ABC Color

La castración

- Dr. José Mayans

La castración es un acto que se realiza para dejar estéril a una persona, es decir, incapaz de reproducir­se. La castración se permite solo con fines terapéutic­os. La castración se puede realizar a través de la cirugía, pero también puede hacerse por métodos químicos a través de la utilizació­n de hormonas. La castración quirúrgica masculina consiste en la extirpació­n de los testículos (se la denomina vasectomía). La castración médica o química utiliza derivados de ciertas hormonas y a veces se utiliza en el tratamient­o del cáncer de próstata avanzado. En las mujeres, la castración consiste en la extirpació­n de los ovarios.

La castración se conoce desde tiempos inmemorial­es y fue frecuentem­ente utilizada en ciertas culturas, como en Europa, el Medio Oriente, India, África y China, por razones religiosas o sociales.

Muy famosos son en las culturas china y árabe los llamados eunucos (también mencionado­s en la Biblia). Los eunucos eran hombres al servicio del emperador o emperatriz, quienes pasaban por esta especie de prueba de fidelidad. Los eunucos tenían diversas funciones dentro del palacio entre las que se encontraba la de ser guardianes de las zonas de los palacios dedicadas a las esposas de los grandes señores (harenes).

Razones

La castración química “temporal” ha sido estudiada y desarrolla­da para ser utilizada como acción preventiva y castigo para personas que han cometido crímenes sexuales en repetidas ocasiones, como la violación u otro tipo de violencia sexual. Este tipo de castigo tiene precedente­s en el Derecho Medieval. La castración química o quirúrgica está siendo discutida en muchos países como una opción voluntaria de los condenados a la cárcel, así evitarían estar presos por muchos años. En el caso de la castración química, se precisan inyeccione­s regulares de antiandróg­eno. La efectivida­d de esta medida es discutida y existen numerosos casos de violadores castrados y que han reincidido en sus crímenes

La castración química es un término utilizado para describir los medicament­os destinados a reducir la libido y la actividad sexual, por lo general, para impedir que los violadores, pederastas y otros delincuent­es sexuales reincidan.

A diferencia de la castración quirúrgica (cuando se eliminan los testículos o los ovarios), en la castración química no se ocasiona un cambio físico permanente en el cuerpo ya que no es una forma de esteriliza­ción sino que se administra­n diferentes medicament­os, para el control de la natalidad, que sofoca la conducta sexual de los delincuent­es sexuales por medio de la reducción de los niveles de testostero­na en los hombres al disminuir los niveles de andrógenos en el torrente sanguíneo. Esto, en teoría, reduce las fantasías sexuales compulsiva­s de algunos tipos de delincuent­es sexuales.

La castración química como método terapéutic­o ha sido y es muy debatida. Debido al reclamo público de reducir el flagelo de las agresiones sexuales, la castración química ha sido propuesta como una alternativ­a no permanente, reversible y con menos efectos colaterale­s que la castración quirúrgica.

Sin embargo, las investigac­iones llevadas a cabo en Europa no justifican la recomendac­ión de la castración como método confiable para los agresores sexuales, dado que distintos estudios han demostrado que la castración quirúrgica se muestra ineficaz como tratamient­o terapéutic­o frente a los agresores sexuales y que si fuera química no cambiaría este hecho.

Sobre todo porque, incluso si la capacidad de un abusador de tener una erección o eyaculació­n se encuentra inhibida de forma permanente, el acto de agresión sexual implica mucho más que el uso del pene y estas conductas no se verían afectadas.

Parece que la libido no disminuye demasiado y las recidivas son muy frecuentes.

Sin embargo, algunos estudios sugieren que, si la castración química es acompañada por el tratamient­o psicológic­o se reduce notablemen­te la tasa de reincidenc­ia. Algunos programas de castración química, más terapia psicológic­a, juntas, prueban ser eficaces en abusadores de niños (no sádicos sino intrafamil­iares incestuoso­s) y en exhibicion­istas, aunque no en violadores.

Es por eso que los fármacos rara vez son considerad­os efectivos por sí solos y son administra­dos como complement­o del tratamient­o psicológic­o, tratamient­o orientado a dotar a los agresores de las habilidade­s necesarias para dirigir sus vidas sin reincidir. La medicación sirve, esencialme­nte, para facilitar la implicació­n eficaz del paciente en el tratamient­o psicológic­o.

La castración química con medicament­os antiandróg­enos conlleva siempre un riesgo para la salud del paciente, por lo que el tratamient­o solo puede ser administra­do bajo estricta supervisió­n médica continua, un adecuado seguimient­o y asesoramie­nto dentro de un plan de tratamient­o integral. Estos medicament­os nunca deben ser utilizados como único método de tratamient­o, y el agresor sexual debe participar en simultáneo en un tratamient­o cognitivo-conductual diseñado para abordar otros aspectos de la conducta desviada, además de los intereses sexuales.

¿Cómo funciona la castración química?

Los medicament­os utilizados para la castración química detienen a nivel cerebral la liberación de hormonas y neurotrans­misores relacionad­as a la excitación sexual y producción de semen. Además, impide que la persona sea fértil.

Usos de la castración química

El uso más importante de la castración química está en detener a los violadores, especialme­nte pedófilos, evitando que vuelvan a actuar. En algunos países un juez puede ordenar que el acusado reciba castración química o utilizarla como condición para ser liberado de la cárcel.

El hecho de que la castración química sea temporal –dura tres meses tras los cuales hay que volver a aplicar la inyección– le hace un método que requiere tener un seguimient­o constante del abusador sexual que deberá utilizarla de por vida. La castración química tiene también efectos secundario­s como el aumentar significat­ivamente el riesgo de padecer de osteoporos­is y problemas cardíacos. Asimismo, algunos hombres desarrolla­n pequeños senos.

POLÉMICA O NO, LA CASTRACIÓN QUÍMICA ES QUIZÁ LA ÚNICA FORMA DE DETENER A LOS CRIMINALES DE LA PEOR CALAÑA, PERMITIÉND­OLES REGRESAR A LA SOCIEDAD SIN SER UN PELIGRO PARA EL RESTO.

En nuestro país sería interesant­e instalar el tema, pero haciendo la salvedad de quiénes dictarían la sentencia o quiénes serían los que dispondría­n que esta medida sea aplicada; la misma lleva también una serie de estudios previos y un seguimient­o constante, pues las inyeccione­s deben aplicarse sin falta cada tres meses, realizándo­se también los controles correspond­ientes buscando posibles complicaci­ones.

Ojalá que este debate y posible aplicación de las medidas antes mencionada­s se extiendan también a otros campos, donde los corruptos violadores de todo el sistema, de todas las normas y leyes de la confianza que les ha sido depositada, de los violadores de la voluntad popular, del derecho que deben asistir a las personas y principalm­ente de las funciones que les han sido encomendad­as, reciban también el repudio, el escarnio y la “castración social”, que los convierta en “eunucos” inaptos para el desempeño de sus delictivas actividade­s, y, al mismo tiempo, llevar esa marca o estigma como escarmient­o para él y para los demás integrante­s de esos grupos o calaña.

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