Otro secuestro del EPP y nula acción de la FTC
Nueva víctima es Bernhard Blatz, otro joven menonita del norte de San Pedro, una zona liberada Ya son cinco los secuestrados de manera simultánea; nunca antes el EPP tuvo tanta libertad de acción Ya hace dos años del último operativo exitoso de las fuer
La nueva víctima de secuestro es Bernhard Blatz Friessen, de 22 años, domiciliado en la Zona 12 de la colonia Río Verde, distrito de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro.
El joven menonita fue capturado por el EPP ayer, aproximadamente a las 13:00, en un camino interno de la estancia Lucipar, a solo cinco kilómetros del casco central de la hacienda Toroveve, del ganadero Pedro Galli, y donde había sido liberado el 25 de febrero pasado el también menonita Franz Wiebe Boschman, en aquel entonces de 17 años de edad.
Bernhard Blatz regresaba hacia su casa, situada en la Zona 12 de la colonia Río Verde, a 30 kilómetros de distancia, siempre en el distrito de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro.
El joven circulaba en una camioneta Toyota Hilux blanca, con chapa BLR 159, que a su vez estiraba un implemento agrícola. Detrás de Bernhard, a unos 400 metros de distancia, venía su padre, Peter Blatz, al mando de una cosechadora de color verde.
La emboscada y balacera
Según relató el señor Peter Blatz, su hijo fue alteado por un grupo armado que salió desde el monte y cuyos miembros lo redujeron a punta de fusiles.
Al percatarse de la emboscada, el señor Peter detuvo la marcha de la cosechadora y al maniobrar para retroceder fue atacado a balazos. Los proyectiles impactaron principalmente contra los gruesos neumáticos de la máquina, pero como no lograron pararlo, entonces jugaron a matar a su conductor. Las balas rompieron el parabrisas e incluso atravesaron la visera del quepis que tenía puesto el señor Peter Blatz, quien de todos modos logró alejarse de la zona donde secuestraron a su hijo y después pidió ayuda por teléfono.
Su relato a los periodistas
Un par de horas después del suceso, pero aún muy asustado, el menonita relató a los periodistas que llegaron a la escena que alcanzó a ver por lo menos a tres personas, que estaban vestidas con ropas verdes, aunque aclaró que no sabe cuántas más estaban disparando desde el monte.
Los criminales entraron al monte a pie con el joven menonita como rehén, dejando abandonada en el camino su camioneta.
Un grupo de indígenas que circulaba en una camioneta, detrás de la cosechadora, optó también por replegarse al desatarse el tiroteo. Los nativos dijeron que no pudieron ver a los atacantes.
La Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) arribó al lugar más de dos horas después e inició un tímido rastrillaje, por los bordes de los escasos montes que quedan, y también sobrevolaron el perímetro con helicópteros, obviamente, sin ningún resultado auspicioso, como de hecho viene pasando desde hace varios años.