El laberinto de la oposición
Osmar Gómez R.
En medio de profundas diferencias, la oposición está empezando trabajosamente a explorar acuerdos para las elecciones generales del próximo año. Los primeros contactos evidenciaron que habrá que recorrer un largo camino para intentar conformar una alianza que enfrente con esperanzas de éxito a los colorados.
Efraín Alegre, presidente del partido y virtual candidato para las presidenciales, logró imponer en la convención partidaria que toda negociación con los demás sectores debería hacerse sobre la base de la candidatura presidencial de un liberal. Confiado en ganar las elecciones internas para definir candidatos pensaba que ese arreglo institucional le generaba suficiente base política para exigir el respaldo de todo el abanico opositor. Sin embargo, hoy ese es el principal obstáculo para avanzar en un proyecto común.
La crisis se genera en el seno mismo del PLRA. No todos están conformes con imponer exigencias aún antes de iniciar cualquier conversación. Abiertamente la disidencia interna liderada por el senador Blas Llano desde hace algún tiempo empezó a trabajar para revisar la posición de los liberales y allanar el camino para un acuerdo amplio. Es una pulseada donde no solo se juega la forma de encarar las negociaciones para enfrentar a los colorados en 2018, sino también el control partidario. Una cuestión que hasta ahora genera fricciones dentro del PLRA.
Pero la tensión supera a los liberales y se extiende a toda la oposición. A inicios de semana Rafael Filizzola, compañero de fórmula de Alegre en las elecciones presidenciales de 2013, salió a respaldar una eventual candidatura del presidente del PLRA y deslizó la posibilidad de que Mario Ferreiro, el actual intendente de Asunción sea su vicepresidente.
La posibilidad de Ferreiro como candidato presidencial es manejada desde finales del año pasado, pero hasta ahora no hay nada firme. El intendente siempre dejó en claro que su eventual nominación está atada a que la oposición conforme un bloque único de manera a tener posibilidades de victoria. Hasta ahora es poco lo que se avanzó en esa línea.
Ante la falta de definiciones, Ferreiro, en las últimas horas, abrió un nuevo frente de negociaciones donde su candidatura presidencial queda de lado. Anunció que eventualmente su hermano Adolfo, que actualmente ocupa una banca en el Senado, podría ser un buen candidato para integrar la chapa presidencial.
El Frente Guasu, un actor importante dentro del abanico opositor, hasta ahora sigue analizando qué camino recorrer. Las negociaciones cerradas sobre una candidatura presidencial de Alegre es una idea que no los seduce. Son partidarios de abrir una mesa de conversación donde primero se lleguen a acuerdos y después se definan quiénes serán los candidatos.
Apurados por las tensiones en los últimos días, los voceros de Alegre lanzaron la idea de ir a una elección a padrón abierto para definir candidaturas. Era imperioso contener las grietas que empezaban a extenderse. La iniciativa fue recibida tibiamente por los partidos. Todavía queda por saber si realmente estarían de acuerdo en acompañar la propuesta.
Por ahora hay pocas definiciones en la oposición. Los diferentes partidos están más ocupados en mirar sus necesidades internas y solo después parecen dispuestos a abrirse a conversaciones con eventuales aliados. La candidatura presidencial es uno de los puntos más complejos en la negociación y está muy lejos de definirse.
Las aspiraciones presidenciales del Efraín Alegre chocan con la objeción de varios de los partidos de oposición y ponen en cuestión una eventual victoria en el 2018. La forma en que los opositores resuelvan las negociaciones para las candidaturas determinará en futuro.