Manual del idiota
Encarar una campaña electoral requiere no solamente el reconocimiento de las fortalezas de la oferta sino también admitir las debilidades, aunque también es importante hacer uso correcto de las oportunidades además de reconocer la existencia de amenazas que se ciernen sobre el proyecto. En la ocupación del Cuartel de la Victoria, Frente Guasu descuidó sus debilidades por la tentación de aprovecharse de una oportunidad de intentar la captura de mayor cantidad de votos.
¿Cuál es la debilidad de Frente Guasu en esta coyuntura electoral?
“Sacrificar” su identidad progresista en una alianza con un sector conservador o más concretamente liberal. En realidad es la táctica de ambos sectores de “esconder” coyunturalmente sus identidades ideológicas para hacer la presentación de un producto híbrido que sea digerible para la comunidad de electores que no comulga ni con uno ni con otro, inclusive con sectores desprendidos de los adversarios.
El sentido común dice que en esta coyuntura Frente Guasu debería rechazar las tentaciones relacionadas con las invasiones de terrenos y los liberales hacer lo propio con las privatizaciones, figuras consideradas verdaderos íconos de las identidades políticas de ambos sectores. Hay otras figuras y situaciones con las cuales se relaciona la identidad de estos grupos políticos, pero hasta el día de las elecciones, enarbolarlas –y peor aún ponerlas en práctica– es conspirar contra sus propias debilidades y colaborar con la fortaleza del “enemigo”.
Los senadores de Frente Guasu, Carlos Filizzola y Esperanza Martínez presentaron un proyecto de ley para expropiar 30 de las 76 hectáreas de la residencia y cementerio de los excombatientes de la Guerra del Chaco, conocido como Cuartel de la Victoria. El proyecto fue presentado 4 días después de la ocupación del predio, cuya responsabilidad de protección cae en la jurisdicción del Poder Ejecutivo, que en vez de sentirse culpable de la desprotección del terreno, se considera víctima.
Con este sencillo procedimiento de dos legisladores se obsequió al oficialismo la propaganda: “para que vean cómo será esta alianza “Ganar” si llega a gobernar el país, un procedimiento muy parecido al empleado por el cartismo en el capítulo anterior de la quema del Congreso: dejar que se queme para culpar de ello a la oposición.
No obstante, el objetivo está logrado: la cúpula del Frente Guasu se dividió en torno al caso y al interior de la alianza “Ganar” surgieron posturas en contra de la iniciativa de expropiación. O sea todos los ingredientes que el oficialismo necesitaba para “demostrar” cómo funciona una bolsa de gatos.
Situaciones así son las que dan vida eterna al “Manuel del Perfecto Idiota Latinoamericano”, obra en la cual los autores sostienen que casi todos en nuestra juventud hemos sufrido la rebeldía contra el sistema y “hemos padecido el marxismo como un sarampión, de modo que lo alarmante no es tanto haber pasado por esas tonterías como seguir repitiéndolas sin haberlas confrontado con la realidad. En otras palabras, lo malo no es haber sido idiota sino continuar siéndolo”.
Según la Secretaría de Acción Social, hay alrededor de 4.000 lotes disponibles en el departamento Central para familias sin techo. Los ocupantes son 1.200. O sea que si los proyectistas de la expropiación se hubiesen tomado el trabajo de preguntar antes de presentarlo, tal vez hoy ya tendríamos 1.200 familias con terreno propio.