Los “escuderos” de la resistencia venezolana
Inspirados en el “Euromaidán”, la revuelta de 2013 y 2014 en Ucrania que terminó con el derrocamiento del Gobierno, jóvenes venezolanos conocidos como “La Resistencia”, que protestan a diario en las calles, se protegen con escudos decorados, que han pasad
CARACAS (Reuters). Los opositores al régimen chavista, buscando inspiración, han hecho exhibiciones públicas del documental de Netflix “Winter on Fire”, que narra los tres meses de manifestaciones que dejaron 100 muertos en la plaza Maidán, en Kiev.
Los jóvenes venezolanos, que se autodenominan “La Resistencia”, elaboran sus escudos con antenas parabólicas, tapas de alcantarillas, pedazos de barriles o cualquier trozo de metal o madera que tengan a la mano.
Una vez pertrechados con sus escudos, se posicionan hombro con hombro, e incluso los golpean contra el piso imitando el grito de batalla de los pueblos nórdicos mientras avanzan para enfrentarse con las fuerzas de seguridad del régimen.
Pero los escudos no son lo suficientemente resistentes como para protegerlos de perdigones o de los chorros de agua, y menos de las balas.
En medio de la represión y hechos violentos alrededor de las protestas en la nación sudamericana han muerto al menos 80 personas, muchas por impactos de armas de fuego.
Algunos escudos, largos y curvados como los que usaban antiguamente los romanos, están decorados con imágenes de la Constitución venezolana, símbolos religiosos, representación de jóvenes que han muerto en las protestas y consignas como “¡Maduro asesino!”, “SOS” o “¡No+dictadura!”.
Manuel Melo, un estudiante de diseño gráfico de 20 años que siempre iba al frente de la línea de fuego con un escudo de plástico azul, fue sorprendido días atrás por un chorro de agua de un camión hidrante y, por el impacto, perdió un riñón y la vesícula biliar.
Sin embargo, no se rinde y desde su casa dijo que cuando se recupere espera volver a las protestas como escudero, “no porque me gusta estar ahí, porque realmente a nadie le gusta estar ahí, sino porque sé que estoy haciendo un bien común”.