En la ruta Mariano-Limpio persiste el peligro potencial para peatones
El recorte de las obras de iluminación, pasarelas peatonales, dársenas y refugios para ómnibus representa un peligro potencial para personas que diariamente usan el transporte público.
Es de rigor al proyectar rutas que deberán atravesar zonas urbanas y suburbanas de cierta densidad poblacional, además del propósito de canalizar un tráfico creciente, que se complemente con obras de servicios urbanos que brinden seguridad a los ciudadanos de a pie, teniendo en cuenta la influencia que tendrá la ruta mejorada en la expansión de la malla urbana, como el crecimiento del movimiento comercial en general.
Sin embargo, en el caso del tramo Mariano Roque Alonso-Limpio de la Ruta 3, de unos 11,7 km, que fuera adjudicada al Consorcio D-R, integrado por CDD Construcciones S.A. y Benito Roggio e Hijos S.A. con una inversión inicial de US$ 41.534.129 y que debió culminar en 26 meses, el MOPC procedió a eliminar trabajos esenciales para la seguridad vial, como las obras de iluminación, ocho pasarelas peatonales metálicas, dársenas y refugio para transporte público, contemplados en el contrato de ejecución, pese al peligro potencial que significa para peatones y residentes frentistas en general.
Recorrido de la obra
Durante un recorrido pudimos documentar justamente las peripecias por las que diariamente deben pasar los peatones, por el inconveniente que representa atravesar con seguridad los ocho carriles de la ruta para acceder al transporte público, en especial los ancianos, niños y madres con bebés en brazos, al estar más expuestos.
También pudimos documentar que por falta de refugios, grupos de vecinos esperan el colectivo urbano parados en algunos casos sobre la losa de la tapa de un sumidero adyacente al cordón de la ruta. Uno de ellos comentó a ABC Color que si no fuera por esta “tapa”, tendríamos que estar parados en la ruta misma.
Otros pasajeros que aguardaban el transporte público sobre el cordón de la ruta, recostados en las barandas de seguridad, señalaron que por falta de dársenas de detención, los colectivos descargan a los pasajeros en plena ruta, y que estos inconvenientes se agudizan en horarios nocturnos y durante los días lluviosos.
La falta de banquinas representa otro peligro potencial, en especial para las personas de la tercera edad, dado que en gran parte del tramo de esta obra la calzada de la ruta está bastante elevada respecto al terreno natural, tal como se observa en la imagen de los pasajeros que hacen equilibrio sobre la tapa del registro.
También se ven obligados a sortear el desnivel de las calzadas en gran parte del tramo, como se aprecia en una de las imágenes.
La versión del Ministerio es que el costo de construcción de la obra habría superado el 20% del monto contractual, máximo permitido por la ley de contrataciones públicas, y que los trabajos de seguridad vial en general se están licitando ahora. Lo razonable hubiese sido completar estas obras antes de la habilitación plena de la vía.