Futuro sin universidades
ideólogo de la Constitución argen- tina calcada de la de EE.UU. Y comienza diciendo que “el derecho de la guerra” es el derecho de cometer los actos más aberrantes que cabe imaginar: el homicidio, el robo, el incendio, la devastación a gran escala. De la guerra es nacido el gobierno de la fuerza sustituyendo a la justicia y al derecho como principio de autoridad. “El crimen de la guerra es el de la justicia ejercida de un modo criminal… ejercida por la parte interesada”.
Como De Tocqueville y Laboulaye, a quienes admiraba, se inspiró en los principios de la democracia cristiana y moderna. “La moral cristiana es la moral de la civilización actual… El cristianismo como la ley fundamental de la sociedad moderna es la abolición de la guerra o, mejor dicho, su condenación como un crimen… Negar la posibilidad de su abolición definitiva y absoluta es poner en duda la practicabilidad de la ley cristiana”, dice.
En fin, sin dudas la ciencia demuestra que Alberdi tiene razón: los métodos eficientes de defensa propia son los pacíficos. Países progresistas, como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, se independizaron sin las típicas “guerras de la independencia” americanas. La Segunda Guerra Mundial, con el fin de terminar con una atroz tiranía –que pretendía eliminar a los judíos, unos 10 millones en todo el mundo en aquel momento–, terminó matando a sesenta millones de personas para fortalecer un régimen más cruel, el stalinista, que asesinó más de 30 millones de seres humanos. ¿Cuál es la misión esencial de la universidad, por ejemplo, si la misión esencial es enseñar para formar profesionales o es ante todo investigar para producir conocimientos? Peter Drucker dice que “si no hay un cambio profundo en un plazo de treinta años, los mayores campus universitarios serán sólo reliquias”.
Al culminar una carrera de nivel terciario en Educación Superior lo ideal sería que el profesional pueda acceder a enseñar o trabajar en el área que estudió y al par de esto seguir investigando sobre temas relacionados, como presentar proyectos, escribir libros, etc., contribuir con la sociedad buscando soluciones a los problemas existentes en la educación y ante todo investigar para producir conocimientos.
Lamentablemente hoy día nuestros colegios nacionales están quedando sin alumnos gracias a la flexibilidad de las instituciones privadas, ya que estas son muy permisivas. Solo se busca que el alumno termine sus estudios secundarios para así acceder a uno terciario y obtener el “bendito cartón” para obtener un trabajo.