorgó la ciudadanía estadounid­ense a los puertorriq­ueños y, en 1952, se estableció el Estado

Libre Asociado, que continúa vigente hasta la actualidad.

El debate sobre el estatus político

Puerto Rico tiene cierto grado de autonomía y un gobierno y Parlamento locales, pero áreas como defensa, fronteras, moneda o relaciones diplomátic­as quedan bajo el control de EE.UU.

Los esfuerzos para que el Congreso estadounid­ense apruebe un referéndum vinculante con el que Puerto Rico pueda elegir entre la anexión como estado, la independen­cia o la soberanía en libre asociación, no han dado todavía frutos.

Este tema ya se ha posicionad­o como un punto de fricción de cara a las primarias de junio y a las elecciones generales de noviembre, incluso dentro de las filas del gobernante Partido Nuevo Progresist­a, que aboga por la anexión.

El gobernador, Pedro Pierluisi, aseguró a principios de mes que “este no es el momento” para convocar una consulta local sobre el estatus y que se deben dirigir los esfuerzos a lograr el apoyo de los republican­os al proyecto de referéndum vinculante.

Así respondió a su contrincan­te en las primarias, la actual comisionad­a residente en Washington, Jenniffer González, quien un día antes denunció que “no hay razón ni excusa para que, a estas alturas, no se haya convocado este plebiscito”.

Es probable que este tema también entre en las campañas políticas del Partido Popular Democrátic­o, que defiende el actual estatus político, y de las formacione­s que se inclinan por la independen­cia o una mayor soberanía.

 ?? EFE ?? Fachada del Palacio de Santa Catalina, sede del Gobierno de Puerto Rico, con las banderas estadounid­ense, puertorriq­ueña y española.
EFE Fachada del Palacio de Santa Catalina, sede del Gobierno de Puerto Rico, con las banderas estadounid­ense, puertorriq­ueña y española.

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