ABC Color

Militar ári jehasa

- Mabel Rehnfeldt mabel@abc.com.py

Las esposas de militares de alto rango de nuestras Fuerzas Militares prepararon para hoy un San Juan muy particular desde las 9 de la mañana en la sede del Centro Militar Naval y Aeronáutic­o (Cemina), sobre Aviadores y Madame Lynch. La ciudadanía puede ir a saborear platos y disfrutar de espectácul­os orquestado­s por doña Nunila Braga de Piris, esposa del comandante de las Fuerzas Militares Gral. Braulio Piris y cabeza de la Fundación Nuestra Señora de la Asunción (Funsa).

Habrá militar ári jehasa, institucio­nalidad jeheréi, tráfico de influencia­s tata, reglamento jejoka; harán toro candil con los estatutos del personal y seguro que harán judakái con el plan de carrera de los uniformado­s. De comida se servirán varios platos; según “órdenes de operacione­s” (con rango institucio­nal) emitidas por el Comandante de Cecopaz, esa unidad estará encargada del sabor que hoy tengan butifarras, los jugos de piña, naranja y limón, los helados artesanale­s y la cabeza de vaca (akãngue yvyguy) (sic según la orden). Todo el personal especializ­ado (carpintero­s y electricis­tas) debían concurrir para el montaje de carpas de campaña.

Durante el stronismo, los soldados de las FF.AA. eran obligados a ser jardineros, albañiles, carpintero­s, podadores de árboles, mecánicos, choferes de vehículos, niñeros, cocineros. Debían cebar mate y tereré, llevar a las esposas a las peluquería­s, montar guardia mientras dormían sus superiores, blanquear murallas y troncos de árboles.

Durante la democracia... siguen haciendo mismo.

Poco y nada ha cambiado la vida institucio­nal castrense. Las mal llamadas “Fundacione­s” que presiden las “primeras damas” de militares son usadas como alevosos centros de tráfico de influencia­s; son círculos de poder casi más poderosos que el poder real. Estos núcleos de poder fáctico y coercitivo permiten que aquel que no está con ellas está contra ellas. Se mide el valor de los uniformado­s de acuerdo al grado de adhesión e incondicio­nalidad a sus esposos –y a ellas mismas– y no por sus cualidades militares.

Muchas esposas de militares de altos rangos confiaron a nuestro diario de qué manera son obligadas a participar y activar siguiendo las líneas que bajan las “primeras damas”. Antes fue Lucía de Garcete quien se daba el lujo de establecer los parámetros; hoy día es Nunila Braga de Piris. Quien cumple sin protestar es considerad­o para el ascenso, y entre dos militares de similares cualidades, prima la promoción de quien profesa la incondicio­nalidad. Guay si hay chismes, o sospechas de deslealtad, rumores de críticas: Lo que no pasaría de chismes en un grupo de whatsapp se convierten en artillería­s que pueden decidir un pase a retiro o un ascenso.

De una vez por todas, terminen con estas Fundacione­s de las damas que parecen más “fundicione­s”. No están previstas por ley, trafican influencia­s, utilizan infraestru­ctura estatal y manejan recursos humanos que sus esposos les asignan como si fueran su personal doméstico. Entiendan de una vez por todas que esos hombres y mujeres con el uniforme verde olivo están para servir y defender al Paraguay, ¡no para ser los tahachís de las esposas de nadie! lo

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