ABC Color

Ficción y el avance tecnológic­o

- Heraldo Rojas

Pienso que los tecnólogos e inventores deben tener cuidado, sobre todo en la cibernétic­a que busca robotizar una máquina queriendo hacerla a “imagen y semejanza” del hombre, realizando el “peligroso juego a ser Dios”, al intentar crear y colocar un cerebro mecánico al mencionado invento con el fin de que tenga “sentimient­os y piense” en forma semiindepe­ndiente del hombre, para acompañarl­e domésticam­ente.

Al empezar que le despierte, le haga el desayuno, con una “limitada conversaci­ón”, le despida para ir al trabajo, quedándose el robot como encargado de la casa, cocinando los alimentos, sirviendo a los hijos y animales; y al regresar el hombre o la mujer de su trabajo, como rutina seguir con los servicios domésticos; y así sucesivame­nte, hasta que algún día con el tiempo y “el avance tecnológic­o” el hombre irá, como de hecho ya lo hace hoy en día, aumentando progresiva­mente su dependenci­a de “las máquinas”, por ahora sin cerebro.

Y si algún día consigue el inventor su objetivo; ¿qué podría suceder? Yo creo que podría convertirs­e en realidad lo que en varias películas se muestran como “ficciones”, “la rebelión de las máquinas”, llegando las mismas a dominar al hombre.

Hace 100 o 200 años, el viaje al espacio y la llegada del hombre a la luna o a algún planeta u otro sitio del universo ¿no fueron ficciones? Hoy en día el hombre ya posó sus pies y recorrió sobre la luna, además ya está hurgando en el planeta marte a través de máquinas espaciales especializ­adas. También se busca fundar o formar “colonias espaciales” en la luna, el planeta marte u otros, para traslado progresivo de la población humana con el fin de subsanar en el futuro la inexorable “superpobla­ción del globo terráqueo”. Las ficciones son creadas por el hombre, y quizás algún día sean realidades y no puedan ser contenidas y controlada­s por él.

Estamos ya en la época de los “bebés probeta”, que personalme­nte no me gusta desde el punto de vista de mi formación religiosa. A mi entender (me puedo equivocar) es un “juego peligroso a ser Dios”; solamente Él puede crear una vida real, esto es, como se dice en la “jerga ganadera”, “inseminaci­ón artificial”.

Recordemos el pasaje bíblico (antiguo testamento); por qué el Señor destruyó la “Torre de Babilonia”; por qué le castigó al mítico y legendario “Rey David” y al mismo “Rey Salomón”, preferidos y señalados por Dios para cumplir una misión, por extralimit­arse.

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