ABC Color

¿A qué precio?

- Edwin Brítez ebritez@abc.com.py

El hecho de que el llanismo y Frente Guasu hayan decidido asumir la defensa del senador colorado cartista Óscar González Daher, el primero sin explicació­n alguna y el otro con ridículos argumentos, como el de Hugo Richer diciendo que “nosotros no nos metemos en las internas coloradas” y el de Fernando Lugo: “no soy quien para juzgar” revela la continuida­d del pacto entre el cartismo, el llanismo y Frente Guasu.

Este pacto rige desde que el actual presidente Horacio Cartes y el expresiden­te Lugo encontraro­n coincidenc­ia en el interés común de buscar la reelección, prohibida por la Constituci­ón. A ellos se sumó el llanismo para sacar tajadas coyuntural­es.

En ese afán, los tres bloques atropellar­on disposicio­nes constituci­onales y jerarquías institucio­nales, hasta que una orden externa cayó en medio de ellos como un rayo y toda la gran campaña se extinguió al instante con el anuncio del propio Cartes de terminar con la búsqueda de la reelección por la vía de la enmienda.

El cálculo de entonces de que todo volverá a ser como antes, sin pacto entre oposición y oficialism­o tuvo sus elementos iniciales de apoyo, como por ejemplo el anuncio engañoso de Frente Guasu de rechazar a la candidata oficialist­a para el Ministerio Público, Sandra Quiñónez, a sabiendas de que con ello igual respalda la opción del Ejecutivo de quedarse con el actual fiscal general, Díaz Verón, que a pesar del vencimient­o de su plazo continúa por reconducci­ón tácita dudosa.

A ello debe sumarse la iniciativa de aumentar sustancial­mente el impuesto al tabaco, que como se sabe afecta directamen­te al presidente Cartes, además de aumentar la recaudació­n mediante el impuesto a la soja y otros granos. Todo al parecer es, más que para incomodar al oficialism­o, para tratar de desmarcars­e del mismo y mejorar la imagen del bloque actuando otra vez como opositor.

Ese lapso de duda e intento de confundir a la opinión pública sobre la persistenc­ia o no del pacto fue aprovechad­o por el titular del PLRA, Efraín Alegre, que al mismo tiempo es precandida­to presidenci­al de su partido para concretar una alianza entre el PLRA y Frente Guasu, cediendo a este la precandida­tura a la vicepresid­encia de la república, con lo cual se podía continuar hablando del pacto pero ya era casi imposible sostener la verosimili­tud de su vigencia.

¿A cambio de qué Fernando Lugo y Blas Llano decidieron “salvar” a un personaje clave del cartismo en medio de una encarnizad­a lucha interna entre este movimiento y los disidentes colorados?

Para cualquier político principian­te está más que claro que la probable “sanción” no es un castigo a la conducta personal del senador como para que el presidente del Congreso (que está obligado a cumplir y hacer cumplir la Constituci­ón) diga que “no soy quien para juzgar”. Tampoco estaba en juego la afiliación ni la opción interna dentro del partido del senador González Daher.

Lo que se puso a considerac­ión del Senado era la posibilida­d de ejercer la facultad de uno de los poderes del Estado de sancionar la práctica nefasta de tráfico de influencia de uno de sus miembros, recurriend­o a la opción más leve de la amonestaci­ón por un máximo de 60 días sin goce de dieta. Ni siquiera estamos hablando de la aplicación del artículo 201 de la Constituci­ón que habla de la pérdida de investidur­a del legislador que hizo uso indebido de sus influencia­s.

Pretendía hacer un tímido llamado de atención a González Daher, quien viene abusando del poder desde hace años, y que al ser sancionado hubiese tenido repercusió­n sobre el cartismo. Me intriga saber qué factura están pagando luguistas y llanistas con esta actitud o ¿que jugada estará obligado a realizar Cartes, a cambio de esta, en el futuro?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay