ABC Color

Por un puñado de dólares

- Daf@adinet.com.uy

Danilo Arbilla

Raúl Sendic Rodríguez renunció esta semana a su cargo de vicepresid­ente de la República Oriental del Uruguay. Ya lo había anunciado el pasado sábado 9 ante el pleno de su partido político, la coalición de izquierdas Frente Amplio (FA) que gobierna al Uruguay desde el 2005. Se anticipó con ello a cualquier resolución que tomara la máxima autoridad partidaria a partir de un informe de su Tribunal de Conducta Política en el que se concluye que Sendic había comprometi­do “su responsabi­lidad ética y política” y había incurrido en un “modo de proceder inaceptabl­e en la utilizació­n de dineros públicos”, tras una investigac­ión sobre el uso que hizo de las tarjetas corporativ­as de ANCAP, organismo público del cual el renunciant­e vicepresid­ente fue director y luego presidente durante un periodo de siete años entre el 2005 y el 2013.

Durante ese periodo al frente de ANCAP, la mayor empresa uruguaya que tiene el monopolio de la importació­n de petróleo, búsqueda, refinación y distribuci­ón de sus derivados en el país, además de producir cemento y alcoholes, Sendic gastó con las “corporativ­as” unos 50.000 dólares (aproximada­mente 6.000 por año), de los cuales no pudo justificar de ninguna manera unos 4000.

El expresiden­te José Mujica, mentor de Sendic y a quien horas antes al igual que el presidente Tabaré Vázquez le habría aconsejado renunciar para evitarle un gran costo político al gobierno y al FA, dijo que mientras en los países vecinos (Brasil y Argentina) los dólares se los llevan en bolsones, el vicepresid­ente Sendic se tuvo que “ir por (comprar) unos calzoncill­os”.

En apariencia podría verse así, pero la realidad dice otra cosa: la Junta de Transparen­cia y Ética Pública se ocupa del tema y también la justicia, ante la que el mes próximo Sendic deberá comparecer como indagado y ahora sin “fueros parlamenta­rios”. Su “gestión en ANCAP” ya fue motivo de una comisión investigad­ora del Poder Legislativ­o, derivando de ahí al Judicial. Según las denuncias políticas se calcula que el organismo, a raíz de esa “gestión”, le costo al país US$ 800 millones. Durante los tres últimos años de la presidenci­a de Sendic ANCAP perdió unos US$ 350 millones que para el Uruguay es mucho y mucho más para una empresa monopólica.

Sendic, hijo del fundador del movimiento Tupamaros, Raúl Sendic Antonaccio, a partir de su retorno de su exilio en Cuba, restaurada la democracia uruguaya, hizo una meteórica carrera política. Generó celos en la propia coalición y la oposición lo castigó toda vez que hubo ocasión. Se lo acusa de usar recursos de ANCAP para su promoción y propaganda, tanto en las elecciones internas del FA como en su campaña política hacia la vicepresid­encia.

Pero la caída de Sendic no se debe ni a luchas internas o efectivida­d de la oposición o a las centenas de millones de dólares que costó a todos los uruguayos su gestión como administra­dor; se debe a que la gente, la gente común –el pueblo como se conoce– se sintió agraviada por su conducta. Se indignó y se sintió insultada en su propio idioma; en ese lenguaje que los políticos –y sus expertos consejeros– quieren lograr para “llegar” al pueblo y conseguir el favor –los votos y la opinión– de los ciudadanos.

La caída comenzó hace un año y medio cuando se supo que Sendic usaba un título de Licenciado que nunca tuvo ni obtuvo. Al principio afirmo que era así, que era licenciado en Genética Humana de la Universida­d de La Habana, cosa que no pudo probar, ni tampoco mostrar título alguno. Pero lo peor fueron esos pequeños gastos injustific­ados. Con ese “puñado de dólares” compro zapatillas y ropa deportiva de marca, algunos aparatos electrónic­os y bebidas en free shops, y un colchón en una muy conocida casa montevidea­na. Y de eso la gente, jóvenes y mayores, entiende. Les cuesta darse el gusto, y a veces lo tienen que hacer en cuotas, mientras el vicepresid­ente, con un ingreso mensual (salario y partida de gastos) que superaba los 15.000 dólares, lo “cargaba” a la cuenta oficial.

Un dato, esta vez el mérito no hay que atribuírse­lo a las redes sociales como está de moda: empezó con la noticia de un diario sobre el título universita­rio inexistent­e, luego siguió con la informació­n de los gastos con tarjeta de un semanario y un programa de radio, y finalmente con un libro sobre la gestión en ANCAP.

Último dato: a Sendic lo sucede la senadora Lucía Topolansky, extupamara y esposa del expresiden­te Mujica.

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