Humala y Fujimori, en la misma prisión
La oposición arrasó en las parlamentarias de 2015 -última elección en Venezuela-, con una diferencia de 2,1 millones de votos sobre el chavismo.
Según la MUD, con la consulta de mañana iniciará la fase decisiva para sacar del poder a Maduro, acosado por protestas que dejan 95 muertos desde el 1 de abril pasado; que profundizaron el caos y el conflicto político.
Maduro fue elegido hasta enero de 2019, pero la oposición teme que la Constituyente pueda cambiar el sistema electoral para perpetuar al chavismo. Por ello, asegura que el plebiscito marcará la “hora cero” de su ofensiva final.
Aunque la MUD no ha dicho en qué consistirá esa batalla, los analistas vislumbran una escalada que podría traer más violencia o una huelga general en los días previos a la elección de asambleístas.
El gobierno asegura que la Constituyente será un “suprapoder” con facultad para disolver el
LIMA (Reuters). Los expresidentes Ollanta Humala (2011-2016) y Alberto Fujimori, antes acérrimos enemigos, podrían encontrarse cara a cara en una prisión de Perú, un país donde la gente ha perdido la confianza en la clase política.
Las autoridades decidieron que Humala, acusado de lavado de activos, cumplirá su detención preventiva de 18 meses por el caso Odebecht en una base policial de Lima, donde también está recluido Fujimori por una condena de 25 años por crímenes contra los derechos humanos.
En 2013, Humala rechazó un pedido de indulto para Fujimori.
La justicia también ha ordenado el arresto preventivo del expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), pero el mismo está fuera del país.
Pero para frenar la Constituyente haría falta una declaración de rechazo del alto mando militar, que ha jurado “lealtad incondicional” al gobernante.
De los últimos cinco expresidentes peruanos, uno está condenado (Fujimori), uno en prisión preventiva (Humala), uno con orden de detención provisional (Toledo) y otro investigado (Alan García, 2006-2011).
Humala saltó a la fama en octubre del 2000, cuando el entonces comandante del Ejército junto con un grupo de soldados se alzó en armas contra el gobierno de Fujimori, que tambaleaba en medio de un gran escándalo de corrupción.
Para gobernar, Humala tuvo que abandonar su discurso de izquierda radical para abrazar las ideas “progresistas” del exmandatario brasileño Lula da Silva, su mentor político quien fue condenado por corrupción esta semana.