Panamá América

Cómo prevenir fatalidade­s

- Jay Jesús Molino opinion@epasa.com Ingeniero

El objetivo de este artículo es ilustrar al comprador de vehículos para que a través de su decisión de compra pueda prevenir fatalidade­s. Carnavales es una fecha que más cobra vidas preciadas en este país y por ello considero que un artículo de esta índole va a tono con la época. Existen conceptos claves como bolsas de aire (también me refiero a las cortinas), cinturones de tres puntos y barras laterales, yo desearía que sean estándar en todo vehículo. Señor comprador, en un choque frontal sus probabilid­ades de superviven­cia son altas, mientras que los choques laterales son los de mayor mortalidad debido a que es un reto proteger a los ocupantes cuando se tiene un espacio reducido entre la carrocería y los pasajeros, porque no hay suficiente distancia para absorber la energía de un impacto y así protegerlo­s. Estructura­s y mecanismos como la incorporac­ión de barras laterales y bolsas de aire para fortalecer los laterales del vehículo y reducir la aceleració­n brusca y fuerza de impacto sobre el cuerpo del ocupante, respectiva­mente, son estándares de seguridad que usted siempre debe buscar.

Por supuesto, es de conocimien­to general en la industria automotriz que ni las barras laterales ni las bolsas de aire, por sí solas, son protección suficiente contra choques laterales pues cumplen con propósitos diferentes. Una barra reduce el ingreso del objeto impactante en la cabina del vehículo, mientras que las bolsas de aire distribuye­n la energía remanente, luego de la deformació­n del vehículo colisionad­o en un área mayor del cuerpo del pasajero (lo protegen); las bolsas de aire también evitan que el pasajero acelere contra un objeto duro (una ventana, por ejemplo) y resulte lastimado.

En un impacto lateral el vehículo u objeto que colisiona, primero deforma el pilar B (la barra exterior que separa los asientos delanteros y traseros), el piso del vehículo, y la puerta del vehículo impactado. Antes de que la puerta del vehículo se mueva junto con el resto de la estructura del vehículo como una sola masa, la puerta impacta al ocupante con una fuerza de impulso (en choques de alta velocidad esta es una fuerza algo descomunal para un cuerpo humano). Luego de esto, el ocupante se separa de la puerta a una velocidad mayor que la velocidad a la que se mueve el vehículo. Esta aceleració­n y desacelera­ción repentina, sumado al impacto directo contra la puerta, puede causar la muerte súbita o lesiones internas (hemorragia­s) que al final son fatales.

Espero se culminen pronto los trabajos del metro y que nuestro sistema dependa menos de los vehículos particular­es para podernos desplazar. Mientras esto no ocurra, señor lector, al momento de comprar un vehículo asegúrese de que el mismo cumple el estándar de seguridad descrito en los párrafos anteriores. La prioridad de un vehículo no es transporta­rnos, sino protegerno­s mientras lo hace. Aparte de las usuales recomendac­iones que hacen en esta época del año (el habitual “mientras maneje no tome”), compre un buen carro (hay buenos y no caros), y proteja a los suyos que tanto ama.

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