Toma de colegios
Un fenómeno que empezó con estudiantes de colegios por razones que no conozco en su total dimen- sión, por eso puedo no ser como quisiera, objetivo.
Hoy en día se va extendiendo a otros niveles estudiantiles y creo que está bien, mientras lo que se reclame sea en verdad cosas posibles, reales, justas, porque tal vez estos comportamientos extremos valen la pena. Pero en contrapartida se pierden días de clase, se contagia ese fervor por el solo hecho de protestar por lo que fuere, se pierde el respeto a las instituciones, en fin conlleva una serie de factores negativos también.
Las personas responsables que tratan este importante tema de parte del Estado deberían expresar más los criterios o la postura de las autoridades para que nosotros, pueblo sepamos también las negociaciones, porque considero que hay una apertura para el diálogo y los estudiantes también deberían ser conscientes de lo que es real y posible y no pretender cosas irreales.
Pienso así porque estamos en periodos electorales y el ser humano es tan complejo e indescifrable muchas veces y es capaz de arriesgar o quebrantar la paz y tranquilidad que sí tenemos de alguna manera, y sepamos identificar el quid del la cuestión y formar nuestra opinión de acuerdo a los hechos. Al final todos somos responsables o deberíamos serlo, de una convivencia óptima, por lo tanto debemos ser protagonistas en los que nos toca.