ABC Color

Electorado visto como ganado

- Marcos Cáceres Amarilla mcaceres@abc.com.py

Santiago Peña y Hugo Javier, postulante­s del cartismo a presidente y gobernador del departamen­to Central, respectiva­mente, tienen en común ser figuras inesperada­s surgidas del antojo del presidente Horacio Cartes. Adrede o inconscien­temente representa­n la opinión del Mandatario y su equipo sobre los colorados en particular y el electorado paraguayo en general.

Cuando Cartes eligió a Peña, este llevaba seis meses de haberse afiliado al Partido Colorado. Antes, fue 20 años afiliado al PLRA. Su designació­n como “delfín” por el Presidente fue, por expresar lo menos, desafiante y reveladora. Fue como decirles a los colorados que ningún afiliado del partido era apto para continuar el proyecto político del Presidente.

Previo a su designació­n, Peña era más o menos irrelevant­e en el Gabinete presidenci­al al que ingresó de suplente cuando el titular, Germán Rojas, renunció. Solo llamaba la atención su juventud, su presunta buena formación y el hecho de no hablar mucho, lo cual habitualme­nte se toma como signo de cierta inteligenc­ia.

El oficialism­o pretendió presentarl­o después como un joven brillante, un arquitecto de todas las “políticas exitosas” del gobierno y una suerte de todólogo que sabe cómo solucionar los problemas consuetudi­narios de nuestro país.

Muchos colorados oficialist­as, como Tiki Cubas, manifestar­on abiertamen­te, al principio, sus dudas sobre la viabilidad de “venderle” semejante candidato al electorado republican­o: un joven del PLRA, sin militancia ni contacto con las bases, sin carrera política, sin conocimien­to del lenguaje popular y que descubrió su vocación político-partidaria luego que amenazaran con echarlo del cargo por ser afiliado liberal y que se reafirmó en sus “conviccion­es” cuando le regalaron la posibilida­d de ser presidente de la República.

La candidatur­a de Hugo Javier resulta en muchos aspectos más insólita que la de Peña. Su designació­n a gobernador de Central llegó tras un frustrado intento de postular a otro animador y locutor más conocido, Rubén Rodríguez, que en principio aceptó ser candidato (previo arreglo con Cartes de un sueldo y prima millonario­s) para luego desistir, por temor a un escandalet­e familiar que se le venía encima.

Así, Hugo Javier (a quien premonitor­iamente se lo conoce en el mundo del espectácul­o cachaqueri­l como “el número 2”) llegó como segundón u opción B para la candidatur­a.

Más allá de ser afiliado al Partido colorado (lo cual, antes de ser candidato, sabían él y su círculo familiar y amigos), carecía de cualquier antecedent­e de militancia partidaria y, mucho menos, de haber administra­do alguna institució­n pública, ni siquiera de segundo rango.

Poner a alguien así de candidato fue decirles a los electores colorados de Central que los considerab­a superficia­les, desinforma­dos y capaces de votar a cualquiera, solamente por el hecho de ser conocido en el mundo de la farándula.

Peña como candidato a presidente y Hugo Javier para gobernador, normalment­e, no tendrían casi votos en el Partido Colorado, a no ser porque existe lo que llaman “aparato” entendido como maquinaria electoral que guía a una masa amorfa, fanatizada o arreada a votar por el candidato que le indique el operador político del barrio o asentamien­to.

Si eso les alcanzará para ser después candidatos oficiales y competir en abril de 2018, es algo que sabremos el próximo 17 de diciembre, si es que todo continúa y termina como debe ser, a la noche de ese día.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay