Familiares de Urbieta reiteran deseo de negociar liberación del ganadero
A un año de cumplirse la última prueba de vida, familiares del ganadero Félix Urbieta (67), secuestrado el 12 de octubre de 2016 por el autodenominado “Ejército del Mariscal López (EML)”, dijeron ayer que están flaqueadas en su fe luego del hallazgo de lo
Ayer se cumplió un año de la última prueba de vida del ganadero Félix Urbieta Ramírez. Desde aquella ocasión los captores no se volvieron a comunicar, aseguró Liliana Urbieta Agüero, una de las hijas del secuestrado. Fue durante una conferencia de prensa realizada en la estancia “Dos Hermanas”, ubicada en la comunidad de Egua, a unos 8 kilómetros de la ciudad de Horqueta, en el departamento de Concepción.
La hija del secuestrado leyó un escrito en el que confiesa que el hallazgo de los restos del colono menonita Abrahán Fehr (el 11 de enero pasado) las hace inquietar y flaquear en su fe. “Sin embargo, albergamos la esperanza de que pronto todo este calvario termine con la liberación de nuestro papá guasu”, indica textualmente la nota que representa el sentimiento de las dos hijas del cautivo y su esposa Ermelinda Agüero.
En otra parte del comunicado que se divulgó ayer, la familia de Urbieta-Ramírez asegura que cada día aguardan noticias del ganadero con la fe puesta en que retorne sano y salvo.
Finalmente lanzaron un mensaje al secuestrado: “Don Félix: sepa que lo valoramos y lo queremos muchísimo. Hasta pronto”, culmina el escrito.
Pruebas de vida
Desde el secuestro del hacendado, 12 de octubre de 2016, sus familiares recibieron varias pruebas de vida, entre ellas vídeos y escritos realizados por Félix Urbieta Ramírez, según aseguraron ayer su esposa e hijas. A la última prueba de vida, donde se le ve y escucha a la víctima del secuestro mencionando algunos acontecimientos recientes, acompañaba las exigencias de los delincuentes para poder liberarlo.
De acuerdo a los datos a los que accedió ABC Color el monto solicitado por los secuestradores sería de US$ 350.000.
Antecedentes
En la noche del miércoles 12 de octubre de 2016 dos jóvenes llegaron hasta la estancia “San Francisco”, ubicada en la compañía Belén Cue a unos 15 kilómetros de Horqueta, perteneciente a Urbieta, donde vivía con su esposa y algunos empleados. Siempre según los testigos, uno de los desconocidos se identificó como el hijo de Alejandro Ramos Morel. Precisamente la esposa de Ramos, Lourdes Bernarda Ramírez, es sobrina del secuestrado. De acuerdo a los datos, Ramos Morel es quien lidera el EML.