El portentoso sitio de
Noble y aristocrática, la esbelta fachada de la Catedral de Asunción domina y marca presencia en el Centro Histórico. Fue testigo de los acontecimientos más gratos y luctuosos para el país. Los límites originales de la parroquia llegaban hasta el lago Ypa
“Esta Catedral se construyó en 1842-1845. Su retablo mayor perteneció a la iglesia de los Franciscanos. Es obra de Pascual Urdapilleta”. Es lo que reza la placa ubicada en la fachada de la majestuosa Catedral Metropolitana, un edificio que memora la opulenta época de los López en el Centro Histórico.
Gustavo Laterza Rivarola, en su libro “Asunción y su Comarca, historia general y doméstica” pone en duda la autoría de la obra por Urdapilleta y saca a relucir una “confusión documental”. Menciona que la actual Catedral “es la sexta de las que tuvo Asunción hasta ahora (al igual que Buenos Aires)”. Ello guarda relación con la fragilidad de los materiales y la escasa tecnología con la que fueron construidas las anteriores. “Los planos de este edificio según J. F. Pérez Acosta fueron confeccionados en Montevideo, por Calos Zucchi. El templo se consagró el 27 de octubre de 1845”, dice Laterza.
Sin embargo, según Ramón Gutierrez, los planos de Zucchi no fueron utilizados y el autor fue el maestro Urdapilleta. No obstante, existen documentos que hacen que la duda persista. Tal vez con mayores investigaciones se logre develar el misterio.
Yendo a los orígenes, Lafuente Machaín en “Asunción de Antaño” nos recuerda que el Templo de la Catedral “es el de mayor jerarquía, aun cuando no haya sido el primero consagrado en Asunción”. Eso lo vimos en la anterior entrega con el barrio de La Encarnación.
Margarita Durán Estragó en su libro “Templos de Asunción” expone que “la iglesia mayor de Asunción, la primera edificada en la única ciudad de toda la región del Plata, fue asiento de la primera Catedral de Asunción, erigida el 10 de enero de 1548, bajo la advocación de la Santísima Virgen”.
La destacada historiadora describe en su libro todos los avatares que pasó la Catedral con el correr del tiempo y el acecho de los raudales.
Aunque actualmente el barrio de La Catedral y su jurisdicción se limitan a un cuadrilátero en el Casco Antiguo (ver mapa) en sus orígenes –cuenta Margarita Durán– sus límites eran muy extensos, según documentos de 1788 que obran en el Archivo Nacional: “Comprende desde la Ciudad al Arroyo de las Salinas y desde el Salado al Arroyo de Ysaty”, precisa.
El texto original del documento que reproduce Margarita Durán incluso habla en parte de “(...) la Montaña que haze espalda al Pueblo de Ypané, y se alarga entre Yatayti y la Frontera (...) desde cuyo parage sirve de lindero el Arroyo de Sn. Lorenzo que cae en las Salinas y este hasta su entrada en la Laguna de Ypacaray siguiendo el Salado en que desagua y este en el Rio Paraguay, por el qual vaja la Linea hasta la Ciudad” (fragmento del texto antiguo).
Siempre siguiendo lo escrito por Margarita Durán, los límites de la Catedral fueron sufriendo sucesivas desmembraciones. Una de ellas es de 1895 cuando se construyó el nuevo templo de La Encarnación. Luego, en 1933 cuando se crearon cuatro nuevas parroquias; María Auxiliadora, Inmaculada Concepción, San José y Sagrado Corazón de Jesús (Salesianito), los límites se redujeron junto a otras antiguas parroquias.
En 1942 –sigue Durán– la Catedral comprendía la zona entre el Río Paraguay y 25 de Diciembre (Ygatimí) - Rodríguez de Francia, Paraguarí y Alberdi. Otra vez se modificó en 1958 con la Vicaría Parroquial Santa María Goretti. Los límites actuales –dice en Templos de Asunción– datan de 1974 y abarcan la Bahía de Asunción, Oliva y Cerro Corá, México y Colón.
Esto más o menos coincide con los límites del barrio actual con algunas cuadras de diferencia. Y aunque los límites geográficos, religiosos y administrativos difieran, la Catedral mantiene su inmenso poder simbólico e histórico para todos los paraguayos.