Moscú insinúa que Londres envenenó a exespía ruso
Rusia pasó al contraataque ante las acusaciones de Londres de que está implicada en el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal, le exigió una muestra de la sustancia química que se empleó y consideró que todo es una provocación en vísperas de las presi
MOSCÚ (EFE). “Ya hemos dicho que todo esto es absurdo. No tenemos ninguna relación con esto”, dijo el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Añadió que en cuanto Londres tuvo la sospecha del empleo de una sustancia prohibida por la Convención para la Prohibición de Armas Químicas –de la que forman parte Rusia y Reino Unido– tendría que haberse dirigido inmediatamente a Moscú e insistió en que Londres tiene la obligación de proporcionar acceso a todos los materiales relacionados con el caso.
El jefe del departamento de control de armas de la cancillería rusa, Vladimir Yermakov, respecto al origen del agente neurotóxico utilizado, identificado por Londres como un producto del programa soviético de armas químicas “Novichok”, sugirió que podía venir de Estados Unidos.
La crisis entre Rusia y el Reino Unido estalló después de que el exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia se viesen expuestos el 4 de marzo a un agente neurotóxico identificado como Novichok, en la ciudad inglesa de Salisbury, que los dejó en estado crítico.
Londres acusó a Moscú el viernes e incluso implicó directamente al presidente Vladímir Putin, desatando la reacción del Kremlin.
Antes de terminar el plazo dado por la primera ministra británica, Theresa May, para que el gobierno de Vladimir Putin explique cómo pudo llegar a Reino Unido el agente químico prohibido “Novichok” causante del envenenamiento de Skripal y su hija, el Kremlin lanzó toda una batería de ataques para negar participación y hacer recaer la responsabilidad en Londres.
El incidente, aún no esclarecido, ha enzarzado a los dos países en una grave crisis política y diplomática.
Londres respondió al atentado del 4 de marzo con la expulsión de 23 diplomáticos rusos en Londres, a lo que Moscú replicó con la misma medida.
Dos semanas y media después del ataque, el excoronel ruso y su hija siguen muy graves. Según Londres, fueron atacados con novichok, un arma química militar que sólo fabrica Rusia.
Los presidentes de EE.UU., Donald Trump, y de Francia, Emmanuel Macron, coincidieron en que Rusia debe rendir cuentas sobre el ataque. Alemania mostró su apoyo al Reino Unido.