El dinero de la emergencia
El departamento de Alto Paraguay una vez más fue declarado en estado de emergencia por la situación de aislamiento que sufre gran parte de sus pobladores a consecuencia de las calamitosas condiciones de los caminos de tierra. La red vial se encuentra inundada en varios sectores por agua de los esteros desbordados por efecto de las últimas lluvias y producto de las precarias reparaciones.
El presidente de la República, Horacio Cartes, promulgó la semana pasada la ley de declaración de emergencia y la Gobernación, administrada por Alcibiades Rodríguez (ANR), recibirá G. 5.700 millones del Ministerio de Hacienda.
Se espera que el dinero sea invertido en acciones efectivas que ayuden a salir de la emergencia y no sea aprovechado para la campaña electoral.
El gobernador Alcibiades Rodríguez anunció que G. 1.500 millones de este dinero será destinado a la reparación de caminos y “otro monto (unos G. 400 millones)” para la compra de dos motobombas potentes para Fuerte Olimpo a fin de evitar que se repitan las inundaciones de viviendas en días de lluvia.
En qué será invertido el resto del dinero, unos G. 3.800 millones. No se sabe a ciencia cierta, ya que no existe un plan de inversión de parte del gobierno departamental, además de los mencionados por Rodríguez. Ante esa realidad cabe suponer que servirá para la compra de víveres a ser distribuidos a los pobladores de las comunidades, algo llamativo considerando la proximidad de los comicios previstos
para el 22 de abril.
No es repartiendo alimentos o dinero que se conseguirá librar a la población de Alto Paraguay del largo aislamiento, sino con acciones o obras efectivas que se podrían hacer utilizando honestamente el dinero público. Nadie está en contra de que las familias que necesitan, principalmente indígenas, reciban la ayuda, que de hecho ya recibieron de parte de la Secretaría del Emergencia Nacional (SEN). Sin embargo, con acciones de este tipo en plena campaña electoral, se alimenta una sociedad conformista y apática dependiente del Estado paternalista que eterniza a los políticos corruptos.
Si los caminos de la zona fueran siempre transitables se podría dinamizar la economía de la región, las personas tendrían trabajo seguro y no necesitarían vivir como mendigos. Por lo tanto, la mayor parte del dinero de la emergencia debe destinarse a la reparación de la red vial.
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