Diputado sugiere sanear la Policía y la Senad y enfrentar a la impunidad
El titular de la Comisión de Lucha contra el Narcotráfico de Diputados, Éber Ovelar (ANR, disidente), plantea recuperar la institucionalidad saneando la Policía Nacional y la Senad, hoy permeadas por el crimen organizado.
Tras el último hecho de sicariato registrado el miércoles último en el barrio Madame Lynch de la capital, el diputado colorado disidente lamenta que se deba reconocer que el sicariato ya no conoce límites y que cada día es mayor la presencia y el impacto del crimen organizado debido a la débil gestión del gobierno.
Comenta que la ubicación geográfica del Paraguay ha sido explotada por las principales bandas criminales dedicadas al narcotráfico desde hace muchos años, por el casi nulo control de la frontera que compartimos con países vecinos como Bolivia y Brasil, razón que lo ha convertido en un centro de distribución y tráfico de drogas con carácter estratégico.
El diputado afirma que en la medida en que los grandes narcotraficantes expandan sus dominios y no sean enfrentados con trabajos coordinados de los principales organismos de control estatal, estos podrán seguir contratando sicarios para garantizar sus dominios en el país y exterminando potenciales o específicos competidores.
Medidas
Al respecto, menciona que el camino es uno solo: “Enfrentar al crimen organizado –especialmente el narcotráfico– con todo el poder del Estado. Pero para ello, claro está, se requiere, en primer lugar, de una firme decisión política por parte del Presidente de la República, como responsable principal de una de las funciones más importantes que le ha confiado la ciudadanía, que es la seguridad”, sostiene.
Añade que la Constitución Nacional es suficientemente clara al exigir al presidente que se dedique “exclusivamente” a estas funciones, prohibiendo distraer su atención a cuestiones ajenas al objeto de su mandato, como por ejemplo, participar en actividades político-partidarias, situación en la que, según reitera, claramente ha vedado el ordenamiento constitucional.
Considera que se debe recuperar la institucionalidad de la República, “saneando los organismos que han sido permeados gravemente por el crimen organizado, especialmente la Policía Nacional y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), para procurar de este modo alcanzar resultados ejemplificadores contra las principales cabezas de las bandas criminales enseñoreadas en el país”, sostiene.
Expresa que es imperativo desterrar la imagen lamentable que hasta ahora ostenta nuestro país, de ser un polo “atrayente” para el desarrollo del narcotráfico. Cree que para complementar estas tareas, será fundamental enfrentar radicalmente el flagelo de la impunidad que rodea a este tipo de actividades.