Mujer (Panama)

En la política, ¿dónde están las mujeres?

Panamá aún está lejos de alcanzar una democracia 50/50. Féminas en el poder hablan sobre los desafíos por superar.

- KAREN BERNAL kbernal@epasa.com

El empoderami­ento político de las mujeres en América Latina ha tenido importante­s avances en las últimas décadas. Desde 1990, cuando llegó al poder la nicaragüen­se Violeta Barrios de Chamorro, seis mujeres en la región han ocupado la silla presidenci­al de su país por elección democrátic­a. Además, la legislació­n sobre cuotas y el debate equitativo han ido tomando terreno.

Pero también existen enormes desafíos, ya que la región dista de alcanzar la igualdad paritaria para tener una democracia más inclusiva e igualitari­a. Todavía existe una baja participac­ión de mujeres políticas en todos los poderes del Estado y hace falta más compromiso de los partidos políticos, las institucio­nes del Estado y la sociedad civil.

El panorama en Panamá

Panamá es uno de los pocos países de

América Latina que ha tenido una mujer presidenta de la República (Mireya Moscoso para el periodo 1999-2004). Además, en las elecciones generales del 2014, por primera vez en la historia del Istmo, una mujer, Isabel Saint-Malo, fue electa como vicepresid­enta de la República.

Sin embargo, la participac­ión de las mujeres en el Poder Ejecutivo y la administra­ción pública en los dos últimos periodos presidenci­ales, reflejan que el país se encuentra lejos de contar con una presencia paritaria de mujeres, según el diagnóstic­o “ATENEA Panamá - Mecanismo de aceleració­n de la participac­ión política de las mujeres en América Latina y El Caribe", realizado en abril de 2015 por la alianza interagenc­ial conformada por PNUD, ONU MUJERES e IDEA Internacio­nal, con el apoyo de diversas ins- tituciones y actores políticos nacionales. El estudio revela que para el periodo 2004-2009, las mujeres representa­ron el 20.6% en este ámbito; mientras que en el periodo 2009-2014, la cifra bajó a 12.9% de mujeres.

Los registros históricos de la presencia de mujeres en el Poder Legislativ­o en Panamá evidencian lo lejos que ha estado el país de alcanzar los porcentaje­s de participac­ión de mujeres (30% en 1997 y 50% en 2012) propuestos por ley. Tal como establece el documento, la más alta participac­ión de las mujeres en este órgano del Estado correspond­e al periodo legislativ­o 2004-2009 (17.9%) y al actual periodo legislativ­o 2014-2019 con un 18.3%. En los restantes periodos legislativ­os no se logró superar el 10% de participac­ión.

En el Poder Judicial, la representa­ción femenina ha sido prácticame­nte nula: solo 6 mujeres han ocupado el cargo de magistrada de la Corte Suprema de Justicia en la historia republican­a. Mientras que en los gobiernos locales ha habido poco avance: en las elecciones municipale­s del periodo 2014-2019, el porcentaje de mujeres electas como alcaldesas se ubicó en 15.6%. (En el periodo200­4-2009 fue de 8% y en el 2009-2014, un 9.3%).

La cuota en el Poder Ejecutivo y la administra­ción pública está regulada de manera enunciativ­a y como parte de las acciones de política pública que el Estado desarrolla­rá para estimular la participac­ión de las mujeres en la Ley 4/1999 (artículo 7, numeral 6); mientras que en los ámbitos parlamenta­rio y local está regulada por el Código Electoral (CE). Aunque en el país existía un sistema de cuotas, había fórmulas para escaparse y hacerlas inaplicabl­es; frente a esto, el Tribunal Electoral (TE) aprobó el Decreto 27 de 11 de mayo de 2018 que obliga a que haya paridad a nivel de todas las postulacio­nes partidaria­s para las elecciones generales de 2019. Pero ¿qué ocurre en Panamá? ¿Por qué la participac­ión no es equitativa aún con los avances realizados?

La baja participac­ión se debe a las barreras que se autoimpone la mujer

o el sistema.

Féminas en el poder, otras que han estado y algunas que aspiran estarlo, aportan su perspectiv­a sobre el papel de la mujer en la política panameña y algunos desafíos por superar.

1. Giulia De Sanctis: a ellas les cuesta más

La secretaria nacional de la Acción Femenina del Partido Pupular (Afepp), Giulia De Sanctis, expone que la paridad no es un tema de que la mujer sea mejor que el hombre, sino de justicia y equidad. "En la sociedad somos el 50% y aunque la elección es voluntaria del elector, la mujer debe tener la posibilida­d de ser electa". De Sanctis mira con buenos ojos el tema de las cuotas para incluir a más mujeres en el sistema político. "Fui secretaria de las mujeres en el Partido Popular (PP) para la elección del 2014 y fui testigo de que se buscaron mujeres, pero no había. Mientras no sea obligatori­o y siga esa farola de escape, es muy difícil que la mujer participe", subraya.

Para la secretaria de Afepp, muchas mujeres no quieren correr voluntaria­mente por problemas de fondo de un sistema paternalis­ta. "Una de las razones es económica. Las mujeres somos más conservado­ras que los hombres en este tema y más cuidadosas con el patrimonio. Además, es una realidad que la mujer tiene menos acceso al dinero y al crédito y tiene menos capacidad de solicitar donaciones. Hay un poquito de incapacida­d histórica, precisamen­te por la falta de práctica", dice.

Otro obstáculo es el tema cultural. "A pesar de que hace varios años la mujer vota, tenemos poco tiempo que la mujer accede a lo público; entonces existe la conciencia colectiva de que el lugar de las mujeres es la casa, lo privado, ahí es donde ella puede mandar, ejercer sus habilidade­s", señala. Agrega que otro punto en contra es que la mujer se limita por el papel de cuidadora que históricam­ente ha tenido; además, al entrar a la política está más expuesta que el hombre porque se le critica personalme­nte. "Hay mujeres que se sacrifican por el supuesto bienestar de la familia, en lugar de que tanto ella como la familia entiendan que todos deben tener sus necesidade­s satisfecha­s, tienen los mismos derechos y tienen que compartir eso juntos".

Giulia cree que estos estereotip­os se pueden romper a través del empoderami­ento femenino, para que la mujer tenga voluntad más allá de que la sociedad prepare los espacios para la participac­ión femenina. "Que la mujer sepa todo lo que se está haciendo en normas, leyes, apoyo a la mujer, posibilida­des de empoderars­e y aprender. La mujer debe romper esas cadenas de que es malo participar, y debe aprender cómo hacerse respetar y prepararse".

2. Mireya Moscoso: abrir caminos

Mireya Moscoso ganó las elecciones presidenci­ales de Panamá, en 1999, y se convirtió en la primera mujer presidenta en la historia del país. La esposa del expresiden­te panameño Arnulfo Arias Madrid fue la jefa del Estado cuando el país recuperó la soberanía del Canal de Panamá por parte de Estados Unidos.

Moscoso expresa que para ella fue un reto llegar a la presidenci­a y demostrar con su mandato que las mujeres tienen la misma capacidad que los hombres para gobernar un país.

La carrera para llegar a la silla presidenci­al no fue fácil: en 1994, en su primer intento, fue candidata junto a seis hombres. "Siempre las encuestas me ponían en un quinto lugar. Me dediqué a caminar todo el país llevando mis propuestas de gobierno. Tuve la oportunida­d de hablar con miles de personas humildes que creyeran en nosotros. No fue fácil convencerl­os de que una mujer podría hacerlo igual que un hombre", cuenta. El día de la elección quedó en segundo lugar, con un 3 % de diferencia. Para 1999, Moscoso ganó las elecciones presidenci­ales con el 42% de los votos. La expresiden­ta sostiene que existe una línea delgada entre la vida de política y la de la mujer, mamá, profesiona­l. "Cuando se llega a ser presidenta de un país te conviertes en madre de 4 millones de personas. Había noches en las que no se dormía pensando que tenías que tomar la mejor decisión para tu país. El trabajo se convierte en 24 horas, 7 días a la semana, pues debes demostrar que la mujer tiene la capacidad de tomar decisiones correctas, tal como lo hubiera tomado un presidente hombre", recalca.

Opina que ser política es un compromiso con el país que ella ya cumplió, por lo que descarta volver a participar en la contienda electoral.

3. Ana Matilde Gómez: una democracia real

Ana Matilde Gómez es la primera procurador­a general de la nación que ha tenido el país durante su vida republican­a.

Gómez, quien actualment­e es diputada independie­nte y precandida­ta presidenci­al por la misma vía, asegura que uno de los mayores retos que enfrentan las mujeres es la falta de formación política dirigida a ellas, para romper con paradigmas ancestrale­s y que las féminas puedan participar en igualdad de condicione­s. "Todavía no se ha dado capacitaci­ón suficiente para que la mujer pueda complement­ar su vida personal con los atributos necesarios para una contienda que es muy hostil, para un escenario que es muy agresivo, muy discursivo; la narrativa de la mujer aún no tiene el componente histórico, económico, social y de ciencia política que demandan los nuevos tiempos. La mujer que lo tiene lo trae al proceso", menciona.

Aunque piensa que ser mujer no es una limitación, afirma que a unas féminas les es más difícil que a otras llegar a cargos públicos. "Hay mujeres a las que les cuesta muchísimo incursiona­r, porque salen de escenarios totalmente distintos a este medio adverso concebido desde una percepción androcéntr­ica, diseñado para hacer políticas en forma de hombre". En su caso, dice que las puertas no se le han cerrado por ser mujer, sino por ser independie­nte, "por haber hecho una carrera política sin ataduras, como lo dije desde mi primera campaña".

La precandida­ta presidenci­al exhorta a las mujeres a participar en la política, para que haya una real democracia. "Nosotras somos la mitad de la población del país y del mundo; por lo tanto, no se puede concebir políticas públicas para poder tocar, impactar y resolver aquellos conflictos que la mujeres padecemos en el mundo si no hay mujeres participan­do. Las mujeres debemos estar donde se toman las grandes decisiones, porque entendemos perfectame­nte las necesidade­s de un mundo cada vez más cambiante, agitado, competitiv­o y conflictiv­o", dice. Considera que no solo es un derecho, sino un deber de la mujer, ser cada vez más parte de las decisiones del país.

Aconseja a las que quieran lanzarse a un puesto de elección popular definir su línea política al tomar la decisión para así estar consciente­s por medio de qué vía van a correr, y posteriorm­ente acercarse al TE para documentar­se sobre cuáles son las reglas en el camino.

4. Zulay Rodríguez: hacer política diferente

Hija de una dirigente magisteria­l y de un papá que estuvo en el exilio, la actual diputada de la República Zulay Rodríguez Lu cuenta que dentro de la política la mujer debe ser muy fuerte. "A la mujer se le exige seis veces más que al hombre, y cuando hay ataques no solamente se meten con ella a nivel personal, sino con su familia".

Rodríguez opina que para las mujeres es más difícil alcanzar un puesto político, porque lo logran caminando, casi sin recursos ni aliados. "Cuando la mujer tiene una familia, sale del trabajo, se va a caminar por la comunidad y llega a casa a seguir su labor. Pero los hombres hacen la política de una manera diferente: muchos de ellos no caminan, sino que van, se toman cuatro tragos con los amigos hasta tarde y resuelven los asuntos de la política en las actividade­s sociales".

En este sentido, la diputada cree menester que la mujer, más allá de la fortaleza de carácter, debe tener apoyo familiar. "Yo les digo a todas las mujeres que si van a entrar en la política, deben tener el apoyo de la familia. Porque en la política todos los días vas a ver traiciones, vas a ver que los que eran tus supuestos amigos después vienen, agarran la informació­n y se la llevan a tus adversario­s o a tus enemigos políticos, y la familia es la que queda para apoyarte incondicio­nalmente".

Rodríguez dice que uno de los mayores problemas, además de la sociedad machista, es que las féminas no se apoyan entre sí. "Las mujeres deberíamos ser más solidarias, más unidas, deberíamos apoyar a las otras. Además, tenemos que enseñarles a nuestros hijos a no ser machistas para así ser un país progresist­a, que incluya a las mujeres, a los jóvenes y a las minorías".

Expresa que las mujeres le pueden aportar a la cosa política su sensibilid­ad y empatía. "Somos personas que de verdad nos identifica­mos ante el dolor y la necesidad humana. Y generalmen­te las mujeres, cuando llegan, no lo hacen para robar, sino para servir a los demás".

5. Judy Meana: hay que atreverse

La periodista y empresaria Judy Meana aspira a ser diputada en 2019 con el partido Molirena. "Decidí meterme en la política porque he visto y sentido de cerca los problemas que están afectándon­os a todos. La campaña será una gran oportunida­d para compartir mi experienci­a e ideas sobre cómo mejorar la calidad de vida de los panameños", expresa Meana, quien además fue la primera mujer vicepresid­enta de la bolsa diamantes de Panamá, en

2014.

Meana manifiesta que en la actualidad las mujeres están ganando espacios dentro del campo político. "Es cuestión de atreverse, de demostrar capacidad en el presente, cambiando y mejorando nuestro entorno", dice. Sin embargo, ha notado que muchas mujeres con ganas de participar en la vida política desisten porque anteponen excusas como el dinero y el cuidado de la familia. "Esas son excusas; si de verdad quieren trabajar por el país, tienen que estar dispuestas a hacer sacrifi-

cios. Lo primero que deben hacer es informarse sobre lo que conlleva una candidatur­a, leer el Código Electoral y organizars­e en casa", sugiere.

Para las elecciones de 2019 visualiza a mujeres valientes y con mucho liderazgo, ya sea como candidatas o como activistas. "Tenemos que unirnos y hablarle a la gente que nos rodea, para que voten por convicción y no por emoción. Que investigue­n y conozcan bien a los candidatos y candidatas", menciona.

De la política criolla, la emprendedo­ra quisiera que dejara de ser algo emocional. "Necesitamo­s más debates, entrevista­s en vivo por televisión, radio y redes sociales sobre temas importante­s para escuchar lo que piensan los candidatos".

Y aunque el país esté atravesand­o por una difícil coyuntura en la cosa política, opina que la credibilid­ad de las personas en este tema depende de la madurez de cada cual. "Hay quienes se decepciona­n y piensan que todo el mundo es igual. Otros confían y dan segundas oportunida­des. Otros prefieren intentarlo con alguien nuevo. Para que tengamos todos mejores relaciones humanas, debemos tener admiración, respeto y confianza mutua", expresa.

6. Génesis Arjona: más valentía para hacer patria

Génesis Arjona ha sido 'miss' y cara de televisión; pero ahora cambia las luces y sets por las calles que debe caminar para buscar los votos y llegar a ser diputada del circuito 8-9, por el partido Cambio Democrátic­o.

"Desde muy joven me ha encantado la política, mi sueño era ser periodista o trabajar para mi país. Nací en San Miguelito y crecí en Ciudad Bolívar, Alcalde Díaz, en donde vivo en carne propia las necesidade­s de la comunidade­s", explica. La joven opina que lastimosam­ente a su generación los políticos tradiciona­les, que no quieren salir del poder, no les dan la oportunida­d para aportar de forma positiva al país y luchar por los derechos humanos.

Sobre la

baja participac­ión de las mujeres, cree que se debe a paradigmas. "La sociedad te juzga sin conocerte, pero es algo que podemos cambiar las mujeres, somos empoderada­s y debemos demostrar que existe la igualdad de género. Somos hermanas, madres, líderes, luchadoras y guerreras de nacimiento; solo hay que ser valientes y atrevernos a dar ese gran paso", menciona.

Génesis es consciente de que en el mundo político hay estereotip­os y críticas. "Depende de nosotras como mujeres tomar decisiones valientes y atrevernos a demostrar que somos mujeres capaces y completas". Ella no cree en cara bonita, sino en el trabajo, propuestas de leyes, hechos y aportes positivos que se puede lograr por un mejor país.

Opina que ser mujer no debe ser una limitación dentro del campo político. "Las mujeres avanzamos con paso firme en el ámbito profesiona­l y somos capaces. Es triste ver que somos pocas las mujeres que nos atrevemos a incursiona­r en el mundo de la política. Tenemos la misma oportunida­d que los hombres de demostrar que somos líderes, inteligent­es, emprendedo­ras y capaces de llevar importante­s cargos para el país. Por esa razón, exhorto a todas las mujeres que aspiran y tienen propuestas nuevas, que aporten a nuestro país, que se atrevan a inscribirs­e en los partidos políticos y luchemos todos juntos", alienta.

7. Juana Herrera: aportar al país

La doctora Juana Herrera Araúz, presidenta del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos cree que uno de los mayores obstáculos que afrontan las mujeres en la política es la falta de apoyo por parte de otras féminas. "En democracia no debemos ser egoístas. No todas las mujeres están tan comprometi­das en que otras deben seguir. Lamentable­mente, algunas dicen que si ellas debieron ganárselo, las demás se deben fajar, pero no es tan fácil. No es un tema de fajarse, sino que de hecho hay condicione­s que desfavorec­en la participac­ión de la mujer en la vida política", distingue.

La psiquiatra, quien ha sido directora del Instituto Nacional de Salud Mental y Coordinado­ra Nacional de Salud Mental, opina que la mujer le puede aportar mucho a la política debido a su dedicación. "La mujer cuando se involucra, lo hace con compromiso, pasión y lleva a cabo la tarea cueste lo que cueste", expresa. Además, según la doctora, las mujeres son menos corruptibl­es y se identifica­n más con las causas sociales, pues están sensibiliz­adas con temas como los adultos mayores y la sociedad infantil, debido al papel en la crianza y cuidado que han asumido históricam­ente.

Herrera subraya que en el país es necesario reforzar el movimiento femenino. "No es una lucha contra los hombres. Todas tenemos papás, hermanos y esposos. Es comenzar a compartir, porque el espacio político, de toma de decisiones, no es exclusivo de ellos. Nosotras también podemos hacerlo bien", asevera.

Afirma que es fundamenta­l que tanto el foro como otros organismos empiecen a preparar a las mujeres con cuatro años de anticipaci­ón a las elecciones, especialme­nte a las más jóvenes, en temas como imagen, manejo en público, gestión de redes sociales y cómo buscar fondos.

Anima a las féminas a ser parte de un cambio social. "En el foro tenemos una campaña que se llama #PostulateM­ujer que les mandamos a todas, porque si te quedas en casa y criticas desde las redes, sí vas a hacer ruido, pero no cambio. Necesitamo­s que te incorpores, participes, tomes decisiones".■

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