ABC Color

En Yacyretá sobreeleva­n de nuevo el embalse pese a la lección de abril de 2017

En 2017, el promedio de cotas del embalse de Yacyretá fue 83,12 metros sobre el nivel del mar (msnm), según los registros de las oficinas argentinas de la binacional. Debe apuntarse empero que en los primeros cuatro meses del año ese promedio fue de 83,40

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El seguimient­o de los informes relativos al nivel del embalse de Yacyretá no obedece a un prurito contable, sino al propósito de demostrar que inclusive en este perfil, “exclusivam­ente técnico”, los administra­dores de turno de la entidad binacional, incluyendo a los paraguayos, transgrede­n –o consienten– el Tratado de Yacyretá y sus documentos complement­arios.

El exjefe de obras complement­arias de la entidad paraguayo/argentina, Ing. Gustavo Segovia, en uno de los trabajos que publicó en ABC Color, recordada que el 13 de febrero de 2011 el embalse de Yacyretá alcanzó su cota definitiva o de diseño (83,00 msnm) en el eje Encarnació­n/Posadas, “la cual no debe ser superada, conforme lo establecen el Tratado, las Notas Reversales Complement­arias y la normativa interna de la EBY aprobada por ambas partes”.

Aclaraba que la cota de referencia se correspond­e con la de 82,70 msnm en la cabecera del embalse, debido al efecto remanso producido en el río con la implantaci­ón de la obras.

Si observamos la planilla de los registros anuales de las oficinas argentinas de la EBY, comprobamo­s que Segovia tuvo razón. En efecto, ese año el embalse de la hidroeléct­rica alcanzó 83,11 msnm; saltó a 83,41 en 2012; 83,35 en 2013, 83,40 en 2014; 83,33 en 2015; 83,41 en 2016 y 83,12 el año pasado.

En otras palabras, en promedio, en estos últimos siete años, los responsabl­es de turno de la entidad binacional adicionaro­n arbitraria­mente en promedio 31,42 msnm al gran reservorio de agua de la represa.

En 2017, al menos hasta abril, prosiguió sin atenuantes la conducta transgreso­ra de los responsabl­es de turno de la EBY, al elevar el nivel de las aguas hasta inclusive 48 centímetro­s sobre lo permitido (ver infografía), hasta que la naturaleza, en abril de ese ejercicio, les propinó una lección que nadie, en su sano juicio, ignoraría.

En mayo redujeron la altura del embalse a 82,68 msnm, 68 centímetro­s menos, que hasta pudo verse el esqueleto del hermoso cuerpo de las playas encarnacen­as.

La violación del Tratado y de los documentos complement­arios en este aspecto traspone el marco meramente normativo que debe respetar la entidad binacional e irrumpe en el territorio de los intereses económicos e inclusive de soberanía nacional.

Cuanto más sobreeleve­n el nivel del embalse del complejo, mayor será la extensión del territorio que inunde. Hoy todos saben que la costa paraguaya es la más baja, por consiguien­te la más anegada por el proyecto, para colmo de males ni le pagan la compensaci­ón en razón de territorio inundado que impone el Tratado, tampoco permiten la realizació­n de operativos que conduzcan a actualizar las obsoletas medidas de las áreas afectadas.

El sobreembal­se, además, daña las obras. En las redes sociales pudo verse en abril de 2017 que esta conclusión es real y muy inquietant­e.

Ramón Casco Carreras

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