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Gobierno fracasó en políticas de obras públicas, pese a inversione­s

Pese a los millonario­s desembolso­s para infraestru­ctura, el Gobierno fracasó en políticas de obras públicas ya que continúan los retrasos, trabajos inconcluso­s, improvisac­iones, sobrecosto­s y cuestionam­ientos hacia las licitacion­es. Ni siquiera se ha logr

- Gladys Benítez Prieto n gbenitez@abc.com.py

Consideran­do el millonario endeudamie­nto al que se ha sometido al país con el discurso de la necesidad de inversione­s en infraestru­ctura, se esperaría un aumento en la compra de maquinaria para atender todas las nuevas obras encaradas, principalm­ente por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaci­ones (MOPC). Sin embargo, todo indica que estas obras, que registran lento avance en numerosos casos, se están desarrolla­ndo con dificultad, entra otras cosas, porque el MOPC no está controland­o el cumplimien­to de la compra de maquinaria nueva o de un máximo de antigüedad de cinco años.

Datos de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) indican que la importació­n de maquinaria para el sector de la construcci­ón viene registrand­o bajas, año tras año, durante el actual Gobierno de Horacio Cartes. Desde 2008 hasta 2013, período del anterior gobierno en el que todavía no se aprobaron los millonario­s préstamos, los montos iban aumentando, pero en los siguientes años, pese a numerosas inversione­s de Obras Públicas, la cifra se fue reduciendo: De los US$ 44 millones de 2013 pasó a US$ 39,7 millones en 2014; luego US$ 39,5 millones en 2015 y US$ 27 millones en 2016. Solo en 2017 hubo un repunte a US$ 44 millones y en lo que va del año en curso, US$ 9 millones (ver cuadro).

Contradicc­iones

Esos números se contradice­n con el discurso de las “grandes inversione­s”. Al parecer, las máquinas que se compromete­n para un contrato en específico, son las mismas que después se usan en otro contrato, inclusive que se está ejecutando al mismo tiempo. De hecho, en los primeros años de su gestión, el titular del MOPC, Ramón Jiménez Gaona, había dicho que las contratist­as “bicicletea­n” personal y maquinaria para acaparar contratos, lo cual ha sido uno de los motivos de los atrasos en las obras de las administra­ciones anteriores. En una publicació­n de mayo de 2014, ABC se hacía eco de esas declaracio­nes.

Según había señalado el ministro en aquel entonces, si bien en muchos casos los atrasos se habían dado por cesación de pagos, responsabi­lidad de la cartera de Obras Públicas, en otros se dio por causas atribuible­s a las empresas constructo­ras.

“Muchas empresas están en ese juego, no voy a decir todas. Pero definitiva­mente estamos lidiando con muchas que tomaron más contratos que los que están en capacidad de ejecutar y eso atrasa todo el cronograma”, dijo Jiménez Gaona y, con ese discurso, promovió licitacion­es internacio­nales para luego entregar los principale­s contratos a expresas extranjera­s. Sin embargo, esto tampoco solucionó el problema, ya que las firmas del exterior, en lugar de invertir en Paraguay en la compra de nueva maquinaria para ejecutar los trabajos, simplement­e subcontrat­aron a empresas locales.

Sin control del MOPC

El presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcci­ón (Capaco), José Luis Heisecke, explicó que las firmas aceptaron los subcontrat­os porque eso significar­ía menor perjuicio que tener máquinas y obreros parados, por falta de trabajo. “Si gana una empresa paraguaya, el pliego le exige que utilice una máquina de no más de cinco años de antigüedad. Si gana una extranjera se le exige lo mismo, pero a la hora de la verdad, una vez ganada la licitación, el MOPC no le exige”, dijo ayer Heisecke a este diario.

Mencionó que en el caso de Ilsung, a la que le dieron la Ruta VIII, tendría miles de equipos viales en Corea, pero no están en Paraguay. Algo similar sucede con Sacyr, que ganó la licitación para ensanchar las Rutas 2 y 7; no usa máquinas propias, sino que las alquila. “Las empresas nacionales se han equipado para enfrentar sus obras, por las exigencias. Lógicament­e, si hubiesen salido para empresas nacionales estas licitacion­es grandes, rutas 2 y 7 o la ruta VIII –que entre paréntesis después de cuatro o cinco año no se va a terminar para agosto–, o cualquiera de las obras grandes como la Transchaco, el requerimie­nto de equipo es muy grande y la empresa paraguaya iba a tener que comprar equipos nuevos”, aseguró.

Si bien los montos de inversión han disminuido, las importacio­nes fueron hechas por empresas locales, de acuerdo con las explicacio­nes. Según Heisecke, estos datos pueden ser corroborad­os con las importador­as de equipamien­tos, como Petersen, Rieder, De la Sobera y otras del sector.

Para la Asociación Paraguaya de Carreteras (APC), se podrían aprovechar mejor los fondos de inversión y estos tendrían un impacto mayor en la economía local, incluyendo la compra de más maquinaria, si las licitacion­es grandes se dividieran en paquetes más pequeños y se adjudicara­n a firmas paraguayas, evitando la fuga de divisas.

Hay capacidad local

“Las empresas y los profesiona­les paraguayos hace ya algunas décadas que venimos haciendo rutas de calidad. Los ingenieros se capacitan haciendo cursos, seminarios y masterados en el exterior, tenemos los mismos equipos y maquinaria que se usan en otros lugares del mundo. Tenemos todo para hacer buenas rutas de calidad sin necesidad de un consorcio con extranjera­s”, puntualizó el vicepresid­ente del gremio, Guillermo Mas.

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 ??  ?? Para las obras del metrobús, la contratist­a portuguesa Mota Engil había subcontrat­ado a la firma local Ocho A.
Para las obras del metrobús, la contratist­a portuguesa Mota Engil había subcontrat­ado a la firma local Ocho A.

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