Ola de privatizaciones en Brasil contra crisis
Brasil anunció una ola de privatizaciones, desatando una verdadera euforia bursátil, aunque también dudas sobre la venta de puertos, aeropuertos, licitaciones petroleras y gestión de loterías, además de Eletrobrás, la mayor empresa de energía de América L
BRASILIA (EFE, AFP). Aunque en los últimos meses ha dado algunas señales que indican una pequeña recuperación, la economía brasileña está hundida en una aguda crisis, que en 2015 causó una caída del 3,8 % en el Producto Interno Bruto (PIB) y a la que siguió una contracción del 3,6% en 2016.
El gobierno del presidente Michel Temer anunció un vasto plan de privatizaciones y concesiones para intentar reducir el agujero en las cuentas públicas, una medida que, para algunos analistas, afecta a activos “delicados” y no garantiza el fin de la crisis económica.
Los anuncios se realizaron en momentos en que el Gobierno –desprestigiado por los escándalos de corrupción– enfrenta serias resistencias para aumentar impuestos o avanzar en la reforma de las jubilaciones, que considera esencial para sanear las cuentas públicas a largo plazo.
Sin embargo, el mercado reaccionó con euforia a los anuncios.
La lista de 58 activos abarca puertos, aeropuertos –incluido la rentable terminal aérea de Congonhas estado de São Paulo–, licitaciones petroleras y gestión de loterías. Figuran igualmente Eletrobrás, la mayor empresa de energía de América Latina, y hasta la misma Casa de la Moneda, que imprime la divisa nacional y los pasaportes.
Para completar el cuadro y las polémicas, el Gobierno decidió abrir a la explotación minera privada un área de más de 40.000 km2 en plena selva amazónica.
Según las evaluaciones, el Estado recaudaría con las privatizaciones unos 40.000 millones de reales (US$ 12.700 millones) antes de fines de 2018, cuando concluye el mandato de Temer.
En caso de que se concreten los planes, esta sería la mayor ola de privatizaciones de Brasil desde la presidencia de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), cuando el Estado se desprendió de empresas clave en los sectores de la minería y las telecomunicaciones.
Sobre el plan pesan, además, incertidumbres relacionadas con denuncias de corrupción contra Temer y con las elecciones de 2018.
La apuesta del mercado es la de un presidente partidario de políticas ortodoxas. Pero el principal temor es un retorno del exmandatario Lula da Silva (2003-2010) que, pese a las acusaciones de corrupción en su contra, sigue liderando las intenciones de voto.