Funcionarios están obligados a ser horacianos, dice Medina
El obispo emérito de Misiones y Ñeembucú monseñor Mario Medina denunció que los funcionarios públicos están obligados a ser horacianos para que no sean despedidos. Deploró el sistema de imposición y desigualdad que afecta a la población más desprotegida y
SANTA MARÍA DE FE, departamento de Misiones. (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). Monseñor Medina participó en una misa concelebrada ayer en honor a Santa María de Fe, santa patrona de esta comunidad, situada a unos 242 kilómetros al sur de Asunción.
Medina formuló duras críticas a la persecución a los funcionarios públicos de los ministerios; de Yacyretá y de Itaipú. Según el obispo emérito, muchos funcionarios de todos los ministerios ya fueron despedidos como así también de Itaipú y de Yacyretá. Enfatizó que en esta campaña electoral prebendaria, los funcionarios que no son horacianos (en alusión al presidente Horacio Cartes) son destituidos de sus puestos. Entran en sus reemplazos los oficialistas que no hacen nada, apuntó.
Medina sostuvo que el país necesita de la paz social y de la esperanza para salir de las miserias que arrastra a la población. Exhortó a tener fe y esperanza a Santa María de Fe, la madre de Jesús, para que haya renovación interior y exterior. Concelebraron la eucaristía, el provincial de los jesuitas en el Paraguay, padre Ireneo Valdez (S. J.), el párroco local, padre Óscar Martin (S. J.) y los sacerdotes del Monasterio San José de Santa María.
Epoca stroniana
Monseñor Medina dijo que en la dictadura, en la época “stroniana” (1954-1989), muchos funcionarios le informaban de las barbaridades que se cometían en las instituciones públicas. “En la actualidad también numerosos funcionarios me hacen llegar sus denuncias, pero en forma anónima, por temor a ser despedidos”, enfatizó.
Agregó que las autoridades necesitan de paz interior (py’a guapy) “que viene de la justicia y de la verdad”. “Necesitamos la paz y la justicia para vivir como hermanos”, expresó, y señaló que si no hay arrepentimiento de las malas acciones de las autoridades, ante Dios son pecados que claman al cielo”, expresó.