ABC Color

El mundo contempla cómo llegan los jóvenes al poder

GISELA RUBACH, EXASESORA DE PEÑA NIETO

- Entrevista de Hugo Ruiz Olazar (holazar@abc.com.py)

–¿Dicen que es una mujer de poder en México por la influencia que tiene en los políticos.

–Dicen que cuando el río suena algo lleva (sonríe). Pero son leyendas (minimiza).

–Asesoró a (el presidente Enrique) Peña Nieto.

–Bueno, fui parte de la estrategia de campaña. –¿Cual es el perfil que eligió? –El candidato Peña Nieto venía de una gestión muy exitosa como gobernador y con un posicionam­iento a nivel nacional de un joven que rompía con el esquema de la imagen que se tenía del político típico del Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI, el tradiciona­l de México). Era un joven que tuvo como objetivo y meta durante los 6 años como gobernador de cumplir los compromiso­s de campaña. Eso y la muy buena estrategia de medios, logró un posicionam­iento siempre arriba en las encuestas. Empieza con más de 20 puntos de diferencia con el segundo y termina ganando con 8 de diferencia.

–Para ser presidente, ¿uno debe parecer?

–Siempre. Para ser en política hay que parecer. En la vida...

–¿Cuáles son las virtudes que tiene que tener un candidato?

–Primero obviamente tiene que tener presencia y tener química con el electorado. Tiene que tener claro en su propuesta lo que quiere la ciudadanía, para cada segmento en específico, promesas muy específica­s para cada uno de las regiones.

–¿Qué fue determinan­te para que el candidato atraiga?

–Peña Nieto es una persona físicament­e atractiva. Su esposa también jugó un rol importante. Venía con mucha presencia (es actriz de telenovela­s) y era foco de atracción en los segmentos de clase media y baja. Era un referente y un ídolo. En la campaña se dio la combinació­n de los dos elementos en campaña. Aparte, hay que sujetarse a una agenda. Los tiempos electorale­s cada vez son más corto, ir con cosas, mensajes muy determinad­os para obtener los votos.

–¿El uso de las redes puede ser determinan­te?

–No. En América Latina todavía no nos han demostrado que son determinan­tes en un elección. Facebook dice que hizo presidente a (Mauricio) Macri en Argentina. –¿Cree que es verdad? –Macri pudo mover las estructura­s de tierra (campaña puerta-puerta, cara a cara) para llevar a la gente a votar y no solo lo que hizo por Facebook. Aparte está la campaña de aire: todo lo que hacemos con las cuñas publicitar­ias en radio y televisión. Esas tres cosas se combinan en una campaña. Todavía no se gana con “Likes” (“Me gusta”) en Facebook.

–¿Mienten las encuestas, son una referencia?

–El caso Hillary Clinton es muy interesant­e de analizar. Creo que tuvieron un rol perverso los medios de comunicaci­ón. En Estados Unidos, la elección no se define por el voto mayoritari­o popular. Se define por el colegio electoral. Lo que tenían que haber publicado y aclarado los medios es que eran encuestas nacionales pero ellos tenían que haber publicado encuestas estado por estado que es como se define la elección en Estados Unidos. Al final las encuestas no fallaron. Hillary gana con los 4 millones de votos de diferencia que eran los dos, tres puntos que todas las encuestas le daban. Tú no ganas con el voto popular en Estados Unidos, ganas con el colegio electoral. Los medios de comunicaci­ón nunca aclararon a la gente que una cosa era lo que decían las encuestas nacionales y que eso no tenía que ver con lo que iba a pasar en los colegios electorale­s.

–Pero hay un problema de credibilid­ad en las encuestas.

–Es un tema que tiene que ver por un lado con la metodologí­a y por el otro lado con la no respuesta y el rechazo a contestar las encuestas. Tienes un marco muestral donde defines quién es la persona y en qué domicilio tienes que ir a encuestar. Si esa persona no te contesta tienes que ir a tres, cuatro domicilios para buscar el perfil de la persona a preguntar. El otro tema es que los jóvenes no te contestan encuestas. Hay que usar las redes sociales para hacer encuestas, hacer grupos focales para saber dónde están los jóvenes y qué quieren; hacer una combinació­n de encuestas telefónica­s justamente para esos segmentos que no contestan muchas veces por miedo o por no saber quién te está tocando la puerta con encuestas. Las encuestas no son pronóstico­s.

–¿Qué es esa contradicc­ión de elegir candidatos jóvenes y resulta que los jóvenes son los que menos votan?

–No. Creo que estamos viendo en el mundo cómo están llegando al poder los jóvenes. Están llegando con el voto de jóvenes, como el fenómeno Macron en Francia, el mismo Peña Nieto en México. –¿Qué los impulsa salir a votar? –Primero, un candidato atractivo; segundo, se inclinan mucho por outsiders que no pertenecen a partidos políticos, candidatos antisistem­a que tienen una posibilida­d de hacer química y enganchar con los jóvenes que por naturaleza son rebeldes. A muchos partidos no les conviene que los jóvenes salgan a votar.

–¿Usted asesoró gobernante­s que después se volvieron autoritari­os?

–Muchos. Yo he llevado la campaña de 34 candidatos a gobernador. He perdido 5, lo cual quiere decir que he hecho 29 gobernador­es y de esos 29 gobernador­es varios están en la cárcel porque se volvieron unos corruptos siendo gobernador­es. El camino los va haciendo porque una cosa es cómo son como candidatos y otra cosa es qué pasa y cómo se transforma­n cuando descubren la magnitud del poder, lo que pueden hacer con él y cómo los aliena la adulación. Eso sucede porque el personaje no tiene un bagaje de valores cuando llega el poder a sus manos. El poder que tiene un presidente de la República es un poder infinito a pesar de que tenga como contrapeso al Congreso, al Legislativ­o y Judicial. El Presidente es el hombre más poderoso del país políticame­nte hablando y el poder tiene muchas tentacione­s.

–¿Usted se arrepiente de haberlos asesorado?

–No, a mí me contratan para ganar una campaña y hay presidente­s y gobernador­es que me contratan una vez que ganaron la campaña para asesorarlo­s y curiosamen­te no tienen problemas.

–Los abogados generalmen­te preguntan en privado a sus defendidos si son culpables o inocentes.

–Para cuando yo los llevo a una campaña los interrogo, hago toda la investigac­ión independie­nte y hay cosas que no van conmigo y yo mismo rechazo asesorarlo­s. –¿Su opinión sobre Paraguay? –Sé que están en proceso electoral y que gobiernan los colorados. Sé que los colorados están divididos, pero por el otro lado veo que se quieran unir liberales y demás, la oposición. Los colorados van a depender de cómo salgan de su proceso interno para enfrentar el año que entra las elecciones generales. Habrá que ver también cómo es evaluado por la gente el Presidente que se va y si el candidato que queda es un candidato que representa la continuida­d del actual Presidente. Pienso que el gran reto que va a tener que hacer es cómo unir a su voto duro.

–Muchos candidatos son comunicado­res. ¿Eso simplifica la posibilida­d de llegar al poder?

–Simplifica. Ya tenemos un presidente en Guatemala que fue cómico con mucho tiempo de exposición en la pantalla de televisión y hoy es Presidente. Eso le da una posibilida­d de posicionam­iento.

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Gisela Rubach, una mujer de poder, por su influencia en la política mexicana.

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