El eslabón débil es aún la distribución

En la estructura por energéticos en el consumo final de energía de nuestro país que diseñó el Viceministerio de Minas y Energía, a la energía eléctrica le corresponde el último lugar, con solo el 18% del total que demandó el país en el ejercicio 2016.

El gráfico, por otra parte, demuestra la importancia de este rubro, a pesar de Itaipú, Yacyretá y Acaray, tuvo un retroceso con relación al nivel que alcanzó en 2015, 18,4%.

El 82% de esta estructura, las posiciones 1 y 2 de este importante podio, es ocupado por los derivados del petróleo, que en 2016 subió al 41,4%, luego del 39% que le correspondió en el ejercicio precedente.

El segundo lugar, con el 40,6%, ocupó la biomasa (leña, carbón, etc.), un porcentaje ligeramente inferior al del 2015, que llegó al 42,6%.

Sobre estas premisas, para estudiosos del sector energía de nuestro país, como los ingenieros Juan José Encina y Axel Benítez, el pronosticado “apagón” de mediados de los años 20 (2020) presenta flancos y bases muy endebles.

Otros especialistas inclusive apuntan que ese vaticinio solo busca justificar la construcción inmediata de nuevas centrales de generación, como la del Aña Cua, en el marco de Yacyretá, cuestionada desde la perspectiva jurídica e inclusive técnica.

El ingeniero Encina, expresidente la Unión de Ingenieros de la ANDE, reiteró que el eslabón débil del sistema de la empresa eléctrica sigue siendo, incluso hoy, la distribución y no el de la generación.