Vera Cirkovic emociona con homejae a figuras fra=ncesas
La cantante franco-yugoslava Vera Cirkovic rindió un sólido y emotivo homenaje a tres grandes intérpretes de la música francófona: Édith Piaf, Juliette Gréco y Barbara, el jueves último ante una casi llena Sala Molière de la Alianza Francesa. El recital s
En alusión al nombre de su espectáculo “Las Damas de Negro”, Cirkovic se presentó enfundada en un vestido negro, y ya desde el inicio demostró una gran actitud, la que conservó durante toda su presentación.
La artista emocionó al público, al que llevó de paseo por las calles parisinas de los años 50 y 60. Antes de empezar el show, explicó que el concierto estaría dividido en tres partes, en las que haría temas de Gréco, Barbara y Piaf, en dicho orden.
“La javanaise”, “Si tu t’imagines”, “Accordéon” y “Non monsieur, je n’ai pas vingt ans”, fueron las músicas que sonaron en la sección de Gréco.
Cirkovic se valió de sus acompañantes, el pianista Pedro Giorlandini y el bajista y acordeonista Mintcho Garramone, para que el público se sintiera inmerso en la historia de las canciones.
El carácter y la emoción de la artista crecían con el transcurrir del concierto, y se traducían hasta en sus movimientos corporales, sin dejarse amilanar por problemas de sonido en la parte de Barbara.
Aquí hizo temas como “La solitude”, “La chanson des vieux amants” y “Paris canaille”. La gente atrapada por sus interpretaciones le obsequió enérgicos aplausos en cada final.
La parte más esperada sin duda fue la de Piaf que, al decir de Cirkovic, hizo inmortales tantas canciones y fue una figura del amor. De esta manera, la platea disfrutó escuchar canciones como “Paris”, “Milord”, “Mon dieu” y “La foule”.
Pero el público, que conocía el repertorio de Piaf, sabía que aún faltaban sus temas más distintivos. Fue así que Cirkovic desbordó de sentimientos a la hora de cantar “Non, je ne regrette rien”, que el público premió con una ovación de pie. La cantante se despidió, pero el habitual bis se dio con “La vie en rose”.