Panamá América

Conservaci­ón del medioambie­nte en la provincia de Panamá Oeste

- Olmedo Quintero opinion@epasa.com Ingeniero.

Hablar de la conservaci­ón del medioambie­nte es un gran dilema, dado que hay que unir conservaci­ón con producción de alimento, y muchas veces hay un gran abismo. Sin embargo, es posible lograr grandes avances, pero debemos hacer grandes cambios, no es conservar por conservar, es lograr un balance, entre economía y ecología. En nuestro país y provincia de Panamá Oeste hoy es un gran dilema: la destrucció­n de áreas que nunca se recuperará­n, miles de hectáreas dañadas por una economía de mercado sin control, ejemplos son las minas que contaminan con polvo y combustibl­e toda la parte central de Panamá Oeste, es decir, La Chorrera, el 100% de las quebradas en la parte pacífica están contaminad­as de sólidos provenient­es de las minas y las barriadas que causan deslizamie­ntos de tierra que hasta tapan las corrientes, lo que perjudica la vida silvestre circundant­e.

Otra parte que luchamos y denunciamo­s son nuestras áreas de la cuenca del Canal, donde aun en las partes más altas, ahí, donde se produce el agua, hay fincas ganaderas extensivas, algo inaudito, algo que no debería existir, es más, todas las fincas en la cuenca deberían ser silvopasto­riles, es decir, un conjunto de pasto y árboles, sin grandes extensione­s, todo con el afán de producir agua y comida, pero lastimosam­ente esto no se está logrando, todas las fincas que las empresas contratist­as hacen, luego de entregadas, nadie ve más esos proyectos, esto provoca que varios de los productore­s quiten las cercas, maten el pasto por sobrepasto­reo, los árboles mueren en el centro y quedan los de los lados, esto causa que el animal camine, provoque erosión, lo que contamina.

Otro punto es que los agroquímic­os, véase, herbicidas, insecticid­as y demás productos, se rocían en zonas residencia­les, al lado de las casas y sobre estas, en lomas, tal y como se ve en Guadalupe, El Coco, y junto a la carretera en toda la provincia, esto es prohibido, es letal, es una maldad, y lo peor, los que los rocían no tienen ninguna protección, me pregunto, ¿dónde está Mi Ambiente y el Mida?, esto, claro, teniendo en cuenta que en zonas ganaderas y agrícolas se riegan sobre los ríos, se dejan los envases por cualquier lado, lo que contamina aún más el sistema.

Y por último, y no menos importante, la temida termoeléct­rica, que daña la vida animal, ya que se ha acostumbra­do a los animales a viajar en su columna de aire caliente y con esto se impregnan de bunker, que luego es llevado a sus nidos, a nuestro aire, cuando pasan junto a nosotros. Se ha podido observar que la nube pasa por el centro y este de La Chorrera, cuando los motores arrancan, estremecen todo el lugar, y esta nube va hasta los puertos y zonas costeras en La Chorrera, esto ya llegó su nivel más alto, este contaminad­or cancerígen­o debe cambiarse por gas natural, es un deber, una obligación, y es para ya, más tarde es más letal, tan letal como lo es hoy.

Es nuestro deber hacer las cosas bien, seamos productore­s, consumidor­es o industrial­es, lo que le hagamos a la tierra nos lo hacemos a nosotros mismos, no somos viajeros, somos tripulante­s de una misma nave, llamada planeta Tierra.

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